ɴᴏ ᴍᴀʟᴛʀᴀᴛᴇɴ ᴀʟ ʀᴏꜱᴀᴅɪᴛᴏ

Capítulo 7

Ravi pensaba con una cara muy seria.

Era demasiado aburrido porque ya había hecho todo lo que podía hacer en la mansión con Akkad.

Mientras tanto, la historia de las criadas visitando el centro comercial era bastante tentadora.

Ravi, que escuchó la historia, decidió salir de la mansión después de pensarlo.

Aunque fueran a sacar a la escolta, era la única manera de escabullirse porque salir estaba estrictamente restringido.

Akkad, por supuesto, tenía que ir con ella.

−Akkad.

−¿Sí?

−¿Tienes dinero?

Pensé que era una frase que haría un novato que roba dinero, pero la ignoré.

Si sales, puede que tengas que alquilar un carruaje, o que quieras comprar algo para comer.

Y una vez que tienes el dinero, no hay nada malo en ello.

−No.

Era natural que no tuviera que gastar dinero por mi cuenta.

Si le pide dinero a Allen o a las criadas, seguramente pensarán que es extraño, así que Akkad era la única esperanza.

−Akkad, trae algo de dinero mañana.

−¿Dinero?

No sabía el precio del mercado fuera, así que no podía calcular cuánto tenía que traer.

Entonces, ¿no estaría bien traer oro, plata y bronce?

−Sí. Para algo. Moderadamente... ... No, ¿mucho?

−Sí. De acuerdo.

Akkad pensó en si debía venir de nuevo mañana, y luego asintió en señal de comprensión.

Ahora que lo pienso, Raviette siempre estaba adornada con lazos.

Mi madre lleva un vestido con muchas joyas brillantes o una horquilla.

¿Hay algo que quieras comprar? Akkad prometió ocuparse de muchas cosas tal como dijo Laviette.

* * *

Al día siguiente.

Ravi cogió de la mano a Akkad, que había llegado a la mansión, y se dirigió a toda prisa al dormitorio.

Tras cerrar la puerta con llave, miro la habitación sin motivo y se acercó a Akkad.

−¿Lo has traído?

−¡Sí!

Akkad, que respondió con voz segura, parecía incluso orgulloso.

Luego, orgulloso, empezó a sacar las cosas que había traído en el bolsillo.

El rostro de Ravi, que lo observaba, se volvió cada vez más misterioso.

Ravi preguntó, señalando el broche brillante.

−Este... ... ¿qué?

−Era el que mejor lucía en el tocador de mi madre.

Aunque no te fijes bien, puedes ver que los broches con diamantes de colores son bastante caros.

Y parecía un conjunto con el anillo al lado.

Preguntó Ravi, señalando una horquilla que daba demasiado miedo adivinar cuánto costaba

−¿Esto?

−Lo pones en tu cabeza.

−... ... Ya lo sé.