Capítulo 25: Alguien del pasado

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"Te dije que nos veríamos pronto"

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El ambiente se sentía tenso y había un silencio total, mi tío estaba sorprendido. En cambio, yo lo miré sin emociones.

—Creí que ibas a vivir mejor hermanito.— expresó Joseph mientras miraba todo el lugar.

—No necesito mucho, cómo otros, para poder vivir— soltó Elijah con una sonrisa—. ¿Qué estás haciendo?

—Eso a ti no te incumbe, pero sí tanto quieres saber... Vine por mi hija.— dijo Joseph con una sonrisa.

—Oh, ahora sí es tu hija— mencionó Elijah con tono burlón—. Me sorprende cómo has ejercido tu paternidad. Es curioso porque un padre nunca mandaría a su hija de nueve años a un internado y... — Joseph habló.

—Veo que ya te fueron con el chisme. Además, tú no te tienes porque meter, no es tu hija y tampoco eres nada de ella... ¿Acaso ya le contaste la verdad?— Joseph sonrió.

—Sí ya lo hizo, él no es cobarde, no como otras personas— alcé una ceja—. No eres bienvenido aquí, ni el pueblo. Así que, porque no te vas por donde llegaste.

—Auch eso dolió, ¿así tratas a tu padre?— Joseph negó con la cabeza mientras sonreía—. ¿Cómo está, tú novia Olivia?

—¡Cállate, no menciones su nombre!— quise acercarme, pero mi tío me detuvo.

—Tranquilízate.— dijo Elijah mirándome.

—Me encanta esta reunión familiar, lástima que mi madre no está aquí con nosotros.— expresó Joseph con una sonrisa.

—Nuestra madre.— soltó Elijah con el ceño fruncido.

—¡No, ella es mi madre!— gruñó Joseph con mucho veneno—. Tú fuiste un error que mi madre cometió, fuiste un acto de caridad...

La verdad no podía creer todo lo que estaba escuchando, sentía muchas ganas de vomitar. Realmente pensaba que las personas no eran tan crueles. Mis lágrimas empezaron a salir, pero no eran de tristeza, si no de furia y cólera que sentía en mi interior.

—En otro momento si me hubiera afectado esas palabras, pero ya no Joseph. Los años pasan, pero tú no avanzas, sigues siendo el mismo hombre inmaduro que no te importaba pisotear a las demás personas.— indicó Elijah con tono serio.

—Ay no me hagas llorar, ¿quieres un abrazo?— Joseph soltó una pequeña risa.

—¿Qué fue lo que te pasó?— murmuré mirándolo directamente—. Tú no eras así, eras un padre amoroso y eras un buen esposo... Me amabas y también amabas a mamá...— no pude continuar.

—¡Cállate, no hables de tu madre!— pegué un pequeño salto al escuchar el grito y el tono enojado que había utilizado—. Cuantas veces te dije que no hablaras de ella y ya basta con cosas del pasado. El otro día te dije que tenía que hablar contigo de algo importante. No respondiste, rechazabas mis llamadas y también a Magnus. Fue muy fácil conseguir información sobre la familia Clark Allen, sobre todo de tu noviecita... — lo interrumpí.

Noche EstrelladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora