Capítulo 2

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El viaje había sido increíblemente largo, veinticuatro horas para ser más exactos

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El viaje había sido increíblemente largo, veinticuatro horas para ser más exactos. Nunca había viajado tanto la verdad, pero ahora mismo estar lejos de Nueva Zelanda era lo que más necesitaba.

«Solo espero que no te hayas equivocado, Mhia»

Y claro, lo que faltaba, mi conciencia, por supuesto que nunca está de acuerdo conmigo.

Papá me quería mandar en primera clase, pero rechacé su oferta, quería comenzar una vida en Nueva York, trabajar y conseguir todo por mí misma, no valerme de mi apellido. Quería salir adelante por mí y quién sabe eso tal vez me ayude a olvidar mi pasado.

«El pasado nunca se olvida, Mhia...»

Shh, cállate, no te necesito ahora mismo. Cualquiera diría que mi conciencia tenía vida propia.

Lo primero que veo al bajarme del avión es la neblina y que estaba haciendo un frío para morirse.

Genial y yo odiaba el frío.

Cuando entro al aeropuerto no puedo evitar admirar lo hermoso que es todo, estábamos en diciembre y todo gritaba navidad. Era simplemente espectacular.

Me dirijo a la zona para retirar mi valija, cuando voy por las escaleras a lo lejos veo un cartel con mi apellido Señorita Morshell. Maldición, le dije a mi padre que no hiciera esto.

«E deja de quejarte, yo no estoy de acuerdo en que dejemos estás comodidades»

Eres mi conciencia, no tienes que estar de acuerdo con nada, maldita sea.

Sé que soy la princesa de mi padre, pero me dijo que no haría esto ¡Mierda! Creo que tendré que hablar con él lo más pronto posible.

Cuando llego a dónde el señor, supongo que era el chófer, lo miro con mala cara.

—Bienvenida a los Estados Unidos, señorita Morshell, permítame presentarme soy Daniel Wisword. Trabajo para su padre y seré su chófer durante su estadía aquí en Nueva York —dice, respetando todos los códigos de etiqueta.

Tomo aire antes de responderle, no quería ser una maleducada, este hombre no tenía la culpa de que mi padre no me dejara hacer todo por mí misma.

—Dígame Mhia, por favor, no quiero ser irrespetuosa, pero no creo necesitar un chófer mientras viva aquí, Daniel —respondo.

—Lamento decirle, Señorita Morshe... —lo miro de mala gana y nota su error en su forma de llamarme—. Mhia, su padre me ha dado las órdenes de cuidarla mientras está aquí —no puedo evitar poner los ojos en blanco, nunca me dejan sola—. Ahora sí me lo permite, Señorita... Quiero decir, Mhia, déjeme llevar su equipaje, por favor —le miro mal cuando me quita la maleta antes de que yo pudiera responder.

Lo sigo a la salida y me quedo de piedra al ver la nieve, esto era increíblemente hermoso, no me equivoqué en escoger esta época del año para viajar, el frío me calaba hasta los huesos, pero valía la pena.

Sombras oscuras © Libro 1 || [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora