Look At Me (看著我).

XXXII.

« " ¿Que harías sabiendo la verdad de tu vida? " ».

Tokyo Antiguo Sengoku.

Tanto Miroku como Inuyasha regresaban de aquel pueblo donde Miroku hablo de más para terminar de estafar a las personas, pero al estar cerca de la aldea pudieron ver a Sesshomaru hablando con aquel Daiyokai Lord del Este, cuando se acercaron más la charla de estos dos Daiyokais había llegado a su final.

- ¿Qué hace este bastardo aquí? - preguntó molesto.

- No tengo porque darte explicaciones - respondió serio.

- Señor Sesshomaru no es de mi incumbencia y tampoco quiero estar en su contra, pero este hombre fue quien mato a la señorita Kykyō - decía serio Miroku.

Sesshomaru no respondió y solo seguiría su camino para ver a Kagome quien lo estaba esperando esto molesto a Inuyasha que para el, Sesshomaru no tenía consideración por la muerte de la madre de su hija.

- Tú maldito bastardo - dijo intentando atacarlo.

Las manos de Inuyasha fueron detenidas por Kirinmaru y Sesshomaru paró suspirando para ver a aquellos tres hombres.

- La muerte de Kykyō es otra muerte con la que tengo que cargar - dijo serio - Eso lo dejaste claro -

Y sin más siguió su camino, pero al momento te irse Sesshomaru se armó un forcejeo entre Kirinmaru e Inuyasha.

- Vasta, por favor - pedía Miroku.

- ¿Que hacés aquí? - preguntó enojado.

Kirinmaru guardo su postura seria y miro al hanyō y a Miroku.

- Realmente no entiendo cómo Sesshomaru te ha dejado con vida por esa tonta mujer - respondió - Si tal vez los hubiera matado ese día tu no estarías de altanero -

- ¡¿Qué quieres decir maldito infeliz?! - gritaba molestó.

Kirinmaru enojado y con sus ojos algo rojos por la molesta que estaba sintiendo al tener que lidiar con el hanyō, con sus garras tomo a Inuyasha y a Miroku con fuerza y llevarlos hacia aquel árbol donde Inuyasha estuvo sellado por cincuenta años enteros.

- ¿Que hacemos aquí? - preguntó confundido Miroku.

- Aquí es donde te sellaron, ¿No es así hanyō? - preguntó burlón.

- ¡Déjate de estupideces y responde!, ¡¿Que hacemos aquí?! - preguntó molestó.

- ¿Acaso nunca te preguntaste porque si tanto odio te tenía Sesshomaru nunca vino aquí a matarte de una vez por todas? - preguntó mirándolos fijamente - Si no es así déjame presentarte tu triste realidad -

Kirinmaru envolvió a Inuyasha y a Miroku en una especie de humo negro el cual les resultaba difícil ver, hasta que una luz blanca se deslumbró llevándolos al nacimiento de Inuyasha.

Sesshomaru se retiraba de hablar con su padre, pues el sabía que sería la última conversación que tendrían y una lágrima traicionera cayó por su mejilla.

- Patético - susurró.

A pesar de todo Sesshomaru seguía siendo muy duro consigo mismo esto no sorprendió a Inuyasha y a Miroku, Sesshomaru seguía con su camino en busca de su poder hasta que llegó a aquel castillo donde vivía aquella mujer humana por la cual fue cambiado de solo pensar se enojaba, pero los lloriqueos de una pulga lo hicieron detener se.