V. Inesperado.

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V

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V. INESPERADO.

La semana pasó de vuelo, ya era viernes por la mañana, y Kaia comía sus cereales mientras Billy leía el periódico. Jacob dormía aún, él no estaba yendo a la escuela, por su transformación reciente, al igual que la mayoría de los de la manada (Excepto Paul y Jared).

—Billy.—Dijo Kaia, con cautela.

El hombre la miró por encima del periódico con una ceja levantada. Kaia solía ser silencio en la hora del desayuno, y que hablara, le sorprendió.

—Te quería pedir algo...—Dijo Kaia, moviendo su cuchara de un lado a otro en el tazón.

Billy bajó el periódico, dejándolo sobre la mesa, y la miró preocupado. Kaia no solía pedir cosas.

—¿Pasó algo con Will?. —Preguntó Billy, mirándola de reojo.

—No..—Dijo Kaia, negando con la cabeza.—Quería pedirte permiso.

—¿Para qué?. —Preguntó Billy, elevando una ceja.

—Para invitar a una amiga a dormir...—Dijo Kaia, mirándolo avergonzada. —Prometo que no haremos ruido, y que nos dormiremos temprano.

—Ah, era eso.—Dijo Billy, con alivio.—Creí que querías permiso para salir en una cita con Will.—Kaia se sonrojó. —Casi me da el patatus. Claro que puedes invitar a una amiga, Kaia. También es tu casa. Y no se preocupen por el ruido, me acostumbre a las noches donde Jacob invitaba a Quil y Embry a dormir.—Rió despreocupado.—Eran de terror esas noches.

Kaia sonrió levemente y se levantó de su silla, caminó hasta el hombre y lo abrazó desde atrás, apoyando su barbilla en el hombro de él. Billy posó sus manos en los brazos que lo rodeaban y apoyó su cabeza en la de ella.

—Gracias, Billy.—Murmuró Kaia, sonriendo con sus ojos cerrados.

—Deja de agradecer, hija.—Dijo Billy, en reproche.

Quizás Billy no lo notó en el momento, pero aquella palabra, corta y precisa, hizo que el corazón de Kaia bombee de forma errática y feliz, recordándole cuando le dijo a los Cullen quien era su padre ahora.

—Te quiero mucho, Papá. —Murmuró Kaia, sin titubear.

Billy sonrió y empujó levemente con sus hombros a la chica, haciendo que se separase de él. Kaia quedó parada a unos pasos del hombre, cuando este giró su silla de ruedas.

—Que bien se escucha eso.—Dijo Billy, con una sonrisa enorme en su rostro.—Yo también te quiero mucho, hija.

Kaia sonrió y abrazó al hombre, hasta que unos pasos pesados se hicieron escuchar por la casa. Ambos se separaron lentamente y vieron a Jacob pasando su mano por sus ojos.

¹ Kaia | TwiligthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora