Ahora es febrero, el primer día del mes que despierta entusiasmo en todos al ser en el que se expresa el amor y afecto de todo tipo en todas sus formas cierto día, pero pensamos que sería demasiado cliché organizar una gran festividad dentro de otra, de modo que estamos aquí el primero de febrero.
Bajamos del taxi que tomamos desde casa de mis padres, luciendo ellos unos trajes color vino oscuro, hechos por Jiyong. Los bebés llevaban ropa blanca y pequeñas coronas de flores naturales que iban a juego con mi ramo.
Yo fuí el último en descender del auto, asegurándome de no arrugar demasiado el hermoso traje blanco de detalles dorados que carecían de dirección específica y aún así estaban en armonía. Mis zapatos eran sencillos originalmente, pero mi padre se encargó de embellecerlos con pedrería, perlas blancas para ser exactos. Llevaba en mis manos la sortija de compromiso, un ramo de rosas pálidas y rosadas, que fueron cultivadas solo para mí y una más en mi cabello, adornando mi cabeza, pues decidí no usar velo.
Me sentía el novio más hermoso del mundo, todos los presentes lo decían con admiración y yo deseaba que Chanyeol pensara lo mismo.
Tomé los brazos de Jiyong y Seunghyun, cada uno a mi lado, y entramos a la pequeña iglesia imperturbable que se encontraba en medio del seco terreno.
Entré con la mirada baja, asegurándome de que el traje estaba bien, controlando mis nervios, y esperando hasta el último minuto para sorprenderme al ver a mi novio en el altar.No me sorprendí por lo que ví, sino por lo que no ví.
-Chanyeol no ha llegado -anunció Jiyong, totalmente desconcertado. Incluso los pequeños bebés parecían inquietos con la situación que ni siquiera eran capaces de entender debido a su corta edad y poca conciencia.
Levanté la vista lentamente, temiendo que fuera una broma pesada o una equivocacion, pero era cierto, mi futuro esposo no se veía por ningún lado. Tampoco estaba el sacerdote pero eso era lo de menos.
-Tal vez... Tal vez se le hizo tarde, ya saben como es él -respondí con una pequeña risa, que sonó más como un chillido.
-Supongo que es así, vamos a esperar -respondió Seunghyun igual de dudoso.
Nos sentamos en la última fila de bancas, guardando un silencio absoluto, no había nada que decir. Un momento después también noté que Dae no había llegado, pero de nuevo, eso no era realmente importante.
El hombre de cabello anaranjado tuvo que poner un efecto de calma en sus hijos porque estaban realmente inquietos, sollozaban bajo y se sacudían molestos.
El tiempo fue mucho, el propio sentimiento de espera también, no tenía diferencia una eternidad y una hora, una hora ya transcurrida desde que llegamos.
-Deberíamos llamar a Chan, me preocupa que le haya pasado algo -interrumpió Seunghyun.
-No se puede, su teléfono se cayó y dejó de funcionar- respondí automáticamente, recordando cómo el día anterior me comentó ese accidente, al regresar del trabajo, pareciendo realmente molesto por ello. Una consecuencia lamentable de comprar teléfonos baratos.
-Querido, esto me da una mala sensación... - Jiyong se acercó con un tacto gentil, a punto de soltar una terrible suposición, cuando un auto derrapando se escuchó afuera.
-¡Es él, lo sabía! -corrí desesperado fuera de la iglesia, dispuesto a golpear al tonto de mi novio por preocuparme y después arrastrarlo hasta la iglesia y pedirle a Jiyong que él mismo nos casara si era necesario.
Me detuve en seco al ver de quién se trataba. Aún estaba feliz sin embargo no pude evitar sentirme un poco confundido, pues el vehículo pertenecía a Chan pero no era él quién bajó de este.

ESTÁS LEYENDO
Madly Broken
AléatoireByun Baekhyun tenía tan solo 18 años, sus condiciones económicas y sentimentales no eran las mejores pero siempre intentó ser feliz con lo poco que tenía... Hasta que lo perdió, rompiendo su corazón y esperanzas, llevándolo a hacer cosas que nunca i...