Capítulo 8: Un día diferente no arruina a nadie

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A Light le agradó el joven de 13 años con el que había luchado, por eso habló un rato con él y descubrió que se llamaba Adam, y también notó que el joven era amable y divertido, por lo que Light pasó un buen momento con él y se hicieron amigos.

Light sentía que con Adam por lo menos podía hablar tranquilamente, su nivel de madurez era aceptable y disfrutaba de sus chistes. El otro niño con el que se llevaría bien seria Helleans, pero es muy penoso y aun no había socializado bien.

Toda la noche se la pasó al lado de su padre, observando las luchas. Su madre de vez en cuando le hacia cariños y se la pasaba comiendo.

Después de un rato, los premios al fin habían llegado. El premio para los adultos no fue reclamado puesto que pertenecían al mismo organizador que ganó, por lo que los otros premios fueron para los jóvenes.

Zirion le entregó un cupo de descuento a Light, y una bolsa pequeña donde estaban las monedas de plata. Light recibió los premios y de inmediato de los dió a sus padres.

Después de eso, Zirion le dijo que podía escoger una de las tres armas que estaban en la mesa. Allí se encontrará, un arco de madera que según Zirion, es de buena calidad, dos dagas de metal con un mango hecho de cuero negro, y una espada que se ajustaba al tamaño de Light.

No solo eso, también era muy bonita, y su peso era perfecto para Light, por lo que no dudó en escoger la espada.

Hizo unas cuantas probadas con estocadas y cortes rápidos. La espada era de buen tamaño, la hoja era fina y afilada, su peso era perfecto y el diseño de la empuñadura también era bueno.

La cosa fue que, Ailyn cuando vió que Light terminó de probarla, no dudó en quitársela de inmediato.

—Aun eres mi pequeño, y cuidarte es mi prioridad, por lo que cuando seas mas grande te la daré —decía Ailyn mientras ponía la espada en su vaina y se la daba a Albert—. Hasta entonces estará guardada.

—P-pero madre...

Light no siguió insistiendo, después de todo era su madre, además, aún no le daría un buen uso a la espada. Por lo que decidió esperar a hacerse más fuerte y enseñarle a su madre que ya podía hacerse responsable y cuidadoso.

Como empezó, la fiesta terminó lleno de alegría, diversión, festejo y un poco subido de alcohol.

Light y su familia se fueron a altas horas de la madrugada. El jefe de la aldea le había dicho a Light si quería que el fuera su instructor de ahora en adelante, Light lo rechazó amablemente. Light quería seguir como estaban las cosas, además, el sintió que con el libro le iba bien.

Otra cosa que sucedió y que sorprendió a Light, fue que Helleans se le acercó y lo felicitó por ganar la lucha. El vocabulario y pronunciaciones de Helleans eran tan fluidas como las de él, por lo que eso daba a entender que por lo menos si tenía grandes capacidades.

Cuando Light llegó a su casa, de una vez cayó rendido en su cama, estaba cansado y tenía mucho sueño así que no tardó en dormirse.

Al levantarse, Light volvió a retomar sus entrenamientos y su formación del núcleo de mana. En las mañanas, los entrenamientos eran solamente de luchas con su padre, puesto que su progreso era rápido y las cosas que sabia y aprendía las tenía que poner en practica con un sujeto real.

En la tarde volvía a meditar y seguir formando su núcleo, ahora todas las noches madrugaba para esforzarse mucho más y obtener resultados pronto.

Una semana pasó tranquilamente y Light se encontraba luchando contra su padre en el patio. Light estaba esquivando arduamente los rápidos ataques de su padre. En una de esas, Albert había soltado una estocada y Light como pudo la esquivo.

La Unión De Los ReinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora