Esta soy yo

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¡Noticia importante!

Hola mis queridísimos y brillantes Zanahorios!^^   Cómo habéis estado? Hoy quiero dedicarle este pequeño maratón a una de mis más adoradas Zanahorias, que cumplió años el 12 de marzo, es fan de Alessandro y que siempre me alegra con sus comentarios y su pasión por la historia! KARLA! Muchas gracias por estar ahí leyéndome y apoyándome!! Y aunque ya han pasado algunos días, FELIZ CUMPLEAÑOS!! 

Ahora si, espero que la idea del maratón os emocione! Que os gusten los capítulos! Y que me dejéis muchos comentarios! Porque, de verdad, no os hacéis una idea de las sonrisas que me sacáis! ^^
Besos
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Tres días habían pasado desde mi pelea con Susan y ya podía decir, sin miedo a equivocarme, que esa bruja pelirroja no tenía filtros a la hora de hacer maldades.

Si en algún momento había creído que me tendría miedo por arrancarle las extensiones, me había equivocado.

Los mensajes de mi aventura con Alessandro sólo habían sido el principio. Un segundo grupo de mensajes aseguraba que me había estado viendo con Filipp para conseguir dinero extra. Lo mismo había ocurrido con Jake y Alan en el tercer y cuarto grupo de mensajes, lo cual había afectado también a Alina, que al ser la novia del asiático, era tachada de estúpida y presionada continuamente a terminar su relación, cosa a la que ella se negaba incansablemente.

El último grupo de mensajes había llegado a última hora de la mañana. Como siempre, los teléfonos de toda la clase sonaban a la misma vez, y nadie esperaba un segundo para ver la nueva noticia. Por estúpido que fuera, mi número también había sido añadido a la cadena de mensajes, y mi cuerpo temblaba de rabia cada vez que mi teléfono móvil vibraba al mismo tiempo que el de los demás.

"¿Qué será esta vez?" —. Me pregunté apretando los dientes con fuerza.

Alina me miró apenada y puso su teléfono entre ambas. La foto de un chico delgado, de pelo negro y rizado y pequeños ojos de color verde musgo, llamó mi atención. Conocía a ese chico. Era de quinto curso; nos habíamos visto en el campo de fútbol. Chad, me había dicho que se llamaba. ¿Qué ocurría con él?

Bajé la pantalla para descubrir un nuevo artículo que me hizo hervir la sangre. El chico aseguraba que yo estaba con Drew cuando él me había pedido "una cita", y que le había prometido avisarlo cuando el moreno me dejase disponible.

"Me llamó la atención que quería que le pagase con ropa y no con dinero... Supongo que querrá mejorar su estilo, ahora que puede permitírselo. Yo desde luego estoy dispuesto a darle lo que me pida. La chica es una preciosidad"

Arrugué con furia las hojas que tenía sobre mi escritorio, asustando a Alina y llamando la atención del profesor de matemáticas.

—González, no pague con los folios su frustración. Si no le sale algún ejercicio acérquese aquí y se lo explicaré. Y a los demás, se lo advierto, si escucho un solo teléfono más lo requisaré hasta final de curso.

No levanté la mirada de la mesa en ningún momento. ¿Por qué mentía ese idiota? ¿Cómo podría sentarle eso a Alessandro? ¿Cuánto le estaba afectando mi decisión de callar mi procedencia? ¿Cuánto más permitiría que se sacrificasen él y mis amigos?

"Esto no estaría pasando si todos supieran quién soy."

Mi corazón latía rabioso. La ira me consumía y sentía que mi cuerpo estallaría en cualquier momento si no me libraba de ella. No podía más. ¡No lo soportaba!

La pequeña mano de Alina se posó sobre mi espalda y me acarició con suavidad, tratando de enfundarme ánimos. La miré a los ojos y ella me devolvió una mirada cargada de comprensión y fuerza. Sus labios se curvaron en una débil sonrisa y sin más, con ese pequeño gesto, estallé.

Mariposas eléctricas ©   (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora