Capitulo dedicado a Say_012
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—eh?_ Tom miró incrédulo al noruego.
—que necesito que vengas conmigo a la armada unos días_ repitió, con un semblante serio mientras mantenía la mirada en sus documentos.
—pero ¿Y los niños?_
—no podemos llevarlos, es peligroso para ellos estar cerca de mis socios, esos tipos están desquiciados_ levanto la mirada, para ver al ojinegro.
—y tus padres no pueden ir contigo? O venir a cuidarlos?_
—ellos tienen que encargarse de la segunda tropa, y necesito que tú firmes ese contrato cuando estemos allí, como estamos casados compartimos finanzas así que ese contrato no tendría validez. Pero es para engañar a los nuevos socios, quiero evitarme peleas legales con los asociados de mí armada, hazte pasar por un asociado mio. Esa cena es importante y necesito cerrar un trato_ al noruego se le veía cansado, tenía unas notorias ojeras, se le notaba francamente demacrado y estresado_yo tampoco quiero que se queden solos, así que contraté a una niñera_
—niñera? Pero.... Tu sabes.... No me gusta la idea de que una desconocida esté con los niños_
—tranquilo, ella trabajaba cuidando a los hijos de uno de mis soldados, tiene experiencia con niños, no es nada barata pero es buena opción_ espetó, mientras se levantaba de su escritorio.
Se acercó a su esposo y se apoyó en su pecho.
—a mí tampoco me gusta, pero tu sabes que me da más miedo el ponerlos en peligro, sabes que cada que voy allí no tengo la garantía de poder volver con vida a ca-_ un pequeño sollozo lo hizo callar, miro hacia arriba y vio el semblante triste de su marido, que empezaba a desbordar en lágrimas. Lo abrazó fuertemente para que dejara de llorar.
—no digas eso, porfavor, no quiero que te vayas, no otra vez, no lo soportaría_ hundió su cara en el hombro ajeno, empezando a llorar mientras el contrario hacía lo posible para que se detuviera.
—hey hey hey, tranquilo, solo estoy especulando eso es todo, no tengo planeado morir aún, Tord Ridgewell Larsson aún tiene muchas cosas que hacer en esta vida_ plantó un pequeño beso en los labios del más alto, para seguido empezar a empujarlo hacia la silla de su escritorio, haciendo que se sentará y luego colocándose sobre su regazo.
—los voy a extrañar mucho, pero si tu confías en ella...._
—todo está bien ¿Si? Además ella sabe muy bien lo que pasará si mete la pata_
Tom sintió un pequeño escalofrío subir por su columna, más de 13 años de casados y aún le tenía pavor a ese tono de voz tan frío. Además de esos ojos grises, que aveces eran tan lindos, y otras veces lo aterraban tanto.
El noruego plantó un beso en su mejilla, para luego levantarse y tomar los papeles, acomodandolos y guardandolos.
—ok, si tu confías en esa niñera para que cuide de los niños, supongo que yo también_ habló, secando sus lágrimas y levantándose_ haré la cena ¿Pollo frito o hamburguesas?_
Tom vio a su esposo voltear con emoción, mientras alzaba los dos brazos como un niño.
—pollo frito!_
