Capítulo 3

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Llevaba una semana en Nueva York y la verdad era que me había adaptado muy bien

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Llevaba una semana en Nueva York y la verdad era que me había adaptado muy bien. Pero aún me faltaban meses para iniciar la universidad, así que papá me propuso comenzar a obtener experiencia en una de las empresas qué estaba asociada con la de él en Nueva Zelanda.

Al principio me rehusé un poco, ya que no quería sacarle provecho a mi apellido, pero después de analizarlo un poco, me di cuenta de que esto me serviría para comenzar a pagar por mi cuenta el apartamento porque con un trabajo ordinario no podría hacerlo. Claro, si fuera por papá no trabajaría y él me lo pagaría todo, pero me negaba rotundamente a eso, de ahora en adelante todo lo que tendría en la vida quería conseguirlo por mí misma.

Así que ahora me dirigía a Accounting company Salvatore Inc, por lo que había investigado la compañía era de los hermanos Salvatore, que a pesar de qué eran muy jóvenes habían logrado llevar la compañía de su padre a las afueras de Estados Unidos. Mi padre, antes de venir, me dijo qué no habría mejor lugar para conseguir experiencia en la rama de administración de empresas, qué los hermanos Salvatore eran dueños de varias empresas de corredores de bolsa y todo esto era manejado por los números. Claro y no olvidemos que mi madre me advirtió qué eran hombres muy arrogantes.

«Además de apuestos y que nunca se les había visto con una pareja»

Bueno, a veces mi conciencia tenía razón, no pude evitar notar que eran muy apuestos y que en todas las revistas en las que habían sido entrevistados siempre se habían presentado solos.

«Tal vez podamos pescar uno nosotras y así podemos olvidarnos por fin del idiota de...»

Shh, cállate. Ahs, ojalá no fueras mi conciencia.

La verdad es que estaba un poco nerviosa, nunca había tenido una entrevista de trabajo, bueno, esto en sí no era un trabajo, serían como unas pasantías antes de iniciar a estudiar la carrera.

«Velo como un bonus»

Sip, podría verse de esa manera.

Cuando estoy frente al edificio me quedo de piedra, era altísimo, debía tener más de cien pisos. El lobby era hermoso, había porcelana blanca por todas partes y adornos navideños. Amaba esta época del año, aunque también tenía uno de los recuerdos más tristes y dolorosos de mi vida, era lo que me había hecho ser como soy.

Me dirijo a la recepcionista para que me indique las oficinas de los hermanos Salvatore.

—Buenas tardes, vengo —me corta antes de que pueda decir mi nombre.

—Si no tiene cita previa, aquí está nuestro número telefónico y correo electrónico para que pueda agendarla —dice mirándome con suficiencia. Dios, pero qué mujer tan maleducada.

«Tal vez lo es porque nunca te han tratado así»

Tienes razón, nunca me habían tratado así, pero eso no significaba que ella tiene el derecho de tratar a cualquier persona de esa manera.

Sombras oscuras © Libro 1 || [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora