XX

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“Cuida de nuestro legado porque yo siempre cuidaré de ustedes”.

Tokyo Antiguo Sengoku.

8:00 am.

Tres meses fueron los que pasaron para el matrimonio de Kikyō e Inuyasha y ahora Kikyō tenía casi los cinco meses de preñez, pero las cosas no eran tan fáciles, pues el pueblo constantemente había sido atacado por yokais que iban a matar a Kikyō y a su bebé, pero estos siempre eran detenidos por Inuyasha que siempre la protegía, sin embargo no todo podía ser perfecto, pues en las tierras del Este, Kirinmaru esperaba ansioso por el nacimiento de aquel hanyō.

- ¡¡Señor!! - gritaba.

Sus puertas fueron bruscamente abiertas provocando molestia de parte de Kirinmaru.

- ¿Qué sucede como para que vengas a azotar mis puertas? - preguntó serio.

- Lo siento mi Lord, pero hemos recibido noticias de que aquella sacerdotisa dará a luz antes de tiempo - respondió.

Kirinmaru se levantó de golpe provocando un susto en su subordinado.

- ¿Qué pasó? - preguntó.

- No sabemos bien, pero la hermana menor de la princesa del Oeste le aviso al hanyō que daría a luz antes de tiempo - respondió nervioso.

- Bien diles a todos que se preparen que partiremos a la anochecer - ordenó.

- Si mi señor -

Aquel yokai salió del despacho de Kirinmaru dejando a este con una enorme sonrisa.
Mientras tanto en la aldea en la casa de Kikyō e Inuyasha todos se encontraba en la habitación de ambos, pues nadie sabía en qué momento podía nacer el bebé.

- ¿Por qué justo ahora? - preguntaba - ¿No se supone que falta un mes para que de a luz? -

- Si, pero el bebé ya está listo para nacer - respondió Kikyō.

- Si, pero los malditos yokais que quieren matarte vendrán - dijo desesperado.

- ¿Y por qué no pedimos ayuda a Kōga? - preguntó Miroku.

- Tiene razón a pesar de todo se que te ayudaría - respondió Sango.

- Bien iré a verlo con Miroku, solo espero que no sea tarde cuando lleguemos - dijo mirándolos - Vamos Miroku -

- Sí -

Inuyasha y Miroku salieron de la aldea en dirección a las tierras del Norte donde les costó llegar por las inmensas montañas y rocas gigantes que les impedían el paso, al llegar nuevamente fuero intersectados por los yokais lobo.

- Tu otras vez hanyō - dijo uno de los yokais.

- Tranquilos esta vez venimos para tratar un asunto delicado con su líder - intervino Miroku.

- Bien siganme -

Los yokais lobo llevaron a ambos amigos hasta su aldea donde Kōga se encontraba con Ayame, hasta que vio a Inuyasha junto a Miroku.

- ¿Qué quieres ahora estúpido hanyō? - preguntó mirándolo.

- Señor Kōga mi amigo y yo venimos en busca de su ayuda - respondió Miroku.

Look At Me (看著我).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora