XII

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Entró casi corriendo a Ichiraku's, incluso derrapó con Haku en los vestidores, sin ser consciente de la hora ni el número de comensales que ocupaban gran parte del establecimiento. Tan entretenido estaba anudandose las correas de los zapatos que no reparó en la mirada compungida de su compañero hasta que este puso una mano sobre su hombro para llamar su atención.

-Ah, hola Haku, ¿Qué ocurre?- se colocó la peluca y ajustó mejor el resto del uniforme.

-Intenté llamarte, Naruto. Pero nunca respondías. También dejé algunos mensajes con tu casero.

Suspirando de cansancio, Naruto abandonó lo que hacía para centrarse en su interlocutor.

-Te ha despedido.

-¿Qué?

Haku fue al lavabo para no tener que enfrentarse con el rostro angustiado de su amigo. Si estuviera en su poder evitarle el mal trago, indudablemente lo haría. Había intentado por todos los medios posibles persuadir a Teuchi en su empresa por conseguir un nuevo suplente debido a las continuas faltas de Naruto, pero al final ni él mismo fue capaz de justificar las constantes evasivas del Uzumaki.

-Aún hay algo más que debo pedirte, Naruto- cerró la llave tras enjuagarse el rostro y se volvió al susodicho para entregarle el sobre con su correspondiente finiquito. -Un cliente no ha dejado de buscarte. Ha venido todos los días desde que empezaste a faltar.

Si. Hay estaba. Era esa la razón de que Naruto se ausentara tan extrañamente durante tantos días consecutivos. No hizo falta más que mirar los ojos azules llenos de culpabilidad para darse por enterado de los hechos.

-A veces, parece más sencillo huir simplemente de los problemas- exhaló Haku. -Pero tarde o temprano, debemos enfrentarlos. Este joven- remarcó sosteniendole la mirada. -Parece realmente interesado en Naruko. Tanto que no pude evitar pensar que no sabe realmente quien es ella, ¿Me equivoco?

Naruto tragó pesado, sintiendo la realidad golpearle con fuerza. Acababa de quedarse sin trabajo y había abandonado a su suerte a Shisui. Aquel joven tan apuesto y noble que se había implicado en una serie de sucesos incómodos que el mismo Naruto había desencadenado.

-Si no te gusta- prosiguió Haku con más dureza que antaño. -Deberías simplemente decírselo. No creo que puedas herirle más de lo que ya has hecho dejandole plantado día con día.

Poco a poco la culpa fue devorándole. Naruto bajó la mirada y asintió a sabiendas de que Haku tenía razón. Había hecho muy mal en querer barrer sus problemas bajo una alfombra de mentiras que no tardaría en ser removida.

-Se lo diré. Ya no quiero llevar esta farsa más lejos...Haku- añadió al ver que este se daba vuelta para alejarse. -Gracias.

Minutos más tarde Naruto también salía del vestidor, usando el mismo uniforme de su trabajo, representando a Naruko por lo que sería una última vez. Afortunadamente Teuchi no estaba presente, y ello facilitaba mucho más las cosas.

Lentamente y sintiéndose temblar por dentro, avanzó nerviosamente entre las mesas, ignorando los múltiples saludos y encargos para ir directamente hasta el joven que le había llevado allí en primer lugar. Desde que había pedido a Itachi esperarle afuera, dedujo que enseguida ataría cabos, y no se equivocó, porque el semblante usualmente impasible del joven Uchiha, evidenciaba ahora no tanta sorpresa como decepción.

-Asi que era esto- comentó Itachi con las comisuras de sus labios ligeramente tensas. -¿Hasta cuando pensabas decírmelo?

Apenado y sabiendose observado por el resto de clientes, Naruto lo tomó de las manos para guiarlo hasta su casillero. Itachi le rehuía ahora la mirada, como si se negara a aceptar que se tratara del mismo muchacho que acababa de dejar minutos antes en la entrada.

-Solo dime que ya no quieres saber nada de mi y no volveré a buscarte- le pidió Naruto en voz baja, con las pupilas brillosas y a la espera del golpe de gracia. Pero este no llegó, pues Itachi lo envolvió en un posesivo abrazo tras quitarle la peluca.

Por prolongados minutos Itachi se quedó inmóvil en la misma posición. No acababa de procesar lo que debió resultarle obvio. Era como si su mente se rehusara a calibrar y asimilar un suceso tan particularmente nimio. Y entonces recordó a su primo Shisui...

"Creo que me estoy enamorando de ella"

...y el abrazo perdió intensidad.

Beautiful Lies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora