Era increíble que llevara más de una semana haciendo mis pasantías, estaba feliz y saben que es lo mejor ¡Que me pagan! Ya podía pagar mi apartamento y oficialmente ya no dependía económicamente de mis padres.
«Olvidas quien pagaba tus caramelos favoritos»
Mmm, si bueno, eso era algo que solucionaría después.
Trabajar con los hermanos Salvatore me ayudaba muchísimo, en poco tiempo había aprendido muchas cosas.
«Y también te los habías comido con la mirada en innumerables ocasiones, que no se te olvide»
Odiaba cuando mi conciencia tenía razón, pero no podían culparme, trabajar con dos dioses no era sencillo.
Era imposible escoger entre ambos, si me pidieran que lo hiciera, pues simplemente me iría con los dos. Lo sé, sonaba loco, pero era la verdad.
Hoy comienza mi segunda semana en la empresa, sería honesta, aún no me acostumbraba a las miradas molestas de algunas de las chicas. No sé si era porque trabajaba con los hermanos Salvatore o si era por mi apellido.
No era estúpida, sé que muchos piensan que la razón por la que estoy donde estoy es mi apellido. Pero no todo era verdad, hago mis pasantías en Accounting company Salvatore Inc porque mi padre me consiguió esa oportunidad, sí, pero de ahí en adelante me estaba valiendo de mí misma.
Al llegar al edificio saludo a Rosa, era recepcionista en el lobby principal, era una de las pocas con las que había podido hablar y salir a tomar algo sin que comenzara a lanzar dardos venenosos a diestra y siniestra hacia mi persona.
Llego al último piso y me dirijo a mi oficina, estaba justamente al frente a la de los hermanos Salvatore. Atiendo varías llamadas, saco cuentas y cierro algunos tratos, estos tenían muy poca importancia e involucraban una pequeña cantidad de dinero. La mayoría de las cosas las hacía desde aquí, pero cuando se trataba de tratos millonarios, Jared y Jace tenían que hacer juntas. Siempre iba con ellos para adquirir más experiencia, también venían varios negocios importantes en otros países, lo que significaba que viajaría con ellos.
En cuanto llega la hora del almuerzo, entra a mi oficina Jacob —tan puntual como siempre—, pienso con sarcasmo. Desde que llegué aquí no había parado de invitarme a salir y de insinuarse. No les voy a mentir, es un hombre apuesto...
«...pero no se comparaba a nuestros hermanos Salvatore»
Tampoco negaría eso, pero el problema radica en el tipo de hombre que era. Ya saben, ese tipo de hombre. Salen varias veces, esas salidas terminan en acostones y después de unos días ni te dirigía la mirada. En pocas palabras, era de esos hombres que son bien perros.
«Compararlo con un perro era un insulto para los pobres animales»
Era cierto, los perros eran fieles, lindos, agradables... todo lo que él no era.
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Sombras oscuras © Libro 1 || [+18]
Lãng mạn«Duología Oscuros, primer libro» «Pasión, amor y venganza» Huir del pasado es como huir de nuestra propia sombra. No se puede. Así que cuando tomé ese avión a Nueva York, solo estaba postergando lo inevitable. No importa a donde fuera, él me encontr...