Capitulo 12: Esa mujer

2.9K 301 22
                                    

Seguía sin regresarle las llamadas a Rindou no quería ver su estúpida cara, por suerte Sanzu se quedaba a dormir en mi casa al igual que Koko y ellos me evitaban la molestia de echarlo de aquí.

Ahora dormíamos los tres juntos después de esa extraña confesión y los celos de Sanzu habían disminuido considerablemente pero los celos que Kokonoi nunca tuvo ahora se estaban presentando y eran un verdadero dolor de cabeza.

Tratando de no despertar a ninguno salí de la habitación, necesitaba una cama más grande si ellos iban a continuar durmiendo aquí.

Estaba frente a la cocina esperando a que estuviera lista el agua para mi café cuando mi teléfono sonó, Rindou y su tercera llamada de la mañana.

-¿Qué quieres?

-Quiero hablar contigo

-Ya estamos hablando

-Estoy fuera de tu casa, abre.

No tenía muchas opciones fui hasta la puerta y le abrí a Rin, tenía una notable expresión de arrepentimiento.

-Vamos a mi estudio.

Lo llevé al único cuarto que no tenían permitido pasar además era el más alejado de mi habitación, no quería que escucharan la conversación que íbamos a tener.

-Quiero disculparme Naoko... no fue justo de mi parte haberte dicho eso

-¿Eso es todo?- Aún seguía muy molesta por su actitud de hace días.

-¿querías escuchar otra cosa?

-Una disculpa menos mediocre- Era una mierda de disculpa.

-Es más de lo que te ha dado Sanzu- El escuchar que hablará así de Akashi hacía que me hirviera la sangre de ira.

-¿Qué tiene que ver él con nosotros?

-Tiene todo que ver... es un jodido controlador, ¿acaso no recuerdas cuando tuve que escuchar cuando te la metía?

-Pero ya se ha comportado, no nos interrumpe y nos da nuestro espacio.

-¿Por qué lo defiendes Naoko?

-porque quiero y porque puedo.

Rindou pegó mi cuerpo contra la puerta comenzó a masajear mis muslos, Dios como me encanta este hombre.

-Quédate conmigo Naoko- Eso sonaba a súplica.

-No puedo Rindou- Jamás podría estar con una sola persona.

-¿Por qué no?

-Porque no soy mujer de un solo hombre

Pegó sus labios bruscamente a los míos y ambos nos fundimos en un profundo y lujurioso beso que no quería que terminara.

Los toqueteos no se hicieron esperar y restregábamos nuestros cuerpos buscando una mayor fricción entre ellos. Rin terminó nuestro beso mordiendo mi labio inferior.

Rindou se movió hasta la silla frente mi escritorio y le dio la vuelta para quedar frente a mi, se sentó en ella y me miraba de pies a cabeza.

-Desvístete.

Comencé a levantar mi pequeño vestido para dormir lentamente haciendo que Rin disfrutara de cada momento, cuando me lo quité por completo lo dejé a un lado de mi y ahora me encontraba completamente desnuda.

Good for you +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora