ɴᴏ ᴍᴀʟᴛʀᴀᴛᴇɴ ᴀʟ ʀᴏꜱᴀᴅɪᴛᴏ

Capítulo 22

—Oh, Ravi. Ha pasado mucho tiempo.

Ravi dio un paso adelante y se dejó caer abrazando la cintura de Fedora.

—Dios mío, has crecido mucho.

—Jeje.

—¿Has comido?

—Sí, he comido.

* * *

Las dos se trasladaron a la terraza con vista al jardín y tomaron el té.

—Por cierto, ¿dónde está Akkad?

—Hoy ha ido al Palacio Imperial con su padre. Debería llegar por la tarde. ¿Vas a esperar a verlo?

—Sí, lo haré. En cambio, tendré que avisar de que quizás llegue tarde a casa.

Mientras Fedora llamaba al mayordomo para que enviara a alguien al marquesado de Díaz, Ravi rodó la cabeza con fuerza.

Si esto ocurre, tendrá que ir después de la cena con naturalidad.

También estaría presente el primo de Akkad, y era una oportunidad para echarle un vistazo.

Y dependiendo de las circunstancias, no sabía si podría establecer un asiento separado con su padre.

Advertí repetidamente a Akkad que tuviera cuidado con su tío, pero quizá hubiera sido mejor decírselo directamente.

Si tiene dudas sobre el motivo de su preocupación, parece que puede utilizar como excusa a su hermano de Werner.

Aunque sea fuera de tema, no pasa nada si lo haces así y los resultados son buenos. Ravi se recompuso y sonrió satisfecha.

Fedora, que mandó al mayordomo de vuelta, dijo con voz emocionada

—Entonces, ¿qué desea hacer nuestra Ravi?

—Todo está bien si lo hago con madre.

Ravi se rió tímidamente. La mirada de Allen en mi nuca se sintió un poco mezquina, pero la ignoré ligeramente.

—Bueno, ha pasado un tiempo desde que llegó Ravi, ¿deberíamos salir?

—¿Salir? De ninguna manera... ... ¡¿Fuera de la mansión?!

—Entonces salgamos. Quiero comprar algo bonito. Sólo tengo un hijo en casa, así que nunca he hecho algo así. Lo haré a menudo cuando vengas a la mansión, pero ho ho.

Ravi se tragó la palabra "Ni mi madre lo ha hecho antes".

Además, Ravi levantó torpemente las comisuras de la boca ante las descaradas palabras que significaban claramente "Si te conviertes en mi nuera", sentía el impulso de salir violentamente.

¡La magnífica calle comercial que vi al llegar a la residencia del duque!

La promesa de que nunca abandonaría la residencia del duque Enoch ya había desaparecido.

Hmmm. Sin embargo, por cortesía, tengo que decir que no de vez en cuando.

Si te atrapan después, es posible que no puedas salir para siempre.

Ravi bajó las cejas y miró a Fedora con cara de pena. Juntó las manos y abrió la boca, moviendo los dedos.

—Yo también quiero ir, pero... ... Mi madre ha dicho que no puedo salir de la mansión... ... ¿Qué hacemos?

—Vaya, hiciste esa promesa. Bueno, es posible porque tu cuerpo es débil.

Fedora tomó un sorbo de café y pareció preocuparse, y luego volvió a abrir la boca.