Capítulo 28

1 0 0
                                    

Capítulo 28

Faltaban tres días para navidad. El frío y la nieve ya estaban aquí, pero aún no de manera intensa. Alan ya se había ido y lo extrañaba bastante.

Bajé en busca del desayuno y Silvain me entregó un sobre, en cuanto lo abrí y saqué el papel que tenía dentro quedé helada.

"La familia Momsen está detrás de tu secuestro".

El corazón se frenó un instante, todo se frenó un instante. No sabía cómo tomarme esto. no sabía que hacer, no sabía si sentarme o quedarme de pie, si ir a confrontarlos sola o avisarle a mi padre. ¿Qué se supone que debía hacer?.

-Camille...¿Estás bien?- preguntó Silvain.

Tardé un momento y lo miré, desorientada.

-¿Quién trajo esto?

-No lo sé, lo dejaron en recepción y el chico lo subió.

-Necesito sentarme- ignoré por completo lo que me había dicho. Comencé a pensar- Ed...-musité por lo bajo- ese maldito.

Me levanté despavorida y subí a mi habitación, me cambié rápido y salí con la intención de ir hacia el Estudio de Paul. Había dejado el papel sobre la mesa del comedor sin darme cuenta.

-Camille, espera- dijo mi padre- ¿A dónde vas?- preguntó en cuanto me encamine hacia la salida.

-A resolver un asunto.

-No- me miro serio- dejaras que yo lo resuelva.

-Pero papá...- intenté quejarme, pero no tenía opción.

A las cuatro horas de recibir ese papel, estaba en la comisaría con mi padre, Ivo y Sophie. Y nuestro abogado por supuesto. Estábamos en la habitación detrás del vidrio que se encuentra en la sala de interrogatorios.

Estaban interrogando al señor y señora Momsen, quienes confesaron estar molestos con mi padre por un negocio que no se cerró, entre otras rivalidades. Sin embargo, su abogado les indicó no contestar el resto de preguntas.

Al cabo de una hora, ingresó Ed. Quien no tardó mucho en confesar que él le había facilitado la información a su padre. Ed sabía del departamento porque había espiado en los papeles de Paul, así que calcularon que eventualmente estaría por aquel lugar que era poco frecuentado por nuestros conocidos y de paso suponían que nadie sabía de eso porque toda la operación con Paul fue discreta, cosa que Ed pudo deducir bien.

Mientras todo eso sucedía de un lado, del otro lado se mantenían conversación extrañas a mi persona.

-¿Por qué está Ivo, papá?- pregunté confundida.

-¿No lo sabe?- le preguntó mi padre a Ivo. Este negó con la cabeza.

-¿Saber qué?- pregunté molesta.

-Nada- respondió Alexandre.- Ivo estuvo en el momento de la investigación principal, cuando te estábamos buscando y el inspector pidió que este aqui.

No le creí ni una palabra, había algo más que no me decían. Mire a Sophie y está hizo gesto sobre no saber nada.

En cuanto Ed terminó de confesar, mis ojos se llenaron de lágrimas. No podía creer que me había hecho eso, se había acercado a mí solo por interés y en ningún momento sintió culpa por lo que me pasó, por lo que me hizo. Me vendió como si nada.

A los pocos minutos un oficial lo esposó y lo sacó de la habitación. Sin pensarlo mucho, salí de la habitación corriendo. Quería golpearlo, quería gritar, quería escupir, quería algo que no tenía claro, pero sentía rabia y mucha.

-¡¿Por qué lo hiciste?!- grité en cuanto salí de la habitación y corrí hacia él. Alguien me sujetó por detrás en un abrazo.- ¡Suéltame!- pelee, pero fue imposible- ¡¿Por qué Ed?!... ¿Por qué?.

Todos miraban el show. La loca que gritaba y lloraba, y el acusado esposado mirando con cara de nada.

Él no respondió, y yo solo caí al suelo mientras lloraba desconsoladamente. Aquella persona seguía sujetándome, cada vez más fuerte. Me estaba cuidando.

-Tranquila, ya no te hará daño- susurró en mi oído y deposito un beso en mi cabeza. Era Ivo.

Me di vuelta y me acurruque en él mientras seguía llorando.

Iríamos a juicio con los Momsen, mientras tanto Ed iría preso, pero seguramente no por mucho, ya que su familia tenía dinero y lo sacarían rápido de la cárcel.

***

Era la noche de Navidad.

Alan y yo habíamos hablado por FaceTime y hablaríamos después de la cena. Mi padre quería llevarnos a cenar, pero Claudine quería algo intimo, así que solo seríamos nosotros cuatro y Silvain.

El árbol estaba lleno de regalos y la decoración de todo el penthouse era preciosa.

La cena ya estaba lista, solo quedaba sentarnos y disfrutar de la "familia".

En cuanto terminamos de comer y demás, mi padre propuso un brindis y así sin más, en un discurso super romántico, le propuso matrimonio a Claudine.

-Este año me pasó lo peor que podría pasarle a un padre y fue la posibilidad de perder a mi hija- me miró y sonrió- pero tuve la suerte de tenerte al lado mon amour, y creo que ya han pasado años y siempre volvemos a encontrarnos, y me haces tan feliz a mí y a la familia, eres a quien necesitaba encontrar, con quien quiero despedir este año y comenzar una vida juntos- se acercó a Claudine y se arrodilló- ¿Quieres casarte conmigo?- estiró su brazo y abrió una cajita de terciopelo negro, la cual contenia un bello diamante.

-Oh Alexandre- dijo emocionada- por supuesto que sí.

Se besaron. Estaba helada, mi copa cayó al suelo y todos voltearon a mirarme. 

Separados, pero juntos {Completa} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora