El sueño de hace dos semanas fue muy distinto a cualquiera que haya tenido antes y eso de por sí ya dice mucho, recuerdo el haber estado en una especie de laberinto con una ropa totalmente de color blanco y las paredes de un rojo intenso, como la sangre misma, solo había un camino al principio, al final de este debía de girar a la derecha, continué hasta toparme contra otra pared que me obligó a ir ahora por el lado contrario. La mayor parte del tiempo me sentí observado, constantemente miraba hacia atrás esperando encontrarme con alguien.
Llegué al punto de poder ver una silueta de pie a una distancia considerable de mí, pero cuando caminé la mitad de lo que nos separaba se movió y escapó de mi vista. Una vez que llegué a la posición de donde la sombra estaba observé que otro largo camino se extendía, fue a partir de aquí que el dolor profuso sobre mi costado se hizo presente haciéndome caer al suelo de rodillas acompañado de ese enigmático "bip" que inundaba todo el lugar, apreté fuertemente los dientes llevándome las manos a la cabeza, el sonido desapareció al cabo de unos segundos.
Cansado y adolorido encontré lo que parecía ser el final del recorrido, luego de un destello se presentó ante mí un campo interminable de rosas, la única compañía en ese momento era el sonido del viento hasta que me abrazaron por la cintura, una voz en particular me habló al oído.
— ¿Ínoli? — pregunté más que dudoso.
— ¿Puedes ver lo que hemos construido? – su voz mostraba un tono muy dulce.
— ¿Te refieres... a las flores?
— Así es, cada una de ellas representa las veces que nuestros corazones han latido al mismo tiempo en cada beso.
— Son más de las que puedo contar – miro ingenuo el incontable número de ellas alrededor.
— Crees haberlo olvidado, pero estoy tan impregnada en tu cuerpo que él es el único que puede recordarlos.
— Me cuesta creer en tus palabras.
— Debes buscar más profundo.
Comenzó a desabrochar botón por botón de mi camisa, una vez abierta colocó la palma de su mano en el centro de mi pecho, donde sentía claramente el latir de mi corazón.
— He tratado, pero nunca encuentro las respuestas.
— Busca más profundo... — susurró introduciendo su mano lentamente en mi pecho.
A partir de ahí no pude hacer ningún movimiento, mis ojos eran los únicos que podían hacerlo. Todo se volvió doloroso, pero no era físico, más bien provenía de mi interior, ahora mis parpados también se encontraban petrificados, miles de imágenes borrosas pasaban en frente de mí, mis mejillas se sentían húmedas producto de las lágrimas que se derramaban sin parar y cuando pensé que las cosas solo se podían poner peor todo se pintó de color negro.
De manera gradual fui perdiéndome, comencé abandonar toda fuerza en mí hasta que de nuevo aquel "bip" me hizo reaccionar del letargo que experimentaba, todo se esclarecía una vez más, continuaron mis oídos quienes me hicieron escuchar el fuerte sonido de la lluvia afuera, lo que me hizo despertar.
Los últimos eventos en conjunto con las imágenes vistas en ese extraño sueño me han tenido un tanto alejado de mis relaciones interpersonales, he preferido mantener una distancia de casi todo lo que me rodea, ya ni siquiera sé si lo que me pasa es aburrido, cansado, curioso o perturbador, solo deseo detenerlo.
He perdido toda comunicación con Rosemary, desde aquel ultimo día decidí no molestarla de nuevo, es quizás lo que se roba mi tranquilidad por momentos, tuve una pequeña charla con Katerina, ahora me pregunto la razón de haberla tenido, no logré otra cosa que fundirme más con el dolor al saber que su amiga no la estaba pasando nada bien luego de la función, desearía no haberme tropezado con ella aquel día en el centro comercial.
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Noviembre
Teen FictionLa vida de Eriol comienza a torcerse cuando Ínoli llega a ella, acompañada de extraños flashbacks, enigmáticos sueños y déjà vus que abrirán el telón a un cruel laberinto del cual la salida tal vez solo lleve al inicio de todo...