XXXI.

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« " Si bien nos conocimos por casualidad, pero el amor que te tengo es más grande que el universo mismo " ».

Tokyo Antiguo Sengoku.

Había pasado una semana desde el regreso de Sesshomaru y Kagome, y en las tierras lejanas del Este, Zero lloraba desconsoladamente, pues la noticia que su hermano le había dado era devastadora para ella.

- ¡¿Por qué una maldita humana?! - gritaba entre lágrimas.

Zero seguía sin entender como Sesshomaru pudo fijarse en una humana a pesar de que odiaba a esa raza, tal vez no lo entendería, pero haría todo por obtener a Sesshomaru con ella.
Pues aún recordaba el día que ambos se conocieron.

Flashback...

Era época de apareamiento y Zero se ocultaba de cualquier Yokai que quisiera tomarla como mujer, pero para su mala suerte aquella época no solo afectaba a los machos, si no que también a las hembras y esto le hacía difícil su misión, no paso mucho cuando fue rodeada por varios yokais que intentaría marcarla, pero ella no lo permitiría aún si tenía que pelear.

- Pero que tenemos aquí, la Lady del Este ha salido de su escondite - decía.

- ¿Me preguntó cómo será ser el cuñado del Lord Kirinmaru? - preguntaban entre risas.

- Unos seres inferiores jamás podrán tocarme - decía molesta.

- Jajajaja, pero si ni siquiera puedes controlarte -

Todos estaban dispuestos a irse contra ella, pero un látigo venenoso bastó para destruirlos al instante, Zero al ver de quién se trataba se sorprendió.

- No creas que por salvarme dejaré que me marqués - decía seria.

- Jamás me interesaría una mujer que no puede controlarse - dijo sin verla.

Zero miro como Sesshomaru se alejo dejándola ahí, desde ese momento en cada época de apareamiento se mantuvo limpia durante años, hasta que lo volvió a ver cerca de aquel lago donde ella solía ir.

- Veo que ya no eres tan patética - mencionaba.

- No creo que le digas eso a las mujeres con las que te apareas te - decía.

- Patético - dijo - ¿Qué te hace creer que alguien como yo haría algo tan repugnante? -

- Así que no lo has hecho - respondió levemente sonriendo - Seguro que siendo un Taisho no se te permitirá por mucho tiempo -

- Tal vez, pero si algún día pasa eso no dudaría en tomarte a ti - dijo retirándose.

Tal vez esa vez Sesshomaru no lo comprendió, pero el había provocado un sentimiento en Zero que la hizo hizo esperar por años, hasta que la mejor noticia llegó a su vida, pues era la prometida del Lord del Oeste, tanta felicidad no cabía dentro de ella, hasta que sucedió lo inesperado su amado Lord ya estaba emparejado con una humana, ella como Daiyokai sabía el riesgo que corría su amado al estar con aquella humana que mil veces la maldijo una y otra vez.

Fin Del Flashback...

Zero mantenía su semblante frío, pues atacaría aquella aldea para conseguir su objetivo aún cuando eso signifique morir en el intento.
Lejos de ahí en el pueblo Kagome ya tenía una semana del embarazo y para ella parecía demasiado pronto, pues su vientre parecía detener ya unos mese siendo que apenas haría dos semanas.

- Debes cuidarte mucho ahora amiga - dijo sonriendo.

- Lo sé, además no solo yo estoy embarazada - dijo sonriendo mientras cargaba a la pequeña Hanna.

Sango sonrió, pues era verdad ella ya estaba entrando en el último mes de su embarazo y solo era cuestión de días para que sus dos hijas nacieran. En la entrada Miroku se alistaba para salir junto a Inuyasha al siguiente pueblo para poder realizar un trabajo.

- Bueno vamos Inuyasha - dijo.

Inuyasha solo siguió a Miroku, pero este podía sentir la preocupación de su amigo.

- ¿Sucede algo amigo? - preguntó mirándolo.

Inuyasha lo miro y suspiró.

- Entiendo estás así por el embarazo de la señorita Kagome, ¿No es así? - preguntó.

- No, realmente no es eso me alegra que Kagome tenga la oportunidad de ser madre, pero aún sigo pensando en Sesshomaru y lo que pasó - respondió cabizbaja.

- Ya veo, sabes Sesshomaru no es tan malo y realmente respeta a la señorita Kagome, también la cuida - dijo - Pero más que nada el es un hombre de palabra -

- ¿Qué quieres decir? - preguntó.

- Lo que digo es que Sesshomaru realmente no te mata porque está cumpliendo con una promesa, lo sé porque lo pude sentir cuando respondió tu insulto - respondió.

Inuyasha suspiró más confundido, en cierta manera se arrepentía de lo que dijo, pero era muy orgulloso para decir la verdad.
Mientras tanto en el árbol sagrado Sesshomaru miraba aquella marca donde Inuyasha estuvo por cincuenta años sellado recordando nuevamente aquella promesa.

- Por favor, eres el primogénito de mi señor y el es tu hermano protege lo es lo único que pido -

Sesshomaru sin inmutarse suspiró odiaba tener que recordar esa noche, aún no entendía porque había ido a esa casa cuando supo dónde se encontraba aquella mujer, principalmente pensó en matarla junto a Inuyasha, pero al ver de esa forma tan débil y suplicante no pudo hacerlo.

- Izayoi - susurró.

Look At Me (看著我).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora