Capítulo 27

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Capítulo 27

Llegué a la escuela emocionada. Alan estaría ahí.

Bajé del auto y prácticamente corrí a buscarlo. De momento no lo encontré, pero si encontré a mis amigos.

Me preguntaron todo sobre la noche anterior, pensaban que algo había pasado, pero no, solo nos estábamos conociendo. Intercambiamos un par de palabras cuando de repente Sophie me avisó que Alan había llegado. Me di vuelta rápidamente y corrí a donde estaba.

-Hola- saludé sobresaltada.

-Hola- beso mi mejilla- es la mejor bienvenida que me han dado.

-Me alegro- sonreímos.

Caminamos hacia el lugar en el que estaba previamente. Íbamos pegados, nuestros meñiques se entrelazaron. Alan se presentó a los chicos y los cuatro hablamos un momento.

Miré a mi derecha y pude ver a Ivo a lo lejos, mirándome. Estaba triste.

Para mi sorpresa y mi alegría Alan iría al mismo curso que yo. Ahora no pelearia con
Sophie y Eric cuando tocaran trabajos de a dos.

***

Pasó un mes desde que conocí a Alan. Ivo estaba finalmente en el pasado, superado.

No hablaba con él, no nada. Cada vez que lo veía estaba decaído, no aparecía junto a Beatrice y pasaba mucho tiempo con sus amigos, apartados de todos.

A esta altura, Alan y yo no éramos nada oficial, pero ya nos habíamos besado e íbamos de la mano. Mi padre lo conocía, me dedicaba goles y estudiabamos juntos. Todo muy romántico.

Faltaba poco para las fiestas y Alan se iría a Italia, a festejar con su familia. Es por esto, que los de la escuela decidieron adelantar la fiesta de fin de año. Realmente no sabía si era que Alan les caía bien, o si era interés porque era jugador en el PSG. Al principio lo hicieron a un lado por no provenir de ninguna familia "importante", pero luego comenzaron a aceptarlo e integrarlo, supongo que por los partidos ganados.

La fiesta era a las 21, en la casa de Adrien. Alan pasaría por mí a las 20 para llegar a horario. Opté por un vestido plateado, lleno de brillos, manga larga y con escote en V. Estaba muy linda la verdad.

Un poco antes de las 12, la mayoría ya estaba borracho o borracha. Con Alan habíamos bebido, pero aun estábamos bien. Habíamos bailado como locos y también nos habíamos besado mucho, no queríamos ser de esos, pero estábamos felices y además no nos veríamos como por dos semanas.

Observé como Ivo no paraba de tomar y me preocupé un poco por él. Lo observé disimuladamente durante un rato.

Vi que subía las escaleras y excusándome con Alan y los demás, lo seguí. Al encontrarlo observé que estaba sentado en el balcón de la habitación de Adrien. Era de esos balcones antiguos, hechos de material y con borde ancho. De todas maneras no era seguro que estuviese sentado ahí, se me aflojaron las piernas. Me acerqué despacio.

-Ivo- dije despacio, mientras quedaba detrás de él- ¿Qué haces?

-Nada, solo tomó aire.- su mirada se dirigía hacia delante.- Alan no está aquí- dijo de mala manera.

-No vengo por él, me preocupa que estés sentado ahí, ¿Por qué no bajas?

-Oh tienes miedo de que haga algo estupido- su tono era el de un borracho- ay me caigo- se tiró hacia delante.

-¡Ivo!, no es gracioso, baja de ahí.

-Déjame en paz Camille, hace tiempo que decidiste alejarte, ahora vete.

-Ivo, no seas estupido.- dije algo molesta.

-Gran actitud en situaciones como esta- expresó sarcástico.

-Oh vamos- reclamé- ¿Te subiste ahí para dar pena? ¿Para que aquel que te encuentre te trate como un artefacto frágil que hay que poner con cuidado en el piso?

-No.

Hubo un silencio.

-Ivo- dije más tranquila- yo te quiero, más allá de lo que pasó, te quiero y necesito que estés aquí. ¿Por qué en vez de actuar como una víctima, no asumes lo que hiciste y actúas en consecuencia? ya hiciste de tu parte para aclarar las cosas, me escribiste una nota, yo decidí alejarme y ese es mi problema. Afronta el dolor y sigue adelante, acepta que te equivocaste y sigue con tus cosas.

-Pero te perdí.

-No- apoyé una mano sobre su espalda.- Aquí estoy, Ivo.

Me puse a su lado y lo miré. Me miró

-Me alejé porque me lastimaste y es lo que creí necesario, pero no me fui completamente, sino no estaría aquí. Por favor baja de ahí, yo sé que solo te sentaste y que no querías llamar la atención de nadie, pero sigue siendo peligroso.

Giró y se quedó sentado mirando hacia la habitación. No me convencía, pero era algo. Me senté junto a él, lo más al borde que pude, casi con los pies sobre el suelo.

-¿Aún me quieres?- preguntó inocente.

-Siempre- sujete su mano.

Era verdad, el amor que sentía por él estaría siempre conmigo, aunque nuestros caminos vayan en direcciones opuestas. 

Separados, pero juntos {Completa} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora