Tord estaba confuso.
¿Porque no se sentía mal como cuando estaba embarazado de Tambri?
No era que extrañará mucho esa desagradable sensación pero.... le preocupaba.
¿Estaba bien? ¿Estaba vivo? ¿Tal vez el test venía fallido?
Pero luego de una visita al doctor les dijeron que el bebé claramente se estaba formando sanamente.
Lo que pasaba era que el cuerpo de Tord se acostumbró a gestar luego de la primera experiencia, así que no habrían tantas complicaciones con el desarrollo del feto.
—bueno, al menos el ingenierito esta vivo allí adentro_suspiró con gran alivio el más alto.
Y así pasaron los nueve meses.
Pocas veces Tord se sentía mal o mareado, pero aún así no podía dejar que sus soldados lo vieran embarazado, no sería muy digno de un líder verse en un estado tan vulnerable en el que no sólo tiene que cuidar su vida, sino la del bebé que carga en el vientre.
No era mucho problema, durante su primer embarazo Yuu, Paul, Patrick y Yanov se encargaron de su querida armada muy bien, mientras el decía estar infiltrado en una base enemiga.
¿Se le puede decir base enemiga al fuerte de almohadas que hizo con Tambri?
Otros nueve meses en los que podría aprovecharse libremente de que su esposo lo mimaria para ser un consentido.
Tambri sólo pensaba en lo genial que sería tener un hermano o hermana, fantaseando con jugar, disfrazarse, enseñarle cosas y hacerle bromas a su papá.
Los primeros meses pasaron tranquilamente, Tord trabajaba desde casa muy cómodamente, aunque si que le agotaba tanto papeleo.
Su vientre estaba apenas un poquito más grande luego de los primeros dos meses, pero Tom no despegaba su cara de la barriguita en crecimiento.
A Tom no le gustaban los mocosos, siempre se le hicieron desagradables y molestos con sus narices moqueantes, manos pegajosas y chillones voces. Pero su hija y su futuro bebe eran la excepción a la regla. Extrañamente Tambri nunca logró hacerlo enojar. Sin importar que aveces fuera muy traviesa amaba todo, ABSOLUTAMENTE TODO lo que Tambri hacía, sus berriches (los cuales eran realmente raros, casi nunca los hacia), su forma de jugar, su personalidad brillante y dulce, sus bromas, su carita de bebe, sus ojitos, sus manitas, sus piesitos que para el eran tan diminutos como los de una muñequita, Absolutamente todo.
Tord por otro lado era de mecha corta, odia los desastres y quiere que todo este ordenado, así que básicamente no sólo era un militar en su armada, sino que aveces también lo era en la casa, no era malo ni odioso, sólo estricto con el horario y el orden. Aún así tal vez era el más pegajoso de los dos padres, siendo el que más andaba encima de ella sobreprotegidola...... Tom era un desastre evitando que se lastimara.
Para el quinto mes Tord ya tenía una evidente barriga.
Estaba mirándose al espejo en ropa interior y suspirando.
—que pasa pastelito?_ preguntó el de cuencas
—es que ahora tengo el trasero gordo, y tengo estrías en el vientre_ suspiro el noruego pellizcandose aquella grasita de más en sus costados y mirando su piel_ ya tenía muchas marcas luego de lo del robot, ahora tengo mas_ dijo lamentándose.
—ha! Mejor para mi, la carne pura sabe bien pero la grasa le da el toque jugoso_ dijo pellizcandole una nalga y haciendo que se sonrojara_ y esas marcas la verdad no me importan, para mi siempre vas a tener el cuerpo más sexy y antojable de todo el mundo_ habló mientras abrazaba por la espalda a su esposo y besaba sus hombros y mejilla.