-I-
La Unción de Enfermos,
sacramento de los cuerpos yermos
que van a traspasar
este mundo efímero con un gran yelmo:
el Viático,
alimento eterno,
que sondea el paso abismático.-II-
Saluda el presbítero
a la casa,
que pronto será de deudos,
de la Angustia y el Dolor feudo,
ya hay llanto hiriente,
por la reunión con los tataradeudos."La paz del Señor a esta casa,
y a todos los aquí presentes".
Escasa es la travesía,
el Desenlace nunca se atrasa
más de lo debido,
y nace un sentimiento reprimido
ante la Vida que se escapa,
y se esfuma,
y que nadie ya atrapa.¡Cómo el dolor abruma,
nadie lo asume,
todos se consumen,
por los días nocturnos!¡Las noches
diurnas!
¡diuturnas!
Incluso,
concluso tu viaje, tu rol,
en la vejentud inhumana demuda la rosa,
nadie somos nada,
aullamos al firmamento dolosos,
firme monte de una Selene desalmada,
mas no del sol!Con el agua crisol,
y con la familia en estol,
deja sobre el enfermo el rocío
de un Nuevo Amanecer en el Reino de Dios,
cuando él entre sobre este último, invicto,
siendo renadío:"Que esta agua nos recuerde
nuestro bautismo en Cristo,
que nos redimió con su Muerte y Resurrección".-III-
Así ha de crecer la pequeña flor
en este terreno baldío.
En los tiempos añejos,
un Dios bajaba a nuestro mundo,
y curaba las dolencias,
no por ciencia, ni por métodos complejos,
sino por simple deseo rotundo,
dejándolos a todos perplejos.Uno de sus discípulos,
en su epístola,
en un sapiente capítulo y versículo,
enseñó que si hay alguien enfermo,
lo unja con óleo.
La oración de fe lo salvará,
y los pecados se le perdonarán,
antes de abandonar este mundo corpóreo.Pongamos, pues,
a nuestro hermano enfermo
en manos de Cristo,
que lo ama y puede curarlo.
Él no está desprovisto,
del regalo eterno,
del halo,
del Heraldo confraterno,
que ha de encumbrarlo.Reconozcamos nuestras faltas
como carta de nuestro presentar,
al que nuestro corazón exalta,
y cuyo cuerpo y sangre llevará,
a su ajuar, este que ahora se aparta.Para participar con fruto en esta celebración,
comencemos por reconocer nuestros pecados,
en tanto que hemos despreciado
a la Roca de Salvación.
He pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión,
por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa,
que me deturpa,
y me taladra hasta la pulpa
de mi corazón que mi Dios ocupa,
y al que le debo gran disculpa.Que el Señor
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados,
y nos lleve a la vida eterna,
en medio de la tierra que nos consterna,
y que nos ha echado de lado.-IV-
En la ciudad de Cafarnaúm,
según Mateo,
se acercó un centurión,
jefe de centenas,
y con gran pena,
sorprendido por su fama
relató al Señor que un criado suyo,
encontrábase paralítico y en cama,
y díjole el Cordero de irlo a curar,
pues estaba en la misma ciudad,
a un tiro de pedregullo.El soldado, por su orgullo,
pero no de darse golpes de pecho,
sino por alta estima hacia el de Belén,
que es el que marca todos los atrechos,
respondíole que no era quien,
para que entrase bajo su techo,
que bastase que lo dijera de habla,
y quedaría sano por sus palabras.Quedó sorprendido el Cristo,
comentando que en Israel
no había encontrado tanta fe,
y le encomendó a casa:
"Que se cumpla lo que has creído
¡En paz marcha!"-IV-
Invoquemos el nombre del Señor,
sobre nuestro hermano,
libra a este enfermo del pecado
y de toda tentación,
los ancianos andan encorvados,
porque el peso de la muerte próxima,
sobre ellos,
induce al quejido de su voz anónima,
en un universo de almas tristísimas,
y de lágrimas por cosas nimias.El intento de alquimia
sobre las paginas de la vida
es una orquídea que se ahoga por una simple llovizna,
una brizna de hierba,
de la que ni una oveja es digna.Dígnate visitarlo con tu misericordia,
y confortarlo con tu Santa Unción,
en este viaje por los límites de la parsimonia.El óleo será como un masaje
para su piel agrietada y arrugada,
ayudará para embalsamarlo,
lubricará su corazón,
para pasar por entre la verja del Parnaso.Tú, que has hecho que el leño verde del olivo
produzca aceite abundante
para vigor de nuestro cuerpo,
enriquece con tu bendición este reconfortante óleo,
para que los Ungidos sientan alivio.
Bendito santolio,
que llena de ardiente amor
a los tibios.Por esta santa Unción,
y por su bondadosa misericordia,
te ayude
el Señor con la gracia del Espíritu Santo,
que el quebranto desnude
tu alma en el Juicio Venidero,
en la más favorable humildad,
y preparado un corazón sincero.Te rogamos, Redentor Nuestro,
que por la gracia del Espíritu Santo,
cures el dolor de este enfermo.Acoge en tu Reino a este adepto,
que siguió tus preceptos,
y floreció como un crisantemo
en pleno Otoño.
¡Oh, Nazareno, encumbra a este, tu Retoño!-V-
Padre, compadécete de este hijo tuyo,
que se debate en la agonía.
Tú nunca niegas el perdón
a los que acuden a ti.
Compadécete,
pues tu misericordia no tiene límites
Compadécete,
pues tu tienda reposan huéspedes.
Compadécete,
pues de tu Providencia es artífice,
desde los maitínes hasta la corónide,
una vida en reverencia,
una muerte en píxide.El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto me ha ungido,
para cambiar su ceniza en corona,
su traje de luto en perfume de fiesta,
su abatimiento en cánticos,
con tal de que entren a la celeste boda,
en medio de la intempesta,
hacia el descanso sabático.Vosotros os llamaréis: "Sacerdotes del Señor".
Dirán de vosotros: "Ministros de Nuestro Dios".
Iréis de dos en dos,
solo con bastón,
sin alforja,
sin pan,
sin nada que llevaros a la gorja,
más que lo que en sus casas os darán.Pater Noster,
para entrar a Palacio,
el cuerpo es el coste.Oratio:
El Viático será el único enser
en tu viaje.
Nada te llevarás de aquí.
Has cosechado
lo que has sembrado,
y vas a partir,
no existe retroceso alguno.Tu destino lo fijará un tribuno.
Fortuno o infortuno;
palacio de las panaceas,
o sofocadora caverna;
racia o desdén;
que haga brillar su rostro sobre ti,
y te lleve a la vida eterna.
Amén.
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CoseVenas (Poemario Gótico-Católico) (COMPLETADA)
PoetryUn poemario de 50 composiciones que retrata depresión, muerte, dolor y soledad. Todo enmarcado en la cosmovisión cristiana.