Capítulo 50

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Punto de vista de Alejandra.

Meses después...

Enero se me había hecho eterno, esto de no tener parones de selecciones se me hacía súper raro y no estar con los muermos de mierda esos también. Habíamos estado en Barcelona a principios por el cumpleaños de mi hermano, el cual celebramos en casa de mis padres, ahora que la relación entre ellos fuese cada día mejor, después de todo. Claro que Eric nunca ha dejado de lado a sus padres adoptivos, también estuvieron, todos éramos una pequeña familia.

Lo más gracioso de ese día fue contarle a mamá que estaba embarazada, no le dio un infarto de milagro.

—O sea, que no he asimilado todavía que voy a ser abuela de uno. —dijo mirando a Eric. —Cuando ya me traéis al segundo.

—También nos vamos a casar. —añadió Marcos, mi madre se puso las manos en la cara y Eric soltó una mini carcajada.

—me acabáis de echar cuarenta y dos años encima.

—Ay mamá, que exagerada. Siempre te has quejado de que me casé en secreto y no pudiste ir a mi boda, aquí tienes la boda que remplaza a la mía. —dijo mi hermano encogiéndose de hombros.

Y bueno a medida que fueron pasando los días y los meses ya se fue haciendo más a la idea de que todo era tan bonito.

Pero para bonito era la forma en la que Marcos reaccionó cuando supimos que íbamos a tener una niña.

—Hay latido. —confirmó el doctor y noté como la mano de Marcos se relajaba al sujetar la mía.

—Menos mal. —añadió Marcos.

Él había estado muy preocupado esta semana porque veía que estaba ya de cuatro meses y para ver qué estaba embarazada había que fijarse mucho, entonces el cacho de hipocondríaco, se empezó a rayar y más de una vez tuve que decirle que eso era normal, porque quería llevarme todas las noches a urgencias.

—¿Queréis saber el sexo? —preguntó el médico.

—Sí. —agregamos los dos a la vez.

Eso si, era una lucha. Marcos quería un niño, un futbolista del Atlético de Madrid que continúe con su familia, yo le dije que las niñas también podían jugar al fútbol, él aceptó que si, pero que quería un niño porque si era niña las dos íbamos a gobernar la casa, aunque luego se puso romántico y dijo que yo sería su reina y ella su princesa.

Sin hablar de la guerra de posibles nombres...

—Es una niña. —dijo el médico.

Me alegré tanto que casi rompo el cable que estaba conectado a mi barriga y me echa el médico de la consulta.

Lo mejor fue decidir nombres, en realidad lo decidió Marcos, y eligió Daniela, porque es el nombre de su hermana e hizo una promesa de que si algún día tenía una hija, la iba a llamar Daniela, como a mí me gusta mucho ese nombre no tuve problema.

A la contra, Carla y Eric que también iban a tener una niña -ya me imaginaba una mini versión de Carla y yo reponiendo botellas en la selección- la iban a llamar Chloe, por qué, ni ellos lo saben, lo eligió Pedri para que dejaran de discutir sobre el nombre y a ellos no les disgustó.

—¿cómo se os ocurre dejar que el enano elija el nombre? —dije mirando la pantalla del ordenador donde estaban Eric y Carla.

—También dice que quiere ser el padrino. —habló mi amiga.

—No, una mierda. Eso lo éramos nosotros antes. —dijo Marcos enfadado.

—¿y de la vuestra qué? ¿Quienes van a ser los padrinos? —dijo mi hermano.

OFFSIDE -Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora