Warrior.

30 5 0
                                    

XII.

¿Qué significa ser fuerte?

¿Significa no llorar? ¿Sonreír, aunque sientas que te rompes en pedazos? ¿O es sinónimo de esconderle al mundo lo que sientes?

La respuesta correcta no es ninguna de las anteriores. En lo personal, considero que la verdadera fortaleza viene de las acciones más simples. El despertar día con día, el luchar por conseguir tus sueños, el disfrutar la vida sin importar lo dura que se pueda volver.

Al día de hoy tuve que dejar de depender de los lápices debido a mi enfermedad. A pesar de poder disimular todavía mis malos movimientos al andar, puedo escuchar de vez en cuando alguna risa discreta al pasar.

Me duele estar enfermo. Y claro que he llorado muchas veces. Pero sé bien que esto es solo el inicio, aún debo enfrentarme a muchas cosas más.

Pero también sé que no estoy solo. Y eso, es lo que me ayuda a mantenerme en pie.

— 24 de Agosto de 2014.

Guardé el cuaderno en mi cajón y subí el volumen de la música. Era domingo en la noche y no tenía más tarea qué hacer ahora que el ciclo prácticamente terminó.

Miré el pequeño calendario en mi escritorio donde el día 29 estaba encerrado en un enorme círculo. Mentiría si dijera que no estoy nervioso por la presentación, con tan poco tiempo tuve que esforzarme de sobre manera para poder cumplir las expectativas de todos.

Pero también estoy muy emocionado.

Abrí mi lista de contactos y por costumbre vi la información de contacto de Uraraka. A este punto estaba totalmente resignado a perderla, no sabía de qué otra manera intentar hablar con ella. Tengo mi tiempo contado y lo que más quisiera ahora es escuchar su voz una vez más.

Pero, con un tipo límite como el mío, con mayor razón debo seguir intentando, ¿no es así?

Apreté el símbolo del teléfono y escuché el timbre sonar. Mi corazón latía más rápido por cada bip que salía del aparato y, para cuando llegó al tercero, estaba dispuesto a colgar, hasta que aquella voz interrumpió mi acción.

Escuché un suave "Hola, Izuku-kun" del otro lado de la línea y mi corazón se volvió loco, desconocía si mis extremidades temblaban por mi estado o por poderla oír al fin. "Cuánto tiempo, Uraraka-san" fue lo único que pudo salir de mis labios, a este punto me importaba muy poco si sonaba excesivamente emocionado.

"Sí, ya tiene un rato." Escuché un ligero suspiro a través del aparato, no lograba identificar si estaba igual de nerviosa que yo, pero quise pensar que sí. "¿Cómo has estado?", respondí. De verdad quería saber todo lo que le hubiera pasado en estos días, sea bueno o malo.

Quiero saber de ella.

"Muy bien Izuku-kun, gracias. ¿Cómo sigues? Perdóname por no haberte ido a visitar al hospital." Sonreí, a pesar de los días sigue siendo el ángel de siempre y se preocupa por mí. Para mí no hay nada mejor que eso.

"No te preocupes, estuve poco tiempo realmente." Le escuché reír levemente como respuesta. Me acomodé mejor en mi silla para poder ver la noche a través de mi ventana, tratando de imaginar que aquella chica del otro lado de la línea se encontraba frente a mí.

"Por cierto, este viernes estaré en un pequeño concierto por parte del club de música, en la ceremonia de cierre de los de último grado", continué. "¿Te gustaría verme haciendo el ridículo frente a todos los de tercero?"

Esta vez escuché una risa más fuerte que la anterior y mi corazón dio un brinco. Escucharla reír se iba a convertir en una de mis cosas favoritas en el mundo, no tengo pruebas, pero tampoco dudas.

Eternal | KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora