Hola a todos, aquí Coco, en este glorioso domingo sagrado [en México es el día de la Virgen UwU] feliz de finalmente poder cumplir la promesa de traerles el capítulo final de nuestra obra favorita melizabeth [nota: ya estoy mejor de la gripa <3 ]. Ha sido un placer para mi escribirla, y espero que haya sido un placer para ustedes leerla, fufufu 7u7 ya saben, en todos los sentidos.
Me emociona muchísimo este segundo cierre de ciclos, ¡y terminé la publicación casi al mismo tiempo que la primera vez! :'D Hay algo mágico en todo eso, y pese a que nos tomó mucho tiempo recuperar todo lo que había en mi cuenta pasada, por fin la joya de mi corona vuelve a estar en su lugar ^w^ Esto solo ha sido posible gracias a ustedes, así que antes de irnos a disfrutar de este maravilloso último capítulo, déjenme dar las gracias apropiadamente.
A los cocoamigos veteranos, que perseveraron conmigo y volvieron pese a todo, GRACIAS.
A los cocoamigos nuevos, que atraídos por el amor melizabeth llegaron a mi pequeño rincón del fandom, ¡GRACIAS! <3
Y para aquellos que simplemente tenían curiosidad, pero que me dieron oportunidad de ser leída, ¡gracias, gracias, gracias! ^w^
Y felicidades a todos por llegar al final de esta historia. Sin más demora y preparados con chocolate y pañuelos... ya saben que hacer <3
***
—Muchas gracias Zel, no sé qué haría sin ti. —El joven pelinegro le pasó una botella de agua a su hermano mayor a través de los barrotes de la celda, y suspiró mientras lo veía beber, o al menos tratar de hacerlo.
—Escupe un poco en este vaso, de seguro tomar agua así hará que te sepa a pura sangre —El rubio miró al menor con una expresión entre la timidez y la culpa e hizo lo que le dijo. Por supuesto le iba a saber a sangre. Tenía el labio roto, la nariz aún le sangraba, la ropa estaba hecha jirones, y el pómulo comenzaba a ponerse morado. Pero se veía feliz, lo cual hizo que Zeldris se mostrara aún más molesto con él—. ¿Por qué hermano? ¿Por qué, si lo habías hecho tan bien hasta ahora? Después de todo lo que hizo Elizabeth para que al fin dejaras esa guerra, ¿de todas formas tienes que venir hasta Liones para romperle la nariz a tu rival?
—¡Espera Zel! No fue así.
—¿Qué demonios pasó Meliodas?
—Creo que yo puedo explicar eso. —Ambos hermanos se sobresaltaron al oír aquella voz, y se tensaron por completo cuando vieron aparecer en el umbral al mayor de los hermanos Goddess.
—Ludociel... —El aludido los miró con una fugaz mueca de desprecio, cerró los ojos, y acto seguido hizo lo más insólito del mundo: le tendió a Zeldris un paquete con vendas, gasa y alcohol. No podían creerlo. Los Demon se le quedaron viendo como sospechando que aquello era un explosivo, y como el momento no podía ser más incómodo, al final el alto pelinegro se aclaró la garganta para hablar.
—Es lo mínimo que podía hacer. Esto... señor Demon... Muchas gracias por salvar a Dayana. —El silencio se volvió a extender, el paquete plastivo crujió en sus manos, y Zeldris tenía la boca tan abierta que parecía que quisiera comerse a Ludociel. Cuando se dio cuenta, la cerró de golpe y comenzó a balbucear sus preguntas.
—¿Pero qué...? ¿Cómo...?
—Yo tengo mi versión, pero vine aquí precisamente para escuchar la suya, Meliodas. Si fuera tan amable. —El aludido se le quedó viendo de arriba a abajo escrutando ese rostro lleno de pena y al final decidió que, después de todo, había hecho bien al parar su venganza. El hombre frente a él parecía auténticamente preocupado y arrepentido. Decidió que quería ser completamente honesto, y trató de ordenar los hechos en su cabeza para poder explicárselo.
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El Bibliotecario
FanfictionNo juzgues un libro por su portada. Cuando Elizabeth conoce al sexy bibliotecario de la Universidad de Camelot, cree que se trata del hombre más perfecto del mundo: guapo, dulce y absolutamente tierno. Lo que no sabe es que hay mucho más en él de lo...