ϟ ..ઇઉ..ϟ
POV DREW.
De nuevo igual, de mal humor nada más abrir los ojos.
Me metí en la ducha y dejé que el agua templada cayese por mi cuerpo. Hacía tres días que Daniella no venía a clase, y yo sabía que no se debía a un estúpido resfriado.
—Mierda —Golpeé con furia la pared de la ducha. ¿Por qué se tenían que complicar tanto las cosas? —. Esa maldita pelirroja...
Todo aquello era culpa de la estúpida de Susan. Pero se las vería conmigo, ¡vaya que si lo haría! Cerré el grifo con fuerza y me sequé para vestirme. Me cepillé los dientes y observé mi sonrisa en el espejo.
¡Joder! ¿Cómo era posible ser tan perfecto?
Engominé mi pelo hacia arriba haciendo hincapié en la zona de la frente y ya estaba listo.
Agarré mi carpeta y me encaminé hacia el comedor. Hacía semanas que no me sentaba con Alan y Jake, pero si estaban con Filippo, estaban contra mí. Me acerqué a mi nuevo grupo; algunos de mis compañeros de fútbol, que me recibieron con gruñidos y choques de puños y algunas de sus novias y amigas, que me regalaron sonrisas y besos. Una guapa morena, cuyo nombre no recordaba, me dio una taza de café y un croissant. Le guiñé un ojo antes de sentarme. ¡No podía ser descortés!
—Hey, Drew. ¿Qué te pasa últimamente, colega? Estás siempre de un humor de perros. —Rodé los ojos.
Odiaba la estúpida manía de Esteban de llamarme colega. Sus padres eran directores de un hospital y se creía lo máximo.
—Si, ¡tío! Olvídate ya de lo de baloncesto. Sigues siendo nuestro capitán, ¿o no? —Trató de animarme Lucas, un tipo español, cuyos padres eran dueños de una importante cadena de hoteles, que me caía bastante bien.
—¡Arriba capitán! —Gritaron todos, haciéndome reír amargamente.
—Callad y comed antes de que os baje la regla a todos. —Advertí provocando sus risas.
Una escandalosa cabellera roja llamó mi atención nada más entrar en la estancia. Como siempre, Susan venía seguida de la curvilínea Barbie y de la alta y sensual morena que tenía por mascotas. Muchos de los chavales comenzaron a babear y silbar mientras las tres se acercaban a la barra, contoneando exageradamente las caderas.
—La tendría gritando toda la noche. —Escuché comentar a Izan, que era hijo de un jugador de futbol americano profesional. Respetaba a ese hombre profundamente.
—¿A cuál de las tres?
—¡Yo paso de elegir, colegas! ¡Tengo para todas! —Reí, como los demás el chiste de Esteban, para no quedar mal.
—Yo a Susan —Respondió Izan riendo—. ¡Ya sabéis lo que dicen de las pelirrojas! —Todos se carcajearon mientras las chicas que nos acompañaban, miraban a sus novios con cara de odio.
¿Qué mierda les pasaba? ¡Ellos no decían nada malo! ¡Sólo reían!
"Locas."
—¡Hey, hey, chavales! Vienen hacia aquí.
Giré la cabeza para ver como la pelirroja oscilaba sus caderas hacia mí. La miré de arriba abajo provocando una mezcla de satisfacción y orgullo en sus ojos. No podría hablar con ella delante de los demás, pero cuando la agarrara a solas iba a oírme más que bien.
—Drew, querido, buenos días. ¡Buenos días, chicos! —Saludó con su voz golosa. Levanté levemente la cabeza para devolverle el saludo.
—Estás cada día más buena, Susan. —Habló Izan.
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Mariposas eléctricas © (En edición)
Teen FictionDaniella siempre ha vivido tranquila en la mentira. Él está furioso con la verdad. Daniella no sabe lo que es el amor. Él tiene el corazón destrozado. Daniella vive un nuevo sueño. Él duerme envuelto en pesadillas. Daniella ha comenzado a pensar mu...