✨PRIMERA PARTE ✨
La vida de Andrea cambia totalmente cuando su padre la echa de casa y la manda a vivir con su tío en Clarksville, Virginia, un pueblo pequeño y amistoso. Andrea hará de todo para regresar a su antigua vida, pero se dará cuenta que e...
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Me desperté al escuchar como una puerta se cerraba, giré un poco para buscar mi celular, lo prendí y en la gran pantalla apareció la hora.
Seguro era mi tío el que se había ido, solté un suspiro, me estiré un poco y caminé hacia el baño. Después de unos minutos, salí y bajé las escaleras. Entré a la cocina y vi una nota al lado de un plato.
"Te dejé tu desayuno favorito, espero que me puedas perdonar."
Moví la servilleta del plato y sonreí un poco, en el plato había pancakes en formas de oso. Terminé de desayunar y lavé los platos rápidamente, subí a mi habitación para lavarme los dientes y terminar de alistarme.
Salí de casa y decidí ir a la tienda de mi tío, llegué y al entrar me lo encontré hablando con una pareja. Al retirarse la pareja me volvió a ver, me acerqué a él lentamente.
—Hola, ¿pasó algo?— preguntó con tono preocupado.
Me crucé de brazos y solté un suspiro.
—No ha pasado nada, vi tu nota.— vi la sonrisa tímida que colocó.
—¿Te gustaron los pancakes?
—No, ya no soy una niña.— mentí. Por supuesto que me había gustado, aún seguían siendo mis favoritos.
—Oh está bien, no pasa nada.— vi la sonrisa que me estaba dando, más bien era una mueca—. ¿Necesitas algo más?
—Aún sigo enojada, pero te perdono.— le dije con tono serio.
—Está bien.— me sonrió un poco.
—Sí.— dije y nos quedamos en silencio por unos segundos—. ¿Sabes dónde puedo comprar cuerda para el violín?
—Puedes comprarla en la tienda de Sally.
—¿Es una broma?— pregunté con una sonrisa.
—No lo es, es la única tienda en donde puedas encontrar cualquier tipo de cosa que necesites.— respondió mi tío con una sonrisa.
—Dios.— susurré para mí misma—. Tengo que irme.
No le di tiempo a contestar y caminé hacia la puerta, pero antes de salir escuché de nuevo su voz.
—Fuimos invitados a una cena hoy por la noche.— escuché y fruncí el ceño.
