XV

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“¿Crees poder amarme como yo te amo”.

Tokyo Antiguo Sengoku.

7:00 pm.

Inuyasha regresaba a su casa mirando a Kikyō cepillando su largo cabello, mientras veía aquel ya notable vientre.

- ¿Sucede algo Inuyasha? - preguntó deteniéndose.

- Solo pensaba - respondió.

- Estás así por la ver la vida de Sesshomaru, ¿No es así? - preguntó mirándolo.

- Yo nunca pensé que eso le había tocado por parte de Inu No Taisho - mencionó - Pensé que el había tenido todo de él y que solo el vino a arruinar mi vida, pero solo me equivoqué -

- Es bueno aprender de los errores y se Sesshomaru aprenderá a olvidar el pasado - dijo con una leve sonrisa.

- Dices eso como si supieras algo - dijo.

- Bueno cuando vas a ser madre entiendes muchas cosas y se que Sesshomaru encontrará ese amor que tanta falta le hizo en el pasado - dijo sonriendo - Ahora deja de preocuparte y ven vamos a dormir -

Inuyasha asintió y ambos se acostaron en aquel futón quedando dormidos, pero Inuyasha estaba decidido a aprender a amar a Kikyō por el bien de su pequeño hijo o hija.
Mientras tanto en las tierras del Este en un castillo oscuro y cerrado un Daiyokai miraba desde la ventana el estrellado pasando entre las estrellas una bella estrella roja.

- Así que por fin tu bastardo cumplirá con lo que una vez fuiste Taisho - decía sonriendo.

- Amo - llamo.

- ¿Qué sucede? - preguntó serio.

- Lady Irasue desea verlo - respondió.

- Dejala pasar - ordenó.

- Si señor -

Sus puertas fueron abiertas mostrando a la demonesa quien entraba con elegancia hasta estar frente a Kirinmaru.

- ¿Qué desea mi señora? - preguntó haciendo una reverencia.

- Quiero que hagas algo por mi - respondió.

- ¿Y qué es mi señora? - preguntó curioso.

- Necesito que mates a una sacerdotisa molesta - dijo seria.

- ¿Sacerdotisa? - dijo confundido.

- Se trata de la recién princesa del Oeste - decía - Espera un hanyō no será tan fuerte aquel bebé, pero se defenderá lo suficiente para sobrevivir con su padre -

- Osea que quiere muerta solo a la madre - afirmó.

- Exactamente y se que tú mejor que nadie eres el indicado para esto - dijo sonriendo.

- Cuente con eso mi señora en cinco meses en luna llena mataré a esa sacerdotisa dejando vivo a su hijo y al padre - mencionó.

- Sabía que podía contar contigo Kirinmaru, bueno nos vemos -

Irasue se retiró dejando con una sonrisa a Kirinmaru, pues tendría la oportunidad de matar a un humano.

- Espero no me falles con tu bastardo Inu No Taisho - decía mirando la luna.

Tokyo Moderno Sengoku.

7:00 pm.

En la habitación de Kagome, ella seguía pensando en la manera de como un yokai amaba a alguien y en las consecuencias que esto traería si ella llegase a amar a alguien más, hasta que.

- Kagome - llamo Sesshomaru.

- Pasa está abierto - dijo.

Sesshomaru entro a la habitación y encontró a Kagome sentada en su cama.

- ¿Sucede algo Sesshomaru? - preguntó mirándolo.

- Vengo a hablar contigo - respondió.

- Está bien - dijo - ¿Dime de qué se trata? -

- Seré directo - respondió - Sospecho que me estoy empezando a impregnar de ti y quiero saber, ¿Estás dispuesta a estar conmigo por siempre? -

Kagome no entendía porque Sesshomaru le preguntaba todo eso tan de repente.

- ¿Por qué dices todo eso? - preguntó sorprendida.

- Porque quiero saber si puedo arriesgarme a amarte el resto de mi vida o solo me olvidó de ti - respondió serio.

Kagome no sabía si sentirse feliz por saber que Sesshomaru estaría dispuesto a enamorarse de ella o triste por saber que la apartará de su lado.

- Yo... - pausó para suspirar aire - Sesshomaru el día que tú dijiste que nos casaremos en una unión de sangre fue el día más feliz porque se que tan importante es para ustedes los Daiyokai esa unión y aún cuando no estábamos casados aún decidí que me hicieras tuya por siempre poniéndome también tu marca y si aún con todo eso no quieres amarme yo no te obligaré, pero ten en cuenta que yo ya te estoy amando con toda mi alma -

Pequeñas lágrimas salían de los bellos ojos de Kagome y Sesshomaru solo la miraba sorprendido, pues era verdad todo lo que ella había dicho.

- Entonces permíteme amarte por el resto de mi vida - dijo tomando sus manos.

Kagome quedó sorprendida de escuchar esas simples, pero significativas palabras, pues creyó que Sesshomaru no le correspondería de esa manera.

- Si Sesshomaru, así como yo prometo amarte eternamente - dijo sonriendo.

Para Sesshomaru ver esa sonrisa que Kagome le estaba dando aceleraba su corazón que solo un simple beso hizo que ambos encontraran la tranquilidad que ambos deseaban y al igual que sus dudas se disolvieron entre el viento.

Look At Me (看著我).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora