Ese día se concretaba ya un mes desde que Itachi y él empezaran a frecuentarse, esta vez como dos novios formales, sosteniendo su relación en secreto de los demás. Amandose despues de clases, y añorando por verse al día siguiente. Todo era relativamente perfecto entre ellos. Itachi le había perdonado luego de que Naruto le confesara el incidente con aquella adivina, e incluso le aseguró que lo seguiría amando aún después de que el efecto de la pócima llegara a su fin. Y así había sido, solo que surgía un inconveniente más. Porque Itachi no había sido el único afectado por la rara poción de Tsunade. Hasta hacía pocas semanas, Shisui le seguía buscando en Ichiraku para profesarle un amor profundo y tratar de cortejarle con obsequios. Al menos a quien él creía se trataba de una deslumbrante dama.
Naruto había tachado de romántico su modo de proceder. Pero a Itachi no le hacía mucha gracia que su primo tratara de seducirlo de manera tan descarada. Asi que Naruto se había propuesto solucionar ese percance. Al principio creyó que el efecto pasaría pronto, sin embargo ya había transcurrido más de un mes y Shisui seguía igual de embelesado. La única alternativa era decirle la verdad. Naruto no quería lastimarlo, pero estaba seguro de que se complicarían las cosas con Itachi si no hacía algo rápido.
Y precisamente esa mañana que se propuso enviarle un mail a Shisui con los datos que Haku le había proporcionado, un acontecimiento extraño sucedió. Su bandeja de entrada rebosaba de mensajes, uno tras otro. Además, su casero insistía en que un raro hombre de mediana edad y cabello plomizo había estado acudiendo cuando Naruto se encontraba ausente estudiando con Itachi. Fue asi que descubrió de quien de trataba.
"Necesito que te presentes. Tu puesto sigue vacante"
Al menos dos docenas de mensajes rezaban lo mismo. Naruto atribuyó aquello a su jefe. Y al imaginarse retomando su empleo, sintió emoción. Porque ahora si tendría suficiente dinero para pagarle a Itachi los meses que adelantó de renta. Quizá no fuera un trabajo ideal. Naruto se sentía incómodo e hipocrita al vestirse de chica. Pero, ya se había acostumbrado.
En ese momento Naruto se puso de pie para recibir al primer cliente. Pese a que Teuchi estaba ausente, Haku le había dicho que podía vestirse y empezar su turno, que eran ordenes de Teuchi en caso de que él llegara a presentarse.
Itachi le habia dado el consentimiento de concretar aquella cita luego de que Naruto le preguntara si confiaba en él. Itachi se notaba algo cansado y alicaído ultimamente, pero siempre decía que era por las labores que su padre le asignaba en torno a la empresa. Y Naruto le creía.
-Naruko- la efusiva exclamación provino de la entrada del establecimiento. Naruto sonrió apenas al ver a Shisui, vestido de traje y llevando una gran caja de regalo en sus brazos. De un momento a otro sintió que se le revolvía el estómago. Sabía de antemano que no iba a ser sencillo, pero tampoco imaginó que le representaría todo un reto. Y es que al ver la sonrisa sincera de Shisui, lo último que quería era ser el responsable de desvanecerla. -¿En dónde te habías metido? He estado tan preocupado...Cuentáme ¿Cómo has estado? Pareces abatida.
Naruto negó velozmente con la cabeza.
-No es nada- y cuando Shisui le extendió el obsequio, dudó en tomarlo. -Hay algo que quiero decirte, Shisui.
La expresión del Uchiha, se tornó adusta y reflexiva en cuestión de segundos.
-¿Qué es?
**
Con el ceño fruncido, Itachi aparcó el vehículo afuera del restaurante. Había acordado con Naruto que pasaría a recogerlo. No le agradaba la idea de que el rubio retomara ese empleo. Sin embargo, e independientemente de los celos que sentía, no se fiaba completamente de dejarlo solo.
Era tormentoso ser tan inseguro respecto a sus propios sentimientos y los que el mismo Naruto le profesaba.
-Naruto...- musitó, esbozando media sonrisa al notar el bosquejo de una chica rubia caminando entre las mesas del establecimiento. Solo rogaba porque Naruto no fuera a odiarlo si es que llegaba a descubrir su propia vacilación.
Lentamente descendió del vehículo, con las manos en los bolsillos y la mirada en alto. Firme y decidido entró al restaurante. Faltaban escasos diez minutos para que finalizara el turno de Naruto y él ya no soportaba las ansias de besarlo.
-Naru...- se interrumpió, recordando que el trabajo de Naruto le exigía fungir como chica. -Naruko.
Naruto se giró por inercia en su dirección, reprimiendo las ganas de abrazar a Itachi. Tenía los ojos llorosos, pero Itachi no supo la razón hasta que desvió la mirada en dirección a la mesa que Naruto estaba atendiendo, y en la cual, yacía ebrio y cabizbajo un cliente. Pero no se trataba de un simple comensal más.
-¿Shisui?
El aludido pedía entre balbuceos inentendibles que le llenaran de nuevo el vaso vacío a su costado.
-Shisui ¿Qué rayos haces?
-¿Itachi?...¿Eres tu, traidor miserable?- Shisui se incorporó tambaleante, mirando retadoramente a quien consideraba ahora un rival que se interponía entre la razón de su enamoramiento. -No me pienso...rendir, sin dar antes...pelea.
Naruto se sintió doblemente culpable al verlo en ese estado. Le había pedido a Ayame que dejara de servirle licor, pero ella había alegado que al cliente había que darle lo que pidiera, siempre y cuando pagara por adelantado.
-Shisui, estas ebrio- Itachi se ofrecía a ayudarlo cuando un firme puñetazo en el rostro lo repelió, haciendole trastabillar varios pasos.
-¡Itachi!
Naruto se exaltó de que el susodicho devolviera el golpe, propiciando que Shisui cayera con estrepito junto a la mesa. Eran parientes y ademas...eso no tendria que estar pasando.
**Naruto frunció los labios al volver la vista al asiento trasero del coche, donde Shisui yacía inconsciente. Quizá a causa de la embriaguez, o tal vez por los golpes que Itachi le había propinado.
-No debiste golpearlo- le espetó, irritado por el actuar de quien fuera su novio. De haberlo sabido, jamás habría accedido a que Itachi pasara por él a su trabajo. Afortunadamente Teuchi no había llegado, de lo contrario las cosas se habrían vuelto más complejas.
-Lo sé, lo lamento- Itachi suspiró largamente al momento de pisar el freno. Se había dejado llevar por el impulso. Tal vez su faceta oscura y posesiva empezaba a hacer mella.
-Entonces disculpate con él- tajó Naruto, abriendo rápidamente la puerta para bajar. Itachi lo secundó poco después, reteniendolo de la muñeca y mirandolo arrepentido.
-Lo haré. Pero quiero que tu me perdones.
Naruto se ofuscó al verse reflejado en los hermosos ojos onix. No había tenido tiempo de quitarse el atuendo y se sentía sumamente incómodo.
-Te perdono- se puso de puntillas y selló sus palabras con un fugaz beso antes de entrar casi corriendo a su departamento. Itachi volvio al automovil. Encendió el motor, y pensó seriamente ¿Qué estaba haciendo con su vida?
Afortunadamente Shisui no había despertado un solo momento. Y aunque Itachi sentía la imperiosa necesidad de hablar con él seriamente y pedirle disculpas, decidió posponerlo cuando estacionó afuera de su casa. Un silencio apacible se cernía en los alrededores. Sin embargo, la luz del interior aun estaba encendida.
Como pudo, levantó a Shisui y lo ayudó a caminar hasta el salón principal. Su pariente se había tropezado infinidad de veces en un tramo relativamente corto. Asi que Itachi le pidió sentarse en el cómodo sofá de la estancia mientras se disponía a servirle un vaso con agua. Pero al ir al comedor, la imponente y seria figura de Fugaku, le cerró el paso. Su inescrutrable semblante dejó desconcertado a Itachi. El patriarca de la familia se hallaba analizando imperterrito el rostro surcado de agobio que tenía Itachi en esos momentos.
Los ojos de su hijo pasaron de la neutralidad a la consternación cuando Fugaku alzó una de las fotografias más recientes, y en la cual, se apreciaba Itachi besandose con una bella joven rubia en plena vía pública. La pregunta de Fugaku fue directa y certera, dejando a Itachi con una disyuntiva poco menos que imposible de responder.
-¿Quién es ella?