"Eres la persona correcta, y yo fui el equivocado."
Los vampiros tienen un alma gemela, aquella que cuidará, amará y acompañará al inmortal. Pocas veces es una humana, y son muy escasas las que terminan juntas.
Ella es su compañera, pero la curiosi...
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EPÍLOGO.
10 AÑOS DESPUÉS.
La mujer de cabello castaños y largos buscaba con la mirada por todo el aeropuerto de Seattle, estaba algo asustada, pues no veía ni un solo mechón pelinegro de la niña que buscaba. A su lado, un hombre con una pequeña barba buscaba a la niña también, como su esposa.
-Deberíamos llamar al de seguridad. -Propuso la mujer, preocupada.
-Tranquila, amor.-Dijo el hombre, tomando la mano de su epsosa.-Iré a buscarla, quédate aquí.
La mujer asintió, un poco conmovida, y vio al hombre caminar entre la multitud, perdiéndose en ella. La preocupación de ambos padres era enorme, pues su hija de 5 años se había escabullido en cuanto los adultos no la vieron, y ahora no la encontraban, preocupando a ambos. La mujer estaba tan concentrada en buscar con la mirada a su hija y que se asustó cuando tocaron su hombro, se volteó y vio el rostro conocido de su cuñada, quien frunció el ceño.
-¿Tan fea soy que te espantas, Kaia?. -Preguntó Leah, con ofendimiento.
-No, lo siento.-Se disculpó Kaia, abrazando a la loba, siendo correspondida por esta -Es que no encuentro a Layla, se escabulló cuando Will y yo estábamos buscando las maletas.-Dijo al separarse.
-Típico de Layla.-Dijo el pelirrojo, en cuanto llegó al campo de visión de la castaña.
-¡Aarón!. -Dijo Kaia, abrazándolo. -¿Cómo estás del pie?. -Preguntó, cuando se separó.
-Me olvido que eres médica. -Dijo Aarón, con una sonrisa.-Estoy bien, solo fue el susto. Al menos, Kian, no se hizo daño.
-Ese niño es igual a Will.-Dijo Leah, negando con su cabeza.-Es inquieto. Ahora lo dejé en casa de Billy con mi madre y Charlie. Ya estaban por comenzar la fiesta, por lo que vinimos por ustedes.
La castaña sonrió.
-Allí viene la escapista y su padre.-Dijo Aarón, señalando a Will que venía con una niña pelinegra en brazos.-Vaya, si que ha crecido. ¿Qué les dan de comer sus bisabuelos franceses?.
-De todo menos verduras.-Murmuró Kaia, mirando a su hija con los ojos entrecerrados en cuanto llegaron a su lado.-¡Layla Marie Clearwater!. ¿Por qué te has escapado?.
La niña sonrió y le hizo señas, comunicándose con ellas. Layla era muda, por lo que Will y Kaia le habían enseñado el lenguaje de señas.
-«Había una mariposa bonita. Lo siento, mami.»
Kaia suspiró, no podía enojarse con la niña, era igual de encantadora que su padre. Will sonrió y miró a su melliza.
-10 años y sigues igual de enana.-Le dijo Will a Leah, mientras bajaba a Layla, quien corrió a su madre.-Hola, Leah.-Dijo Will, abrazando a su melliza.
