CAPITULO 56

924 79 4
                                    

• EXPLOTA Y LUCHA •

NARRADOR OMNISIENTE

Mientras que las cinco chicas corrían por sus vidas, los Julap y Abdo perdían la cabeza; primero les tomaban desprevenidos y los atacaban con todo y ahora descubrían que tenían fugitivas por la casa.

Mauricio estaba inquieto, la mujer que amaba o eso creía, lo estaba traicionando y quien pago el costo de su enojo fue Alisha quien ahora era uno más de los cadáveres.

Rhet y Lorenzo estaban descontrolados, habían sido muy cuidadosos con todo, no habían dejado ni una marca para que los encontraban, pero como raro todo les salió mal.

Gamal ya había matado a unos cuantos de sus hombres, no quería ser el idiota del cuento y dejarse pisotear.

Por otro lado; Sathiel estaba desatando el infierno por todo el lugar. Dhack dejaba cuerpo tras cuerpo con cada paso. Bael succionaba cada alma como el demonio que era. Hades destruía a quien se le atravesase junto con sus fieles caninos.

Simón y Nick demostraban todo lo que habían aprendido, en el campo se complementaban perfectamente como hace unos años. Los mellizos Mort-Shiro parecían máquinas de matar, disfrutaban cada cuchillada y golpe.

Cuando estaban a punto de ingresar, la puerta trasera fue abierta. Por ella salieron Athalia, Coral, Mérida y Afrodita; la pequeña niña cuando vio a dos bellos perritos que tanto amaba sintió alivio.

Las bestias sintieron el aroma de la pequeña que siempre les daba comida por la noche y jugaba todo el día con ellos, pronto ladraron y empezaron a correr hacia su dirección.

-BESTIAS HERMOSAS – grito la niña

Todos pararon, Hades dirigió su mirada a sus mascotas y luego vio a la pequeña niña correr. Rápidamente reacciono y corrió hacia ella y cuando la tuvo en brazos la apretó mientras la consentí, sentía que su alma volvía.

-Papi – susurro Afrodita

-hay princesa, te amo...Dios no sé qué haría sin ti.

Los hombres y mujeres hicieron un escudo para protegerlos, mientras todos saludaban a las recién llegadas pronto preguntaron sobre la pelinegra y castaña.

Que en ese momento estaban subiendo a la terraza, las habían rodeado y no tuvieron de otra que subir. Por su suerte lograron librarse de ellos, pero les faltaba sus peores enemigos, los cuales estaban a punto de tomar un helicóptero en el mismo lugar.

Y cuando vieron a las dos chicas no disputaron en apuntar, ahora ellas estaban en muy malas circunstancias; sin balas ni cuchillos, solo un poco de munición y eso no era nada contra ellos.

-seguramente si cogieron por este lado, estarán en la terraza – explico Coral señalando en el mapa – entonces deben de estar en la terraza o cerca de esta.

-bien, ustedes acompáñenlas y sáquenlas lo más rápido de aquí –ordena Simón –los demás, muévanse.

Empezaron a moverse siguiendo las instrucciones de la Coral, su camino fue fácil pues hombres del otro bando ya no habían. Antes de girar para subir las escaleras, Mauricio junto con unos quince hombres les detuvieron los pasos.

- ¡Ah este cabron se las cobro! – dice Nick apuntándole sin titubeos

Mauricio había sido el causante del sufrimiento de su esposa, ahora era el momento para matarlo y darle paz a su mujer y a él.

-NI MIER...

El sonido sordo de una bala, corta las palabras del difunto Mauricio Julap. Nick baja el arma y sonríe con satisfacción, los quince hombres sobrantes tienen la intención de disparar, pero los demás reaccionan antes y les meten tiros por donde se les vea.

CAUTELOSOS [ En Edición ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora