Capítulo 7

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Punto de vista de Marcos.

Mañana nos enfrentábamos a Eslovaquia en un partido que si no ganábamos nos íbamos de vuelta a Madrid con las manos vacías, pero el mister procuraba que no pensáramos mucho en eso, que nos centráramos más en todo lo que podíamos ganar si mañana el partido era redondo.

Por otro lado, Eric y Carla llevaban toda la semana hinchándose a follar, tanto que solo he podido volver a mi cuarto para cambiarme de ropa. Entonces, he estado durmiendo con Alejandra, ha sido muy difícil poder controlarme sintiendo su piel bajo la sábana, más cuando ha habido acercamientos en los que sentí que Alejandra quería estar conmigo, pero sabía que no estaba segura así que no hice nada que pudiera incomodarla más tarde o pudiese hacerle retroceder en su forma de actuar conmigo.

—Oye Marcos. —me pregunta Pedri pulsando fuerte los botones de la consola. —¿Alejandra qué tal?

—No sé a qué te refieres. —respondí sin mirarle.

—pues a que te gusta. —dijo. —o tal vez estás enamorado. —pausó el juego. —a ver tú qué sientes por ella.

—Pues siento que es lo más maravilloso que ha creado el mundo, que es una persona tan fuerte pero a la vez tan frágil, quiero abrazarla todo el tiempo porque a su lado nada sale mal. —sonreí.

—Yo no sé mucho del amor, pero está bastante claro que te has enamorado. —dijo.

Enamorado de Alejandra, es un completo suicidio, pero algo totalmente real, ya no puedo seguir engañándome más, no después de dormir con ella todas las noches.

—Es un suicidio, Pedri. —volví a poner en funcionamiento el juego. Pedri volvió a pararlo.

—¿por que? Ella estaba celosa el otro día, ya casi que no habla de Neymar, no ha vuelto a saber de él. ¿Tal vez siente lo mismo? —me quedé pensando, pero no quería falsas ilusiones.

— Que no, que no me líes, es imposible.

—Bueno pues habla con ella, tal vez solo para saber cómo está con Neymar y ahí ya decides qué hacer, pero así no puedes estar.

Tal vez el canario tuviera razón, algún día esto se acabaría descontrolando y tal vez la mejor opción fuese hablar con Alejandra y aclararlo.

Casi corriendo fui a buscarla al living, donde la vi sentada en un sofá hablando con Eric y Álvaro, hablaban sobre Carla, al parecer el jugador del Barça planteaba pedirle salir a Carla, pero eso de declararse no se le daba bien.

—Hola. —saludé.

—Hola, Marcos. —dijo Ale con una sonrisa, esa sonrisa por la que yo muero. —oye hemos visto a una loca del coño buscándote como una posesa.

—Sí, dice que se llama Patricia. —dijo Álvaro. Ay Dios mío. Lo que me faltaba, que me encontrara la loca esta.

—¿Paddy? —dijo Eric. —¿Qué hace aquí?

—No tengo ni idea. —miré a Alejandra que estaba confundida. —oye Ale, ¿te apetece un starbucks?

—¡Si! Justo le estaba diciendo a los muermos estos que bajáramos a Torre Sevilla, que quería un batido. Pero lo dicho, unos muermos. —respondió levantándose del sofá.

—Que he quedado con Carla, pesada. —respondió Eric.

—Pues nada, tú a follar y a disfrutar. Anda hasta luego. —dijo tirando de mi muñeca para bajar al centro comercial.

Nos sentamos en Starbucks, a estas horas tan tempranas de la mañana y un martes, tampoco es que el centro comercial estuviese muy lleno, por lo que se podía estar bastante tranquilo. Ella estaba a mi frente, se había pedido un batido de chocolate con stracciatella, yo por el contrario, agua.

OFFSIDE -Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora