leche y una siesta

1.2K 62 132
                                    

Los conocidos cercanos habían ido a ver a la recién nacida, que se había adelantado un par de días antes de la fecha puesta para el parto.

Patrick no podía parar de llorar, era una bebé hermosa y muy dulce, quería comérsela a besos. Paul estaba junto a el con la lágrima en la garganta, pero a el no le gustaba llorar.

Matt estas a haciendo caras tontas y haciendola reír como "el buen tío que era".

Edd hablaba con Tom sobre como habían sido los 9 meses de Tord.

En serio el también quería un bebé, pero le daba miedo intentar.

En algún momento Tambri ya tenía hambre y quería volver con "mamá".

Tord en ese momento pensó.... ¿El tenía leche? Desde que volvieron del hospital le habían dado formula, nunca se le había cruzado por la mente amamantarla.

Sostenía a Tambri mientras pensaba en eso, hasta que sintió a la pequeña tratando de succionar su pezón izquierdo por sobre su ropa.

Se sonrojo a más no poder y por poco la dejó caer.

—s-supongo que voy a intentarlo_ habló sentándose en el sofá y con algo de pena movió su ropa para darle a la bebé acceso a su pezón.

La bebé entendió enseguida y empezó a succionar.

Al principio no era una sensación nueva para Tord, Tom tenía la mala costumbre de succionar su pecho cuando hacían "eso", sólo que el era más brusco y aveces incluso mordia.

Pero luego sintió como un líquido se filtraba y miro desconcertado a la bebé que succionaba su pecho, comiendo alegremente.

Tom miraba enternecido la escena, su esposo, el jefe de una armada y un soldado especialista en armas, un tipo que a pesar de ser bajito era rudo y estaba algo tonificado, estaba amamantando a una bebé con un pequeño sonrojo en sus mejillas.

Tomó una foto, la guardaría en su galería de fotos que había creado para fotos familiares, no quería que se le mezclaran con alguna foto subida de tono que tenía de Tord por ahí.

Las visitas se fueron después de comer, y ellos se quedaron en el sillón, la pequeña Tambri dormía en su cuna y ellos aprovechaban de ver una película.

Tom en algún momento dejó de ponerle atención a la película para mirar a Tord, el también quería.....

Fue empujando a Tord hasta acostarlo en el sofá, colocándose encima.

Tord no le prestaba atención ya que era algo común de el buscar atención o cariños mientras hacían casi cualquier cosa.

Pero su atención se dirigió a su esposo en cuanto este levantó su camiseta, exponiendo sus pezones.

—que haces?_

—yo también quiero_ habló Tom haciendo pucheros mientras recargaba su rostro en el pecho de su marido.

—esa leche es para Tambri_ habló volviendo su vista al televisor.

—no es justo_ hizo otro puchero tratando de convencer a s esposo, cosa que logró.

—bueno, bueno, pero sólo un poco_ suspiro Tord acomodandose en el sillón.

Tom no fue lento y empezó a succionar.

Tord noto las diferencias entre su hija y su esposo, la bebé succionaba suavemente para sacar una pequeña cantidad, pero su esposo era brusco, sacando grandes bocanadas.

—basta glotón! No te la acabes!_ empujó la cabeza de su esposo separando su boca de su pezón, que aún se conectaba por un hilo de saliva.

La vista se le hizo algo erótica y no noto los... "problemitas" que estaba teniendo allí abajo.

Tom también estaba caliente, así que ambos quisieron seguir.

Cargo a su esposo hasta su cuarto y lo dejó suavemente sobre la cama, continuando con algunos besos humedos y caricias.

Estaba a punto de bajarse los pantalones cuando.

—Whaaaaaaa_

Los llantos de Tambri los interrumpió.

—vas tu o voy yo?_

— vamos los dos_ suspiro el noruego.

Ambos fueron al cuarto de la bebé, y la calmaron.

Resulta que tenía hambre y necesitaba un cambio de pañal, el cual Tom se ofreció a hacer.

—Huagh! Que peste!_ habló el británico sosteniendo el pañal cerrado de la bebé y tirandolo a basura.

La limpio con toallas húmedas y le colocó un pañal limpio.

Tord hizo su parte y alimento a la bebé.

Tambri volvió a dormirse enseguida luego de haber comido. Era bastante tranquila.

Tom volteó hacia su pareja y con una sonrisa pícara dijo....

—donde nos quedamos?_

Tord sonrió y ambos salieron del cuarto de la pequeña, volviendo al suyo.

Siguieron besándose mientras se acariciaba, dejando las prendas de ropa tiradas por el pasillo de la casa hasta llegar a su cuarto.

—más te vale meterla con condón, no quiero otro bebé por ahora_ habló el noruego abierto de piernas mientras miraba a su esposo abrir una botellita de lubricante y derramar un poco en sus dedos.

—sabes que contigo yo tendría diez hijos, pero por ahora me basta con uno sabiendo lo histérico que te pones_ bromeo haciendo que el Otro hiciera un puchero, ofendido.

Tom empezó con dos dedos, Tord ya estaba más que acostumbrado a aquella sensación y ya casi ni se inmutaba cuando sentía los dedos adentro.

Aún así Tom tenía sus trucos.

En vez de dilatar su entrada, pinchó directamente su próstata con los dedos haciendo que Tord diera un pequeño sobresalto.

Su esposo si que sabía como sacarlo de quicio.

Tom no se espero más y se colocó el preservativo, empezando a empujar hasta quedar dentro por completo.

Hace algún tiempo que no lo hacían, más o menos cuando Tord llegó a los 6 meses dejaron de hacerlo por completo, por el miedo de dañar al bebe y Tom ya no lo soportaba.

Las embestidas eran lentas pero fuertes, Tord callaba su voz mordiendo su labio inferior.

Solía gritar antes, pero ahora estaba la bebé y no podía hacerlo, así que trataba dificultosamente de ser silencioso.

Tom quería cambiar de posición, así que volteó a Tord teniendo una perfecta vista de toda su espalda y trasero.

Levantó un poco las caderas del más bajo para dar embestidas más acertadas, mientras el otro escondía su rostro en la almohada, mordiendola.

Se sentían a punto de llegar al clímax cuando....

—whaaaaa_

Se quedaron quietos, hasta que Tom habló.

—dejemos que llore, asi aprende a ser independiente_ no quería detenerse, pero la mirada juzgadora de su esposo lo hizo suspirar. Tord no estaba de acuerdo.

—quitate de encima, si la dejamos llorar demasiado tiempo puede darle hipo_ habló tomando sus boxers del suelo, el también estaba molesto pero tenía un poco más de sentido común.

Esa no sería la única vez que tambri interrumpiera una de sus "noches de juego".

una vida juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora