Capítulo 13

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Sangre

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Sangre.

¡Mierda!

Es lo primero que recuerdo al abrir los ojos, de dónde salió tanta sangre y que era o es eso.

Un dolor me recorre cuando intento mover la cabeza —Joder, debí golpearme cuando caí—, abro los ojos intentando pasar por alto la punzada constante que tiene mi cabeza.

La habitación tenía poca iluminación, así que solo podía ver las siluetas de dos personas sentadas a mi lado.

—Agua —mi garganta arde con tan solo con decir esa palabra.

Jared es el que está más cerca y es quien me escucha. Se acerca a la mesa de noche y me tiende un vaso de plástico pequeño.

—Bebe —no tiene que decirlo dos veces para que lo haga.

Me la bebo toda, en otras circunstancias me hubiera ahogado con la velocidad que lo hice. Después de tomar dos vasos más, hago la pregunta que sé que esperan que haga.

—¿Qué pasó?

—Fuiste al baño a orinar, después gritaste y te desmayaste. Cuando la enfermera te encontró vio sangre en tus manos y ropa íntima, después de eso llamaron al doctor, te hicieron exámenes y —el doctor entra interrumpiendo la conversación.

—Ya despertaste, ¿cómo te encuentras? —saca un estetoscopio y se dispone a escuchar los latidos de mi corazón.

¿Para eso no es la máquina que hace pip a cada rato?

—Bien, solo me duele un poco la cabeza.

—Es normal, te diste un fuerte golpe —retira el estetoscopio y toma asiento en una de las sillas que están al lado de la cama.

Jace y Jared están detrás del doctor, mirándome con preocupación, eso me pone alerta.

—¿Qué sucede? —no sabía si quería saber la respuesta a esa pregunta.

—¿En tu familia hay antecedentes de cáncer en los ovarios? —pregunta.

Un nudo se forma en mi garganta y pecho.

«¿Por qué nosotras?»

No lo sé, sencillamente no lo sé.

—Sí... A mi mamá a los veinticinco años le diagnosticaron cáncer en los ovarios. Estaba en etapa tres, los doctores dijeron que es un milagro que sobreviviera y que hubiera quedado embarazada después de eso —estaba llorando y creo que era el simple hecho, de que a la vida no le basto con lo que me pasó, sino que también me tenía que pasar esto—. ¿Tengo cáncer en los ovarios? —pregunto, sabiendo dentro de mí la jodida respuesta.

—Sí, lo siento mucho, señorita Morshell. Estás en etapa I, tienes suerte, se puede tratar y las probabilidades de que todo salga bien son muy altas.

Sombras oscuras © Libro 1 || [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora