Sacramento De La Eucaristía

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-I-

Es un día especial el domingo,
es un memorial
muy especial,
hoy resucita el hijo de Virgo
María, la llena de gracia,
que ante sus 7 dolores tuvo pertinacia,
y que culminarían con la Muerte del Amado,
misterio de los más dolorosos,
y que más nos ha conmocionado.
Pero hoy, Día de la Nueva Creación,
proclamamos juntos y gozosos:
"Ha resucitado".

-II-

Entramos entonces en el templo,
y acompañamos la procesión de entrada,
siguiendo el tempo
y cantando con alegría,
y con entusiasmo,
el principio de esta Santa Misa.

Canto de campechanía,
sin pleonasmos,
y con palabras concisas.

El sacerdote besa el altar de sacrificio,
se santigua,
y saluda a la asamblea.

Su servicio atestigua
la ayuda cirinea,
al plan trazado desde era antigua.

El celebrante hace la señal de la Cruz,
saludando a la concentrada multitud
en torno
a ti,
Sacramentado Jesús
que vas a ser presentado así,
hasta tu retorno.

En el acto penitencial,
con el dichoso "Señor, Ten Piedad",  
nos disculpamos por nuestras faltas,
pues eso nos aparta
de Él.
Creemos que así se exalta
la tan alta misericordia
del Dios de Israel,
y así que Él se compadezca,
y que su gracia nos comparta.

Si tirásemos del recel,
descubriríamos, lesos,
que no somos más que carne y huesos,
de los que los gusanos se hartan.

Se entona el Gloria
al que sobre la Muerte
tiene Victoria.
Es el Fuerte
que merece toda jaculatoria.

En la oración colecta
se recogen todas las intenciones
de la progenie imperfecta,
que pide a Dios que no los desdeñe,
por su conducta incorrecta 
y de escándalo,
y que obre algún milagro,
como con la viuda de Sarepta.

-III-

En la primera lectura
leemos la historia de Israel,
y los profetas,
figuras de los anales,
que sin laurel ni oropel,
han pasado a las crónicas,
por su lucha sin cuartel,
contra corruptos y apóstatas,
en la tierra icónica
que mana leche y miel,
usurpada en esos tiempos por déspotas.

Tomamos del Salterio
unas líneas de su poesía,
uniendo algún retazo por en medio,
otro del final, o el principio,
para subrayar el mensaje del Evangelio,
de los santos, deliquio.

En la Segunda Lectura
Dios habla a través de los apóstoles,
que eligiéndoles el Rey
como hombres célibes,
les encargó predicar
en esta calígine
de mundo inánime.

El Aleluya,
y el hecho de persignarse
precede, e introduce,
a la lectura que ha de meditarse:
las enseñanzas del Maestro,
que solo debe leer el de casulla,
no por ser nosotros indiestros,
sino porque la autoridad es suya,
y no es nuestro capricho,
la guía.

Se explica lo hasta ahora dicho,
en la Homilía,
del buen prelado 
el trascendente discurso,
en el trascurso 
del eternamente sacrificio,
en este oficio mulso,
de dulce sangre y cuerpo,
en el que resurge,
-en el templo-
el pulso.
de nuestro corazón.
Mi riego corre en crescendo
por el Dios del esplendor.

Credo,
la profesión de fe
de los cristianos sin miedo,
que se dejan llevar por la merced
del Roquedo
de Salvación,
el Dios que pastorea a su pueblo
con su Sagrado Corazón.

En las oraciones de los fieles
cosmopolitas
se leen las peticiones
del pueblo,
claveles de los siervos,
de todas las naciones, e islas,
al Cristo crucificado,
como respuesta
de que han sido salvados
por su sangre inestimable,
que beberemos hoy,
en la ofrenda incruenta,
y perdurable.

-IV-

Se presentan el pan y el vino,
en especie,
no idem que la carne y la sangre,
aunque se indiferencie,
solo un ignorante que lo presencie,
podría decor tal barberie.

El canto del ofertorio
esta sección acompasa,
como alabanza que desde este oratorio,
sube hacia su Casa.

Y en colecta en favor de la Iglesia
se ofrece esta Eucaristía
para diversas causas,
como el fin de las guerras,
o la amnistía,
al que está bajo tierra.

Dé gracias y alabanza
el sacerdote al Tres Veces Santo,
que en el quebranto
de sus hijos,
los perdona,
y les ofrece cobijo
en los entresijos de sus alas,
crucifijo de cigarras y de gallos,
los que cantan de día,
los que cantan de noche,
todos ya tienen el regalo.

Epíclesis,
momento de expectación suma,
crece una aljuma
en el Árbol de la Vida,
los muertos salen del sepelio,
¿Cuántos son dignos de probar estos misterios,
sin hacer el tan blasfemo vituperio,
y caer en el más inmundo ciemo?

En la narración 
de la institución,
y consagración,
se rememora
la gozosa hora,
en la que el Señor
quiso dejarnos
cada vena, cada arteria,
hasta su más mínima materia.
¡Radiante milagro!

Anámnesis.
El pan y el vino
se transubstantan
con las mismas palabras
que las del Mesías,
en el crepúsculo,
en la Cena Santa,
cuando con sus discípulos,
el pan y el vino consagra,
y da a comer al mundo,
un alimento fecundo,
para sus almas.

La inmolación es ofrecida
en comunión con toda la Iglesia.
Por el Papa;
por los obispos;
por los difuntos;
y por los vivos.
Todos juntos en esta etapa;
todos juntos en este periplo.

La Barca 
tiene prestigio
de atravesar las caudalosas aguas
del Estigio,
y llegar al Cielo
con los compatricios,
que en tierra se quedaron
por haber nacido en cuerpo 
sin un amparo,
por lo que solo tienen suplicio.

La doxología se ofrece
en nombre de la Trinidad.
Esto es lo que acontece
cuando nos unimos en hermandad:
poder degustar con nuestra lengua,
y labios,
al verdadero Dios,
el principio de los sabios,
que haciéndose pequeño,
no mengua,
y partiéndolo,
no se hace escarnio.

Rezamos el Padre Nuestro,
como Jesús nos enseñó.
Nunca yo, siempre nosotros;
nunca por uno, siempre por todos;
nunca por mí, siempre por ti.

Daos la paz,
porque escrito está:
Que si el fiel
tiene algo en contra del prójimo,
que se reconcilie,
antes de dejar su ofrenda.
Si vas a tomar el ácimo
las flores de la amistad
no deben ser seruendas.

Kyrie, Kyrie
Eleison,
que no somos mejores
por ser conversos.

La fracción del pan
simboliza que somos muchos
en la comunión de un solo pan de vida,
el Cuerpo
de Cristo.

Es nuestro confuerzo
la armadura de la que estamos provisto,
y por la que nos haremos en santidad, duchos.

En la inmixión,
el sacerdote deja caer del pan,
unas partículas,
sobre el cáliz
para significar la unidad
del Cuerpo del Shaddai,
para "in sécula".

El sacerdote,
luego de extraerla del sagrario,
le muestra al pueblo reunido
la bendita especie,
que ha de tomarla quien aprecie,
el Sacrificio del Calvario.

¡Acercaos al pan de vida,
Hijos del Señor!
Degustad el néctar divino,
la ambrosía del Dios de Dioses,
que a la Tierra vino.
Saboread las nubes del cielo;
la luz del Sol,;
el aire;
los rayos de luna;
el zumbido de los ángeles.

¡Saboread al Dios al que todos aclaman!
Él te reclama,
¡La poesía de la Creación
declama!
Únete en coro a ella,
cántale al Omnipotente
con la más bella sinfonía de los seres vivientes.

-V-

El pueblo,
con gesto reverente,
toma el Cuerpo,
y la Sangre del Inocente,
de la Vida Eterna, fuelgo.

Este es el tesoro más grande
que jamás haya existido,
y aún no cabe en nuestra mente finita,
que un Dios nos hermande,
como un amigo que nos visita.

Demos gracias a Jesús
por haberlo recibido,
y que nos ayude a vivir en comunión,
siempre en lo más veraz.

La bendición.
Id en paz.

CoseVenas (Poemario Gótico-Católico) (COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora