Capítulo 19

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Capítulo 19

Las cosas habían dado un giro inesperado, de repente era como si todo se hubiese puesto de cabeza. Yo evitaba toda situación social, en especial en casa, no quería quedarme con gente, no quería miradas de pena, de preocupación, no quería charlas sobre lo que sucedió o sobre cómo me sentía, para eso tenia terapia, tampoco quería abrazos o cosas así, ni siquiera quería que estuvieran tan preocupados por mi. Les agradezco profundamente, pero no quería ese tipo de atención, no lo necesitaba. Mi problema no era mi capacidad para servirme un vaso de agua o algo para comer, mi problema era la sensación de inseguridad que me había quedado, el recuerdo de los golpes, el miedo a que me hicieran algo más.

***

Era miércoles, casi dos am, cuando mi celular sonó. Ya habían pasado algunas semanas desde mi vuelta a casa. Yo me encontraba distante de todos, en especial de Ivo. Tampoco estaba muy cerca de mis amigos, casi ni salía del hotel, solo salía para ir a la escuela, a terapia y a clases de defensa personal. Estaba completamente concentrada en mi, en recuperarme, en ser más fuerte y en quitarme el miedo de encima.

Me encontraba metida en la cama, bajo un sueño profundo, a tal punto que pensé que el ruido que producía la llamada entrante era algo de mi sueño. Me llevó un momento darme cuenta de la situación y tarde en darme cuenta de la insistencia de la llamada. Habían sido unas cuatro, yo atendí a la quinta. Era Adrien, el mejor amigo de Ivo. No entendí muy bien que pasaba, solo entendí lo importante. Había una emergencia y tenía que ir hasta su casa...su casa estaba a 30 minutos...¿qué?. En fin, no tenía mucho tiempo para esto, debía levantarme e ir a buscar a Ivo.

Preparé un café rápidamente y pedí un taxi. No tenía corazón para despertar a Orson.

Esperé en el lobby a que el uber llegara. La verdad no me hacía ninguna gracia tener que tomar un taxi a las dos de la mañana, así que le pedí a Salem, el chico de la recepción que me acompañara, le ofrecí una muy buena propina y yo misma hablé con su jefe para pedirle permiso.

El trayecto fue silencioso, yo trataba de despertarme y al mismo tiempo intentaba ser amable con Salem. Por suerte la media hora que hay de un lugar a otro, se redujo debido a la hora y la falta de tráfico. Avise a Adrien que ya estaba en la puerta y le pedí al señor del Uber que me esperara.

-¿Qué sucede? -dije en cuanto Adrien abrió la puerta. Debíamos caminar un poco hasta llegar a la casa.

-Es Ivo, no está bien. Lamento que tuvieras que venir, pero ya no tenía excusas con mis padres, ni el resto de los chicos.

-Ve más despacio, no entiendo.

-Ivo ha estado bastante raro últimamente, nos ha llamado en días de semana en horarios poco usuales para que vayamos a recogerlo a algún lugar. Creemos que además de beber, consume alguna otra cosa. Y la verdad esto viene de hace semanas, todos en el grupo ya lo hemos tenido en nuestra casa unas cuatro veces y lo hemos cubierto, pero ya no podemos, será muy obvio para nuestros padres.

-¿Y no crees que es mejor que tus padres o mejor dicho Claudine, se entere?- dije algo molesta.

-No- también se molestó- es nuestro amigo, no vamos a hacerle eso.

-Pero se está haciendo daño y simplemente lo dejan- lo miré furiosa.- sería más útil si lo ayudaran de otra manera, no tapando sus actos.

Adrien se paró frente a mí.

-No vengas a decirnos cómo ser amigos de Ivo, ni a responsabilizarnos por esto. Tú no le prestaste atención en días, no estuviste ahí para él, simplemente lo ignoraste ¿y crees que tienes derecho a decirnos cómo actuar?. Todo esto es tu culpa.- Sus ojos parecían fuego.

-¿Mi culpa?- pregunté a la defensiva.

-Sí, cada vez que se emborracha no deja de decir tu nombre y lo mucho que necesita que las cosas sean como antes.

Me quedé callada. Luego de unos metros de caminata llegamos a la casa. Me encontré con Ivo tirado en el sillón, un hilito de baba caía sobre su barbilla. Su ropa estaba desarreglada y olía muy feo. Era realmente una imagen lamentable. Adrien me ayudó a llevarlo hasta el auto. Entre él, Salem y yo, lo acomodamos en el asiento del pasajero.

durante todo el viaje tuve ganas de llorar, no podía creer el estado de Ivo, no podía creer que estuviera haciendo eso a si mismo, no podía creer que era mi culpa. ¿Cómo había podido dejarlo así? ¿ignorarlo de esa manera? ¿Como pude ignorar que no estaba bien?.

Le pedí a Salem que no dijese nada. Me ayudó a llevarlo hasta el ascensor. Hasta ahí todo era simple, el problema serían las escaleras.

Llegamos, nos subí a ambos como pude y lo metí en mi baño para quitarle el olor y que nadie sospechara nada. Intentaría ayudarlo sin tener que exponerlo a su madre.

Abrí el agua fría, le pedí que cooperará. Por suerte para mí, Ivo ya estaba un poco más consciente, así que logró entenderme y comenzó a quitarse la ropa, excepto por el boxer, y se metió en la bañera. El agua comenzó a caerle por el cuerpo y como pudo comenzó a quejarse y moverse. Lo sostuve por ambos brazos y le pedí que por favor se quedará quieto, que esto le haría bien.

Se echó hacia atrás y cerró los ojos. Lo mire apenada y preocupada.

-¿Por qué te haces esto?- pregunté en un tono casi audible, mientras acariciaba su mejilla.

-Camille- intentó hablar- necesito olvidarte.

Al escuchar esas palabras sentí que algo se rompía dentro mío.

-¿De qué hablas?- pregunté suave.

-Te amo...y tu simplemente me odias- tragó saliva- no aguanto que ni siquiera me mires, necesito...necesito que vuelvas a mi- abrió los ojos y me miró.

-Aquí estoy ¿si?, no me iré a ninguna parte.- lo acaricié.- lo siento.

Le debía una explicación más larga, pero lo haría cuando su cabeza pudiese procesarlo.

Nadie emitió sonido. Ambos nos quedamos en silencio. Ivo volvió a cerrar los ojos y dejó que el agua cayera por su rostro y su cuerpo. Yo me quedé junto a él, sujetando su mano. Al cabo de unos minutos, cuando comenzó a temblar por el frío y sus labios estaban morados, me di cuenta que era mejor sacarlo de ahí.

Le pregunté si podía desnudarse por completo solo o si necesitaba mi ayuda. Me dijo que podía, así que le entregué una toalla y salí del baño. Los esperé y en cuanto salió me ofrecí a acompañarlo a su habitación, pero me pidió quedarse conmigo. Accedí.

Fui a su habitación a buscarle ropa interior y un pantalón de pijama y se lo llevé. Nos acostamos juntos, me abrazó y se durmió profundamente.

Yo no podía conciliar el sueño. No dejaba de pensar en cómo las situaciones cambian el curso de nuestra vida. A veces necesitamos tiempo para nosotros mismos, pero no nos damos cuenta que hay gente a nuestro alrededor que nos necesita. Que necesita que expresemos en palabras lo que nos pasa, para poder comprendernos y no interpretar que simplemente ya no sentimos afecto hacia ellos.

Me aferré a ese abrazo y cerré los ojos. Me concentré en su aroma, en su tacto, en cómo me sentía. Esa era la clave del problema. Mis sentimientos por Ivo eran algo caóticos.

Le quería desde niña, desde hacía años. Cuando decidimos hacer a nuestros padres felices, en realidad la idea había sido mía, y él me odio por eso. Me odio porque no podía decirme que no, porque sabía cuánto quería que mi padre fuese feliz con alguien y no iba a quitarme eso. Tomar esa decisión simplemente me rompió el corazón. Y cuando comenzamos a alejarnos, decidí que lo mejor era olvidarme de él, que lo mejor era enfocarme en aquellas cosas que me molestaban de él. Dejó de ser parte de mi vida de un dia para el otro. Cuando se fue, comencé a ver su vida a través de las redes, cada vez que aparecía con una chica, cada vez que estaba de fiesta, cada vez que hacía algo peligroso, me enojaba. Me engañaba a mi misma diciendome que me enojaba con él, que era un idiota y demas. Pero en realidad estaba enojada conmigo. Estaba enojada por haber tomado esa decisión, por haberme alejado de él, por no poder estar a su lado, por no ser la razón por la que sonreía o se reía.

Finalmente me dormí. Al poco tiempo sonó la alarma. Era día de escuela. Ivo estaba acostado junto a mí. En mi cama.

Mierda. 

Separados, pero juntos {Completa} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora