Último capítulo de este fin de semana, ¿a que los dejo picados? *w* Fufufu
***
-Jaque mate.
-¡Demonios Dayana! ¿Por qué eres tan buena en esto?
Era la tercera vez que Liz perdía al ajedrez con su nueva amiga, pero aún así, se estaba divirtiendo más que nunca. Afuera, en el mundo exterior, siempre había tenido que guardar las apariencias, ser perfecta, y hacerse cargo de todo lo que giraba a su alrededor. Ahora, en un ambiente donde nada de eso existía, podía ser ella misma y disfrutar de la divertida bipolaridad de su pequeña rival. Le recordaba mucho a cierto rubio adorable que la ayudó a dejar esa parte de su vida atrás.
-Soy buena porque soy una genio. Ahora, cumple tu parte del trato: tres preguntas íntimas, y más te vale decir la verdad, me daré cuenta si mientes. -La pelirroja simplemente sonrió ante la curiosidad de la pelinegra, y adoptó una pose muy formal mientras se preparaba para la mini entrevista.
-Cruzo mi corazón que diré la verdad. ¿Qué quieres saber?
-Muy bien, primera pregunta, ¿en serio eras ninfómana? Me cuesta trabajo creerlo si ahora apenas hablas del tema.
-Cambié mucho después de mi terapia de choque, pero sí, lo era. Digamos que soy una adicta en rehabilitación... y que mi esposo me está ayudando a llevar las cosas con calma.
-¿Tu es...? ¡Ah!... Ouuu... -La ojiazul se divirtió mucho con el color rojo de la cara de la chica, y decidió ayudarla a salir de la incomodidad.
-¿Siguiente pregunta?
-¡Ah! Sí... veamos... ¿En serio es malo el BDSM? Por lo que me contaste sobre tu ex novio, parece que todos tus problemas comenzaron cuando él te enseñó.
-Mmmmm... esa es difícil. Creo que no es bueno ni malo, todo depende de las intenciones que tengas al realizarlo. Si lo ves como un juego, o como placer, no tendría porqué ser negativo. El problema es que yo lo usé para otra cosa, y por fin me doy cuenta de eso.
-Comprendo. Aún así, no puedo evitar culpar a aquel sujeto un poco. Última ronda: ¿es verdad que él es un monstruo cuando se trata de celos? -Liz quedó tan asombrada por la pregunta que tuvo que dejar su pose y se sentó derecha mientras clavaba los ojos en la delgada reportera.
-Oye oye, espera un segundo, suenas como si ya tuvieras los detalles del caso. ¿Cómo lo sabes? ¿Qué has estado haciendo? -La joven con heterocromía bajó la vista y se ruborizó avergonzada al haber sido descubierta.
-Esto... puede ser que le robé a Helbram tu expediente médico... y puede ser que le coquetee un poco para que me dejara ver algunos archivos de los pacientes anteriores. Quería saberlo todo sobre ti y... bueno... -Liz se calmó un poco al ver la honestidad en su expresión, y aunque lo que hizo era un poco aterrador, también se sintió muy, muy halagada.
-Vaya, al parecer tengo una fan. Si algún día decides dejar la farsa y salir de aquí, creo que serías una excelente investigadora. O una artista, si le permites a alguien además de Helbram ver tus cuadernos. A esto le llamo "público cautivo". -Acto seguido se soltó a reír, y su risa fue tan contagiosa que pronto Dayana también acabó riendo. Aún así, no perdió de vista su presa ni un segundo.
-No has contestado la pregunta, ¿es cierto lo del señor Demon? -La sonrisa de Liz se borró en el acto, dio un suspiro enorme, y entonces contestó mientras levantaba el tablero.
-Me temo que sí.
-¡¿En serio?! ¡¿Qué te hizo ese imbécil?! ¿Te maltrató?, ¿te gritó?, ¿te golpeo? -El apoyo de esa pequeña la hizo temblar de emoción, nunca había podido platicar del tema con otra chica. Aún así, tuvo que reconocer que su versión de Meliodas era, cuanto menos, equivocada.
ESTÁS LEYENDO
El Bibliotecario
FanficNo juzgues un libro por su portada. Cuando Elizabeth conoce al sexy bibliotecario de la Universidad de Camelot, cree que se trata del hombre más perfecto del mundo: guapo, dulce y absolutamente tierno. Lo que no sabe es que hay mucho más en él de lo...