Justo creí haber terminado con todo lo inexplicable a mi alrededor, lo que brillaba en el túnel no era la salida sino justo una linterna que me permitiría seguir dando unos pasos un poco más seguros por este lúgubre camino, el cual no planea mostrarme una pronta escapatoria.
Mi mente en estos días no es más que un licuado de sin sentidos, mi apatía nunca llegó a impregnarme a tal grado de despegarme de la realidad y provocar que perdiera el gusto a sentirme vivo.
El reloj arriba del pizarrón me indicaba que aún tenía treinta minutos antes de que el maestro pudiera recoger los exámenes, terminé antes, solo jugaba a sincronizar que golpeaba el borrador de mi lápiz en la mesa con la manecilla de los segundos mientras esperaba a que Iván me diera la señal de que no le faltaban más respuestas.
El maestro notó un cierto comportamiento extraño con nosotros dos, entonces tenía que salir con una diferencia de tiempo para no levantar sospechas, así que en cuanto vi que tiró su borrador me levanté a entregar mi examen, aún restaban quince minutos para que Iván se hiciera el tonto un rato más.
Hoy no pretendía hacer absolutamente nada de la escuela por lo que luego de ir al baño y pasar a la cafetería para comprar algo de beber fui directamente hasta mi casillero a dejar todas mis cosas.
— Gracias por ayudarme con la prueba, creo que con esto podré seguir en el equipo sin problemas otra temporada — el timbre sonó en ese momento.
— Un minuto antes de que terminara el tiempo, lo has hecho con estilo — dibujé una vaga sonrisa en mi rostro.
— Solo me preocupa que vayamos a tener la misma calificación.
— No te preocupes por eso, te he dado un par de respuestas mal — cerré el casillero.
— ¡¿Qué has hecho que?! — Iván se alteró un poco.
— Tendrás los puntos suficientes para pasar la materia, apaga tu drama un mes — mi tono aburrido hacía énfasis en mi aclaración al tiempo que comenzaba a caminar.
— Joder, me has mentido en toda la cara.
— No tendría que mentirte si te hubieras preparado mejor.
— Te prefiero callado, en definitiva — suspiró.
— Dime algo que no hayas dicho antes.
— ¿Acompañarme al club de fotografía te parece nuevo? — nos detuvimos de golpe al ver a Jhuly parada frente a nosotros y luego nos volteamos a ver.
— A mí no me mires, claramente te habla a ti, así que me piro vampiro — me dio una palmada en el hombro y se marchó.
— ¿Entonces Hunter? — el tono carmesí de sus labios me distrajo.
— Yo... — observé la hora en el celular — está bien, te acompañaré.
Al llegar al Aula se encontró con otro compañero con quien comenzó a platicar sobre algunos pendientes que aparentemente tenían, yo me fui a sentar cerca de las ventanas mientras observaba algunos cuadros e impresiones que tenían exhibidas en las paredes.
Luego de unos cinco minutos miré de nuevo la pantalla de mi celular, lo guardé de nuevo en la bolsa derecha de mi pantalón y luego contemplé el cielo ligeramente nublado, me recordaba que hoy sería un día distinto, habría un matiz diferente difícil de distinguir.
Desde el día del incidente del bosque lucho constantemente con mi mente, suelo ser arrastrado de nuevo a todas aquellas imágenes, el árbol, el suelo y las hojas en mi rostro, la densa lluvia sobre el parabrisas, el dije en mi mano impregnado por mi propia sangre y la voz de Ínoli tratando desesperadamente el mantenerme despierto. En ocasiones sentía que si cerraba los ojos y me dejaba de llevar por los recuerdos terminarían devorándome y todo esto terminaría en un segundo.
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Noviembre
Teen FictionLa vida de Eriol comienza a torcerse cuando Ínoli llega a ella, acompañada de extraños flashbacks, enigmáticos sueños y déjà vus que abrirán el telón a un cruel laberinto del cual la salida tal vez solo lleve al inicio de todo...