Punto de vista de Alejandra.
Después de perder contra Suecia, y ganar con buen resultado a Kosovo, en un partido que se demostró que la dupla Marcos-Ferran funcionaba a la perfección, tocaba otra vez lo más duro de cuando la selección se junta, la despedida. En un mes volveríamos a estar juntos, se jugaba la Nations League, pero se me hacía tan duro despedirme de ellos.
—Despedirme de vosotros siempre es tan duro. —dijo Carla, sus ojos reflejaban un poco de tristeza. —mira que os aguanto poco.
—Nosotros a ti tampoco te aguantamos. —dijo Gerard.
—Venga, Moreno. Tú a mí me amas. —Carla se acercó a él y le abrazó.
Las Rozas se convertía en un lugar tan triste cuando lo que tocaba era separarse.
—Me gusta tu pelo. Se nota mucho que vives con un rubio. —Dijo Unai cogiendo un mechón de mi pelo ahora rubio.
—Bueno, cada vez que me voy a duchar veo champús hecho para personas rubias, así que yo de morena encajaba poco. —me reí y abracé al mejor portero del mundo por detrás de Bono.
—Nos vamos a ver pronto, lo sabes ¿no?
—Sí, en dos semanas, pero espero que empatéis, que no me caen bien ninguno de los dos equipos. —nos reímos.
—Yo te caigo un poco mejor que el Atlético, asúmelo.
—No. Prefiero al Sevilla.
Por última me abracé a Unai, pero luego vino Pau, con el que por más que tratara de evitarlo, la risa siempre estaba asegurada.
—Sigo sin entender por qué preferiste a Marcos en vez de a mí. —puso una mano en su pecho en señal de dolor. Yo no pude evitar reírme. —Pudimos haber sido Pauale.
—Es que Marcale es más bonito. —le dije.
—Me dueles, Alejandra.
—Venga que si algún día me canso de Marcos, te llamo. —le dije de broma.
—¡oye, que te he oído! —dijo Marcos tocando mi hombro.
—Hombre, cansarse de ti es muy fácil, más viviendo contigo. Yo no lo hago y me cansas. —dijo Pau, Marcos y yo nos reímos. —Bueno chicos, buena suerte. Nos vemos pronto y hablamos aún más.
Abracé a Pau y él se fue. Luego me dirigí a Carla y a Eric.
—Parecía que teníamos toda la semana del mundo para estar juntos y mirad, ya ha pasado. —dijo mi hermano con una señal de tristeza.
—tenemos que vernos pronto, mucho antes de que se juegue la Nations League y de que jueguen el Barça y el Atlético de Madrid. —dijo Carla, entrelazando sus dedos con los de mi hermano que tenía una mano pasada por su hombro. —En los descansos podríais dejar de follar tanto y subir a Barcelona.
—O podríais vosotros bajar a Madrid. —dije yo. —Pero sí. Debemos vernos más.
—Da igual en que casa, ambos tenemos mansiones. —habló Marcos.
—Si, pero la mía no cuesta dos millones de euros. —aclaró mi hermano. Mi amiga y yo nos reímos. —Buen viaje a Barcelona.
Nos despedimos de ellos dos y los vimos marcharse al aeropuerto, luego nuestro camino se puso a nuestra casa, bueno la de Marcos.
Esa noche cenamos con sus padres, eran encantadores y me había hecho muy amiga de su hermana, Daniela, una chica encantadora que ponía a parir a Paddy cada tres segundos.
Mientras cenábamos recibí una llamada de Neymar, cuando vi su nombre en la pantalla mis ojos parecieron salírseme de las órbitas, no daba crédito.
—Lo siento, es mi hermano. —me disculpé con la familia de Marcos y me levanté a cogerlo.
Vale, igual no debería decir que es mi hermano al igual que tampoco debí de mentir, y tampoco debí de cogerle el teléfono a mi ex, pero me fue inevitable.
—¿Neymar? —pregunté confusa y en voz baja, aunque estaba en una habitación escondidisima de la casa.
—Menos mal, Ale. Pensaba que no me lo ibas a coger. —oí su suspiro de alivio.
—No sé para qué me llamas.
—Escúchame, esto es para ti. —oí como me había llegado un mensaje y vi que era un billete para París, mañana por la tarde. —Ven a verme, tengo que pedirte perdón por todo lo que te dije.
—Estas cosas se piden por teléfono, tío loco. No me haces ir a París. —le dije.
—Lo sé, pero es que tengo que verte, Alejandra. Por favor piénsatelo. Si de verdad crees que tu futuro está con Marcos, no. Pero si crees que entre nosotros quedan cosas pendientes, te espero mañana en el aeropuerto.
Entonces cuando me recosté al lado de Marcos, para dormir, para abrazarme a él como tantas noches. Mi cabeza solo daba vueltas a lo que quería decirme Neymar, a la tanta insistencia que tenía en verme. Quiero a Marcos, quiero estar con Marcos, pero necesito cerrar este capítulo. Tengo que ir a París.
—Mañana me voy a ir a Barcelona. —le dije al chico que estaba a mi lado, él me miró confuso.
—¿Por?
—Mi hermano ha decidido hablar con mis padres y quiero estar presente. —mentí.
Ya no solo me sentía mal por mentir, si no también por meter a Eric en esto.
—¿Quieres que te acompañe, mi amor? —negué con la cabeza.
—No, no te preocupes. Ni siquiera estará Carla, solo estaremos la familia. —él asintió entendiendo la situación.
—Vale, cariño. Cuando llegues me avisas y cuando vuelvas me llamas y voy a por ti. —dijo y luego apagó la luz, después dejó un beso en mis labios. —Te amo, pequeña.
—Te quiero.
Marcos se giró boca abajo en la cama, adoraba verle dormir y ver cada lunar de su espalda, miles de mariposas revoloteaban en mi interior cuando nuestras pieles se rozaban.
Volveré a casa, te lo prometo.
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OFFSIDE -Marcos Llorente
ФанфикPara Alejandra el amor siempre había estado en un constante fuera de juego, hasta que llegó él, la única persona que la hizo entrar en el campo. Una historia de Marcos Llorente y de la selección española, mezclada con amor, risas y amistad.