iii. Billy Black.

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iii

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iii. BILLY BLACK.


-Saldré del trabajo como a las nueve.-Le informó Charlie a Kaia.-¿Seguro que no tienes algo que hacer, Billy?.

-Ya te he dicho que no, Charlie.-Negó, nuevamente, Billy Black, mientras acompañaba al oficial de policía hasta la puerta en su silla de ruedas.-Jacob no ha de tardar en llegar, si ella quiere irse, él podrá llevarla hasta su casa.

-No estoy muy seguro de dejarla...-Comenzó a decir Charlie, preocupado por la chica castaña que estaba sentada en el sofá, dentro de la acogedora casa de su amigo.

-Ella estará bien, la cuidaré. -Le aseguró el hombre de cabello negro.-Ahora, vete. Debes ir a trabajar.

-Cualquier cosa, llámame. -Pidió Charlie.

-Lo haré. -Le prometió Billy, para luego echarlo de la casa.

Charlie no estaba muy seguro de dejarla allí, pues sabía de una supuesta rivalidad entre los Quileutes y los Cullen. Kaia era una Cullen, ya no estaba seguro de dejarla allí. Se fue al trabajo luego de meditarlo, quizás Billy no la trataría mal por ser del otro bando.

El hombre en silla de ruedas volvió a la sala, donde vio con pena a la muchacha que estaba en su sofá. La notaba tan tensa y rígida, como un animal salvaje que estaba en un lugar nuevo. Se acercó lentamente, con el rechinar de su silla, y luego posó sus manos sobre sus piernas.

-¿Quieres hacer algo en especial?. -Le preguntó Billy, captando la atención de la muchacha. -¿Un juego de mesa, tal vez?.

El hombre notó la falta de habla de la chica desde el momento en que Charlie le contó de su estado en cuanto la conoció. No la culpaba, pese a su odio a los fríos, él sabía lo que era sobrellevar una pérdida, más si era de un ser muy querido.

La joven asintió de forma cautelosa, pero no se movió de su lugar, como si temiera que por moverse rompiera algo de valor. Billy sonrió a medias y asintió, saliendo nuevamente en su silla de ruedas hasta una pequeña biblioteca que había junto al televisor, tomando una caja del juego de ajedrez. Se apoyó la caja en sus piernas y volteó en su silla, para mostrarle el cartón con dibujos del juego.

-¿Sabes ajedrez?. -Le preguntó Billy, con una pequeña sonrisa.

Kaia se tensó, y eso el hombre lo notó. El ajedrez era un punto muy sensible para ella, pues era el juego que siempre jugaba con Edward, Jasper y su padre, Carlisle. Billy se arrepintió de haber preguntado, pero antes de poder disculparse, vio un asentamiento de ella, uno pequeño y tímido.

-¿Quieres jugar?. -Le preguntó, ya con cautela.-Podemos ver televisión si quieres...

Ella negó y señaló el juego.

-Juguemos. -Pidió en un murmullo ronco, sorprendiendo al Quileute.

-Bien...-Dijo Billy, aún sorprendido. -Vamos a jugar en la mesa, ¿De acuerdo?. Es más cómodo.

¹ Kaia | TwiligthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora