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Una mudanza no tiene que ser algo significativamente malo, puede que algunos les duela dejar a sus amigos, su forma de vida, diablos incluso extrañan a la señora metiche de su calle que se inventaba chismes de ellos, bueno, Bushida Hitoshi no era uno de esos.

Nunca tuvo amigos en ninguna parte y la constante mudanza de su familiar no tenía nada que ver, para comenzar, no saben lo crueles que pueden ser los adolescentes estadounidenses con los asiáticos.

Desde que se mudo a Estados Unidos cuando tenía 4 años solo recibió burlas y maltrato de parte de sus compañeros.

No era feo, en realidad tenía un muy buen rostro, pero eso era en estándares asiáticos, los niños lo molestaban por verse afeminado (aunque en realidad no lo era), y la constante burla de sus ojos no ayudaba, su padre era mestizo europeo-japonés, pero murió cuando tenía 9, Hitoshi heredó los ojos verdes de su padre quien los heredó del suyo.

Ahora con 15 años cumplidos la familia Bushida regresaba a Japón, su madre ya harta de los maltratos a sus hijos decidió volver a su tierra madre a por fin echar raíces y que mejor lugar que Tokio.

La familia de Maiko ( la madre de Hitoshi) había sido muy rica, los títulos universitarios en la caja de la cajuela lo confirmaba, tenían una casa estilo japonés tradicional en Tokio, algo muy caro de conseguir.

Hitoshi miraba a las personas en la calle, cada con su propia historia, quien sabe si alguna vez la contarán, en los asientos a su costado izquierdo sus dos hermanitos iban dormidos, Junta de 8 y Kenta de 10 eran la luz en los ojos de Hitoshi, desde que Kenta tenía 2 años Hitoshi se encargó de cuidarlos ya que su madre tenía que trabajar, al inicio lo odiaba, cuando quería jugar videojuegos uno de sus hermanos se hacía del baño, cuando iba a dormir los mocosos se subía a su cama y se dormía en ella dejándolo el mero borde la cama.

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Los camiones de la mudanza ya se encontraban afuera de la nueva casa descargando todo lo que llevaba, su madre salió del auto saludando al encargado de la mudanza, la mujer satisfecha al ver ya todo adentro como había especificado le pasó un sobre a al hombre grande y voluminoso quien sonrió con una dulzura falsa y se subió a uno de los camiones despidiéndose.

Los dos niños no dudaron en bajarse del auto y salir corriendo a la nueva casa, Hitoshi detuvo a su hermanito Kenta, para que ayudará a bajar el el equipaje, el niño solo puedo hacer un puchero a no poderse negar al pedido de su hermano.

La adulta llevo a los más pequeños a sus cuartos para ayudarles a desempacar mientras le indicaba a su hijo mayor donde se encontraba el suyo.

El adolescente cargo sus 4 grandes maletas hasta una puerta lisa de madera, el cuarto era muy espacioso, no tanto como su cuarto en E.U, pero este le gustaba más, el ambiente era cómodo y natural, tenía una ventana que llegaba a un árbol de hojas verdes en su totalidad que estaba siendo movidas por la brisa que no pensó encontrar en Tokyo, era una mezcla de un estilo japonés tradicional y moderno.

El cuarto era relativamente vacío, solo había una cama japonés (que se veía muy cómoda) y un escritorio amplio, la cama estaba al lado de la ventana y el escritorio se encontraba justo debajo de la ventana dándole vista completa del paisaje, sobre el suelo se encontraba una alfombra de apariencia suave, también se encontraban 4 grandes cajas que habían dejado los de la mudanza.

En la pared contraria de la cama se encontraba el closet que era mucho más pequeño que el principal, había cajones y estantes de madera negros que contrarrestaban con el color gris frio 2 de las paredes.

Incluso había un tocador con espejo rectangular con luces en los bordes, Hitoshi estaba muy satisfecho con su espacio por lo que no no dudo en ir por sus maletas, arrastro el pesado equipaje, tomo la maleta mas pequeña de las 4, abriéndola se encontró varios estuches de maquillaje, accesorios y joyas, abrió uno de los estuches para sacar una liga para sujetar su cabello en una coleta corta.

Muchos lo llamaran vanidoso, pero a Hitoshi le gustaba mucho la ropa, si bien no era el mayor conocedor del tema si le gustaba una prenda la compraba, lo mismo con cualquier cosa que le llamase la atención, cuando vio que el cabello largo y el tinte se veía bien en los demás adolescentes no dudo en dejárselo crecer un poco poco arriba de los hombros y teñirse dos mechas enteras en los costados del rostro y teñir el las puntas y raíces todo de color azul dejando un poco de espacio a se cabello negro natural.

En cuanto al maquillaje no lo usaba seguido, puede que ocupe un poco de brillo labial y de vez en cuando sombra de ojos, pero el maquillaje era en su mayoría para cubrir golpes, no lo mal entiendan, puede que lo hallan molestado mucho en la escuela, pero nunca llegaron a golpes mas que empujones, los golpes eran debido a que practicaba Taekuondo y boxeo, y prefería saltarse la platica con los maestro de por que iba a la escuela así.

Acomodo debidamente sus cosas en los compartimentos de el tocador, también tenia cremas para el cuidado de la piel, se fijo que se había olvidado de las mascarilla ( después las compraría) ya habiendo acomodado todo guardo la maleta 1 en el closet.

La maleta 2 solo era ropa casual para salir a la calle, algunas de esas prendas las había diseñado el y aunque la costura no lo era le daba orgullo al mostrarla, la maleta 3 era ropa forma y la maleta 4 era ropa para el frio.

Ya habiendo acabado con las maletas ahora seguían las cajas, la caja 1 eran zapatos, muchos zapatos.

habían zapatos formales de hombre como también zapatos con tacón de mujer, habían Tenis completamente blanco y con plataforma gruesa como botas punk de distintos estilos, la caja 2 tenia chaquetas, estilo beisbol, con corazones en llamas, con cráneos, de amarillo, negro, azul, verde, etc. En la caja 3 estaba todo lo que necesitaba para decorar su cuarto luces cascadas azul claro las colgó cubriendo el borde entre las paredes y el techo, saco estrellas que brillan en la oscuridad y las pego en cada pared.

Tendría que comprar un estante para poder colocar los mangas y novelas ligeras que tenían, los cuales se encontraban bien guardados en la caja 4.

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Al terminar se encontraba satisfecho con sigo mismo, los sonidos de aviso golpeando la puerta lo saco e su ensueño.

-Hitoshi, voy a pasar -aviso su madre para después abrir la puerta sosteniendo ropa doblado que Hitoshi supuso era su uniforme.

El diseño no era algo del otro mundo, una camisa blanca, suéter café claro, una chaqueta y un pantalón negro escolar, se veía muy simple.

-Estuve pensado un poco y ya que es un nuevo inicio el lunes cuando regrese de la escuela te daré un regalo.

Eso le sorprendió un poco a Hitoshi, su madre no era de las que avisaba que daría un regalo, normalmente solo lo ponía enfrente y ni siquiera se quedaría para escuchar las gracias, pero bueno, un regalo es un regalo y los de su mama eran los mejores.

Esa noche Hitoshi se fue a dormir tranquilo, era sábado 2 de julio y el lunes empezaría a ir a clases, de esa noche al lunes no podía pasar nada que lo sacara de su tranquila vida de rico, aunque claro que eso estaba completamente equivocado y la mañana siguiente solo seria el inicio para una vida llena de problemas y calvarios para el.

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Abyss (Mitsuya Takashi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora