—Y así es como se forma un hechizo de protección básico: fuerza, intención y firmeza, junto con las emociones que se pueden presentar dependiendo de la circunstancia, pero tienen que ser nobles. ¿Alguna duda?
—No señor, todo muy claro —sonreí una vez que termine de tomar notas en una libreta obsequiada por Seunghyun— Pero si hago ese hechizo aunque sea de forma consciente ¿Se notará como los demás?
—Poco probable; si estás usando ya otra otro poder tendrás un aura mágica establecida, lo que impedirá que se vea que llevas el de protección. En realidad no creo que ni siquiera tú te des cuenta, es muy sigiloso.
—Entiendo —escribía tan rápido como podía y terminaba el apunte con un lindo dibujo de mi mismo rodeado de magia (sólo eran unas rayas torcidas rodeando un muñeco de palitos y bolitas).
—Creo que eso es todo por hoy. Hora de comer, muchachos —cerró su libro haciendo que saliera un poco de polvo disparado. Un dato adicional que aprendí el día anterior, era que Seung nunca limpia más de lo necesario sus libros y otros objetos por miedo a que pierdan su escencia.
Chan y yo llevábamos una semana asistiendo juntos a la casa de la amable pareja para aprender a ser brujos, según el tonto Jongdae. No teníamos un propósito en específico, solo nos divertía pero también lo tomábamos con seriedad, poniendo atención en cada palabra del más alto y sabio de todos.
El señor Jiyong también era muy bueno con la magia, pero había dejado de usarla con tanta frecuencia debido a sus ocupaciones como amo de casa, como comerciante y enfermero personal de su esposo. Chan seguia sin explicarme el por qué de los pequeños cultivos de hierba en el huerto trasero, ni del olor de la misma que estaba siempre presente en la casa. Sólo sabía que el hombre de cabello naranja la vendía en poca cantidad a personas enfermas ya triturada, en aceite o en galletas, pero no creo que esa sea una gran razón.
No digo que sean traficantes o drogadictos porque no lo son, su personalidad extravagante y pasiva es natural.
También sé que tienen problemas económicos y por eso venden ropa tejida, encantamientos sencillos o frutas y verduras. En casos muy raros Jiyong ofrece servicios como partero (eso aún no sé cómo lo aprendió) y hace propaganda de las clases pero sólo a personas seleccionadas cuidadosamente.
—La comida ya está lista, queridos —el más cargado de deberes pero aún así el más feliz de la casa apareció dispuesto a ayudar a su esposo a levantarse de la mecedora para llevarlo al comedor. Otro dato desconocido para mí era la enfermedad o padecimiento de Seunghyun. Se veía lo suficientemente sano como para dar clases por una hora o dos, comer e ir al baño sin ayuda pero no para caminar, mantenerse despierto algunas veces después de comer y en ocasiones lo he visto agarrar su espalda baja, conteniendo algún tipo de dolor.
Sospecho que es algo de la columna o cadera, aunque me extraña que no use un bastón o andadera y no creo que eso se relacione con su delgadez y bajo peso. Según lo que he visto en algunas fotos viejas colocadas en repisas, él tenía una cara delgada pero con mejillas más llenitas, sus ojeras eran inexistentes y mostraba sonrisas muy pequeñas comparadas a las de Jiyong, sin embargo podías ver que era feliz y saludable.
Y por eso mismo, siento una triste ternura al ver cómo después de dos o tres intentos (en ocasiones más y es entonces cuando ya se necesita la ayuda de mi novio) el más alto logra pararse y apoyarse de un hombro del señor Ji para ser guiado por él y su gentil mano hasta su asiento.
—¿Qué has preparado hoy? Huele muy bien —Chanyeol intenta animar el ambiente preguntando por la comida del día.
—Arroz con verduras cocidas y lasaña —Jiyong sonríe orgulloso.— Espero que les guste.
—Sabes que si, tienes una sazón increíble —una vez que llegamos a la sala Channie se apura a preparar la silla donde Seunghyun cae suavemente—¿Estás cómodo?
—Asi estoy bien, muchas gracias —da unas palmadas de agradecimiento en su espalda, que Chan responde con unas en el hombro.
—¿Quieren que les sirva o lo hacen ustedes? Debería hacerlo yo, Baek siempre come muy poco y esas bonitas mejillas necesitan alimento —me sonríe cariñosamente mientras las pellizca.
—Si quiere puede hacerlo usted, su comida en serio me gusta —levanté mi plato para que pusiera un gran trozo de lasaña y algo de arroz.—Solo que no estoy acostumbrado a comer tanta comida deliciosa.
Supongo que conocen la película de una rata cocinera que hace que un crítico culinario estricto recuerde su infancia con un platillo sencillo. Bueno, así me siento yo, solo que mi paladar no es tan exigente.
La comida del señor Ji era cuidadosamente preparada, desde el cultivo de las verduras hasta el picarlas y sazonarlas. Todo estaba bien acomodado; nunca había salsa manchando el plato al momento de servir, migajas sueltas o queso fundido fuera de su lugar. Además parecía que cada partícula de alimento brillaba al ser bendecido con amor.
Cada bocado me hacía sonreír levemente, en ocasiones casi haciéndome llorar al sentir una paz increíble, degustando los recuerdos de las meriendas de mi infancia, dónde reunidos todos en la mesa hablábamos, reíamos y disfrutábamos el sabor de la comida. Pero había algo más importante para mí...Realmente lo que yo disfrutaba era el sabor a hogar, un sabor que se había vuelto agrio en mi casa pero recuperaba el escencial toque de la felicidad y amor aquí, con el matrimonio Kwon/ Choi.
Todavía me faltaba mucho por conocer de ellos, pero tenía suficiente para quererlos y verlos como familiares reales. Ellos también me decían cada segundo cuánto me estimaban y me pedían que dejara de hablarles formalmente. Chanyeol también insistía en eso pero a diferencia de él, que lleva tres semanas teniendo contacto, yo era nuevo en la casa y al mismo tiempo nuevo en establecer relaciones respetuosas y afectivas con personas mayores y sobre todo tan dulces como Jiyong y Seunghyun.

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Madly Broken
AcakByun Baekhyun tenía tan solo 18 años, sus condiciones económicas y sentimentales no eran las mejores pero siempre intentó ser feliz con lo poco que tenía... Hasta que lo perdió, rompiendo su corazón y esperanzas, llevándolo a hacer cosas que nunca i...