Capítulo 3 - Presentaciones

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Al despertar estuve inmóvil un poco más pensando en lo que había acabado de soñar, estuve sentado en un parque mirando el cielo, teñido de un negro profundo el cual era adornado por las estrellas que parecían perlas con un brillo eterno, sin duda aquello era fascinante pero lo que en realidad llamó mi atención fue el estar alado de una persona de quien no pude reconocer el rostro, entre toda la oscuridad solo pude ver una linda sonrisa, me hablaba con tanta naturalidad, no entendía nada pues había un silencio inquietante, justamente me desperté cuando aquella persona ponía un collar muy peculiar sobre mis manos, parecía una gota de cristal. Después de abrir los ojos tenía una sensación muy rara, sentía que de verdad había estado allí, incluso el lugar lo conozco, es un parque que no está muy lejos de la escuela.

Se me hizo tarde como para irme caminando, le pedí el favor a Ian que me llevara, ya que mi escuela queda camino a la Universidad. Estuve a punto de quedarme afuera por llegar tarde y por ello no pude entrar a la primera clase, fui a la cafetería a hacer algo de tiempo, me senté y puse sobre la mesa mi mochila, sobre ella me recosté, me estaba quedando dormido cuando de pronto quedé estático al ver que en otra mesa estaba sentada la chica que había conocido apenas ayer, Rosemary, que debía hacer, quedarme sentado y aparentar que no estaba ahí o hablarle, ayer dijo que le agradé pero no sé que pensar, era difícil apartar mi mirada de ella lo que provocó que en una de tantas se diera cuenta, sentí un escalofrío que recorrió de mi cabeza a los pies y cuando noté que se levantó y comenzó a caminar hacia donde me encontraba mi respiración se hizo más rápida y profunda.

-Había escuchado hablar que existen coincidencias, pero ésta sí que me sorprende - manejó un tono amable.

-La sorpresa es mía, no esperaba verte aquí.

-Sinceramente yo tampoco lo esperaba, pero es una agradable sorpresa o... ¿me equivoco? - en ese momento solo quería decir algo que fuera lo menos tonto posible.

-No, todo lo contrario, me alegra encontrarte de nuevo, aunque aún me siento algo culpable...

- ¿Por arruinarme un refresco, una revista y mi ropa? hem... ya no me acordaba - dijo sarcástica y sentándose frente a mí en la mesa.

-De verdad... - bajé la mirada y mis labios se hicieron pequeños.

- ¡Oye! - buscó mi mirada - era solo un juego, no te lo tomes tan enserio, ¿ok? - me sonrió.

-Está bien... - con esa última sonrisa me puse muy nervioso, pero traté de disimularlo.

-Y dime... ¿te sales de clases? Porque entonces además de ser un pésimo guardaespaldas serías un mal estudiante.

-No, para nada, sucede que llegué tarde y ya no pude entrar a la primera hora... ¿y tu por qué no estás en clase?

-Hoy entro más tarde pero aun así vine temprano.

- ¿Alguna razón en especial? - mi tic de mover mi pie izquierdo comenzaba atacarme.

-Ninguna, me levanté más temprano de lo inusual y quise venir antes.

-Vaya, eres la primera persona que me dice eso, la mayoría no quiere ni venir.

-Pues para todo hay una primera vez, ¿cierto?

-Ya lo creo.

Después de unos 10 minutos sonó el timbre de la escuela para entrar a la siguiente clase, estas son las pequeñas ocasiones en las que uno quiere que el tiempo no se vaya tan rápido, valió la pena haber perdido una hora, tenía algunas dudas sobre ella, pero ahora me doy cuenta que es muy amable, su belleza no solo la lleva por fuera, me perdía un poco tratando de contar sus pecas difuminadas, no son muchas pero adornan muy bien su rostro. Su salón queda cerca de la cafetería y en el trayecto platicamos de las cosas que nos gusta hacer, nada mal para una primera conversación, aunque debo de ser honesto, aun me pongo muy nervioso, no estoy acostumbrado a este tipo de situaciones y siento que puedo parecer muy bobo, aquí es cuando me gustaría tener la cualidad de Iván y ser más comunicativo, me cuesta trabajo serlo.

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