Capítulo 42

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Punto de vista de Marcos.

—Tu remuévelo muy bien. —dijo Ale, mientras yo trataba de que la comida no se me pegara a la sartén. Habíamos quedado con Eric y Carla para comer.

—Alejandra, recuerda que quien cocina siempre soy yo, tú incendias la cocina. —me reí para picarla, se veía tan bonita cuando la picaba.

—Que gilipollas. —hizo una mueca y besé su mejilla.

Cuando la comida ya estaba lista y habían llamado a la puerta, mi novia y yo nos dirigimos hacia ella para abrir a nuestros amigos.

Eric y Carla son esa clase de pareja que nunca te cansas de ver, porque con ellos se respira paz y tranquilidad y hasta amor, soy muy fan de su relación.

—Cuidado, García. Estás a punto de pisar la casa de tu rival este fin de semana. —le dije a Eric antes de que entrara, este me sacó el dedo de en medio.

—mi rival y mi cuñado, es que no me queda otra. —dijo el catalán.

—Nos dejas entrar o me voy a disecar aquí esperando. —dijo Carla con mala cara.

Al final pasaron, obviamente no íbamos a dejarles ahí muriéndose de frío, que estamos casi en navidad.

—¿Qué coño es eso? Tiene pinta de pollo quemado. —dijo Carla mirando la comida con asco.

—Mira perdona, esto está al punto. Lista.

—Al punto mis cojones, se te ha quemado. —replicó Eric.

—A que no comes. —dijo Ale.

Tras esa peleilla por la comida, se respiró buen humor con ellos. Les miré y sonreí, estaban tan enamorados, tanto como Ale y yo, estábamos los cuatro juntos, era tan bonito, tan jodidamente increíble que sienta que esta es mi familia.

Cuando Eric y Carla discutieron en la Nations League, casi se me cae el mundo encima pensando que iban a separarse, pero entonces en la sala de reuniones Eric hizo un vídeo con fotos de ellos dos, declarándole su amor y pidiéndole perdón por todo, todos lloramos, me sentí frágil. Ellos lo arreglaron y hasta nos fuimos de fiesta para celebrarlo.

—Bien, ha llegado el momento. —Dijo Eric, Ale y yo nos miramos en cuestión.

—¿de qué? —dijo mi chica, confundida. Coño cuanto misterio.

—Preparad los trajes de gala, porque nos vamos de bautizo. —dijo Carla sacando de su bolsillo una ecografía, vale casi me da un chungo.

—¿Es broma? —dijo Ale boquiabierta. —Joder, me alegro, pero me queréis hacer vieja a los veintitrés cabrones.

—Estamos casados y nos queremos, no lo hemos buscado, pero lo esperamos. —dijo mi amigo sonriendo. —Queremos que seáis los padrinos.

Siempre he querido ser el padrino de un niño, pero Daniela no se anima a tener, por tener no tiene ni novio.

—Claro que si. —dijo Ale mirándoles y luego se levantó a abrazarles.

Fue la mejor tarde que habíamos pasado en mucho tiempo, esto es mi familia, la familia que Alejandra y yo estamos formando juntos.

OFFSIDE -Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora