La cámara de los secretos

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7 de abril de 1993

No podía creer que había pasado tanto tiempo hablando con Tom, a esta altura, ya habían venido varios aurores a registrar todo el castillo en busca de Ginevra Weasley, por eso aún no la habíamos asesinado. El me lo había pedido en febrero, pero habíamos tenido que postergarlo, y yo le iba informando como iban las cosas por aquí.

Hoy es el día. Abrí el diario y fue lo primero que leí

Bien. Conteste, y cuando Salí de la habitación oí de lejos las campanadas de las doce, todos dormían, pero aun así había tomado la capa... Me detuve seco en un pasillo, recordando una conversación que habíamos tendió

FLASHBACK

Es así como pienso apoderarme del ministerio, voy a cambiar las reglas, y torturare a todos lo que me trataron de bastardo, no habrá prohibiciones sobre los muggles, podremos torturarlos y cazarlos como ellos nos cazaban en las épocas medievales...

Wow, eso suena divino. Me reí en mi mente

Casi puedo sentir tu sarcasmo pequeño, se burló el, haciéndome reír aún más.

Tom

¿Qué es lo que está mal?

Nada. Era mentira.

No me mientas pequeño, no a mí, conozco esa caligrafía tuya y sé que algo sucede, estaba esperando que me lo dijeses de buena fe, pero parece que ya no confías en mi...

¡No! Sí que confió en ti... es solo... no quiero decepcionarte

...

No sé si quiero asesinar a esa chica

¿Acaso me quieres dejar sin cuerpo? Eso quieres ¿verdad? Quieres verme sufrir, pero deja, ya ni me hables, creí que podrías con algo tan siempre como eso.

¡No, no, no! Si lo hare, no quiero verte sufrir, no- yo, lo hare, la asesinare para ti.

Bien pequeño, te agradeceré eso...

FIN DEL FLASHBACK

Volví a la realidad por un tintineo, y supuse que era el celador, por lo que apresuré mis pasos hasta llegar al baño de niñas del segundo piso. En ningún momento me saque la capa, por seguridad obvio.

Ábrete —justo como dije Tom, el lavabo dela serpiente se fue para abajo en un movimiento extraño, y los otros se abrieron, dando lugar a unas escaleras de caracol.

Respiré profundo y tomando mi capa y mi varita comencé a caminar.

Ciérrate —la luz sobre mi cabeza desapareció y conjure un lunes para seguir bajando, hasta dar con una caverna, en la cual había otra puerta de lo que parecía... cobre, a la cual le volví a decir que se abriera y así lo hizo.

Apague la luz de mi varita y luego de respirar profundo me adentre en aquel lugar.

Me hallaba en el extremo de una sala muy grande, apenas iluminada. Altísimas columnas de piedra talladas con serpientes enlazadas se elevaban para sostener un techo que se perdía en la oscuridad, proyectando largas sombras negras sobre la extraña penumbra verdosa que reinaba en la estancia.

Saque mi varita por si acaso mientras avanzaba por entre las columnas decoradas con serpientes. Mis pasos resonaban en los muros sombríos. Iba con los ojos entornados, dispuesto a cerrarlos completamente al menor indicio de movimiento, gracias a la advertencia de Tom sobre el basilisco. Casi me atrevía a decir que las serpientes de piedra me vigilaban desde las cuencas vacías de sus ojos.

Casi inexistente (𝙩𝙤𝙢𝙖𝙧𝙧𝙮)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora