CAPITULO 53

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• ESTAS CUATRO PAREDES •

AVA BERTURRI

11:57 A.M. – India / Territorio Yakhaf / Mazmorras

Una semana, es lo que ha pasado desde que fuimos secuestradas; cuando la jaula termino de subir para adentrarse al avión, esta soltó un gas que nos obligó a dormir, después pequeños fragmentos de lo que sucedió antes de despertar en este cuarto.

El cuerpo es una pocilga, húmedo, lleno de moho y bichos asquerosos es lo que hay; por mi parte estoy encadena en mis tobillos, la distancia de la cadena es suficiente para que pueda acercarme a una pequeña...ventana le podríamos decir.

Al lado mio, se encuentra Mérida; al parecer esto es como un tipo de prisión subterránea. Eh podido identificar que nos encontramos en la India, exactamente donde no tengo ni verga de idea.

En todo este tiempo, para lo único que soy liberada es para trasportarme al cuarto de las torturas. Donde Lorenzo Abdo se divierte conmigo para sacarme información, lo único que ha conseguido es conservar una cicatriz en su mejilla de por vida.

El inepto dejo a la vista un bolígrafo y como me tenía hasta las tranqueas con su vocecita; no me quedo de otra que hacerle un rasguño lo más profundo que fue posible.

Por las noches no puedo dormir, a veces Mérida se despierta por pesadillas y nos ponemos a hablar, otras me quedo observe en mis pensamientos, no sé dónde está mi hija o en qué condiciones se encuentra Anaita.

Empiezo a perder la razón de ser, este encierro me agobia a niveles alarmantes y el hecho de tener una angustia veinticuatro siete no ayuda en nada.

1:00 P.M.

El distintivo silbido que empieza a sonar, provoca que despierte de mi incomodo sueño, la luz del sol empieza a quemarme los pies y el calor que se encuentra en el sitio es inhumano.

-Jamil minjam – me llama el arabecito con el apodo que me puso

<Bella mia>

No respondo solo me dispongo a observar los barrotes oxidados de la ventana, escucho como una reja es abierta y el alego de Mérida para que no la toquen. Luego el sonido de las llaves y mi reja ser abierta, llama mi atención.

Nunca nos habían sacado al mismo tiempo.

-Astahabuha liltanzif thuma 'iilaa ghurfat almaeisha –ordena Gamal con su idioma natal

<Llévenla a limpiarse y luego al salón>

El piensa que no entiendo esa lengua, pero para su mala suerte tenía que escoger alguna actividad extracurricular para iniciar el semestre.

-vamos belleza, es hora de que comas algo.

Hace el intento de agarrarme por el brazo, a lo que yo muevo violentamente mi brazo evitando su toque, me pongo de pie esperando a que suelte las cadenas de mis pies.

Con una señal los guardias se acercan para liberar las cadenas, empiezo a caminar sin que me toquen y eso claramente lo tiene Gamal.

Desde que estoy aquí el siempre viene, empieza a hablar aunque yo lo ignore olímpicamente y después de mi sección de tortura, viene con un kit de enfermería para limpiar mis heridas.

Lo que me parece raro es que actué así, solo conmigo, hace dos días que Lorenzo se descontrolo haciéndome una cortada inclinada y profunda desde mi clavícula hasta mi hombro. Cuando llego para curarme y ver el charco de sangre perdí ese porte elegante que mantiene, salió hecho humos y luego los gritos entre él y Lorenzo más unos disparos fue lo que se escuchó.

CAUTELOSOS [ En Edición ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora