Kindly Calm Me Down.

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VI.

El resto de la noche y la mañana siguiente pasaron muy lento.

Mi mamá prácticamente me obligó a ir a la escuela, bajo la intención de que despejara mi mente un rato de todo lo sucedido ayer. Más que nada para que pudiera ver a Denki y Shoto, ella sabía que los necesitaba en un momento como éste.

En la hora del almuerzo les conté todo lo sucedido, desde mi cita con Uraraka hasta la caída y el pasarme el resto del día en el hospital. Me dieron los ánimos que me faltaban para poder continuar con mi día.

Se ofrecieron a acompañarnos al hospital, pero se los negué, no creí necesario que estuvieran ahí. Era cuestión de ir, nos resolvieran las dudas sobre mi situación y regresar a casa, no esperaba que fuera algo de suma importancia.

Al llegar a mi casa la encontré vacía. Era lunes, es decir, día de trabajo para mi mamá también. Estaba más nervioso que antes, pero decidí relajarme un poco y mandarles mensaje a mis amigos. A Uraraka también.

No hablé el día anterior con ella, no supe cómo iniciar o cómo podría mantener una plática. La verdad es que ella me facilitó las cosas al no preguntar mucho sobre la situación en general, únicamente lo necesario para saber cómo estaba yo.

Calenté la comida que dejó mi mamá en el microondas y me senté a ver un poco de televisión. No recordaba que a esta hora pasarán mi programa favorito.

Ahora que lo pienso, tiene bastante tiempo desde que me sentaba a ver televisión de esta manera, sin preocuparme de la escuela o encontrar algún trabajo a tiempo parcial. 

Sonreí, tal vez pueda acostumbrarme a esto.

Aproximadamente a las cinco y media de la tarde recibí una llamada a la casa indicando que los resultados estaban listos, le comenté a mi madre y dijo que se apuraría para terminar unas cosas en la oficina y encontrarme allá

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Aproximadamente a las cinco y media de la tarde recibí una llamada a la casa indicando que los resultados estaban listos, le comenté a mi madre y dijo que se apuraría para terminar unas cosas en la oficina y encontrarme allá.

Estaba más nervioso que nunca. A pesar de saber que me encontraría con mi madre e iríamos juntos por esos resultados, el ir solo en el taxi en estos momentos me alteraba demasiado. Inhalé y exhalé lo más profundo que pude para intentar mantener la compostura. Preferí quedarme observando el camino para dejar de sentirme tan ansioso.

Al llegar y estar pagando el viaje pude reconocer una alta figura uniformada en la entrada del hospital. Ese cabello en puntas y esa manera de guardar sus manos en sus bolsillos me pareció familiar. Bajé de prisa y me decidí a seguirle para corroborar mis sospechas.

Por un momento lo perdí entre tanta gente. Me estaba resignando a no encontrarle nuevamente cuando, en mi camino a la sala de espera, escuché unos gritos en un pasillo algo retirado. Por instinto me asomé, en caso fuera alguien que necesitara ayuda. Me sorprendí enormemente al ver a aquel chico que perseguí desde la entrada, acompañado de un doctor ya grande en cuanto a edad, con lentes y perfectamente uniformado.

Eternal | KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora