XXXVII.

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« “ Adiós es una palabra dolorosa por eso jamás la diré solo diré hasta pronto porque se que nos veremos nuevamente ” »

El mes había acabado y en el pueblo en la cabaña de Kaede, Kagome jamás volvió a ver a Sesshomaru solo le entregaban lo que él le mandaba como Kimonos, algunos nuevos futones, entre otras cosas, pero esto le ponía triste.
Por otro lado Sesshomaru jamás se apartó tanto de la aldea, pues no quería dejar a Kagome aún sabiendo que estaba Inuyasha, Miroku y Kōga.
El mes de noviembre acabo entre lamentos, entre culpas, entre tristezas y entre lágrimas, pasando al mes de diciembre y el invierno llego junto a la nieve.
En otro lugar no tan lejano Zero se encontraba con su ejército dispuesta a atacar, pero a pareció su hermano Kirinmaru.

- ¿Qué hacés aquí? - preguntó molesta - No deberías estar con la traidora de Irasue -

- Sabes que debes detener esto - respondió serio.

- Jamás y tú sabes la razón - dijo.

- Esto es una locura, Sesshomaru ya está casado por leyes humana como nuestras tradiciones - decía - Además es humana está embarazada -

Zero abrió los ojos de la sorpresa y lágrimas comenzaron a salir.

- ¿Por qué Kirinmaru? - preguntó entre lágrimas.

- Vasta Zero, solo te haces daño - respondió - Eres mi hermana, pero esto es inaudito -

- Si esa es tu opinión lárgate y jamás vengas a pararme porque no lo haré - gritó.

- Solo quiero evitar tu muerte, pero si esa es tu respuesta está bien me voy - dijo marchando se.

Zero apretó sus manos y su irá aumento.

- ¡¡SIGAMOS Y ATAQUEN, PERO NO SE ACERQUÉN AL LORD DEL OESTE!! - gritó.

- ¡¡SI!! - exclamaron todos.

Muchos yokais comenzaron a correr hacía el pueblo que no estaba muy lejos de donde ellos estaban.
En el pueblo Sesshomaru se levantaba en guardia al oler como yokais se acercaban con intenciones de matar todo lo que se atraviese, dentro del pueblo Kagome intentaba levantarse para poder ver a Sesshomaru, pues lo extrañaba, pero un terrible dolor en el vientre la hizo caer de rodillas tirando algunas cosas que hicieron que entrará Sango.

- ¡Kagome! - exclamó asustada.

- Sango mi bebé - decía asustada.

- ¡Miroku! - gritó.

Fuera de la cabaña Miroku, Inuyasha y Kōga se encontraban junto a las gemelas, pero con un mal presentimiento al sentir tanta tranquilidad, pero el grito de Sango los hizo entrar rápidamente.

- ¿Qué pasa Sanguito? - preguntó preocupado.

- Traigan a la anciana Kaede algo le pasa a Kagome - decía preocupa.

- Yo voy - dijo Inuyasha.

- No Inuyasha - lo detuvo - Tu quédate, Sesshomaru se molestaría si supiera que dejaste sola a Kagome -

Inuyasha asintió y Miroku dejo a sus dos gemelas en una pequeña cuna para salir rápido por la anciana Kaede.

- Se...se... Sesshomaru - susurraba Kagome.

Look At Me (看著我).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora