Capitulo 13

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Punto de vista de Alejandra.

Habíamos llegado a San Petersburgo ayer, y desde entonces no habían parado de quejarse del frío, de verdad que es que tienen tiempo de quejarse. Deberían de disfrutar de Rusia.

Me levanté de la cama y lo primero que me vino a la mente, era que era mi dichoso cumpleaños, tremendo dolor de cabeza me vino al recordar que eran veintitrés. Me giré a mi lado y vi a Marcos dormido, sí porque al parecer las habitaciones arrendadas eran las veintitrés justas para los futbolistas y por lo tanto Carla dormía con Eric, así que Marcos se ofreció a dejarme dormir en su cama de dos metros.

—Ay, Ale. Para un día que no tengo que madrugar no paras quieta. —dijo el rubio girándose en la cama para darse la vuelta y seguir durmiendo.

—Que se te ha olvidado cerrar la cortina. —le dije golpeando su brazo de forma amigable.

—¿Para qué te vas a levantar a cerrarla si se cierra con el mando a distancia? Estás anticuada. —dijo, pero seguía dormido, no penséis que en algún momento abrió los ojos azules.

—anticuada no, pobre. —él se rio y entonces sí que abrió los ojos, pero yo volví a acostarme en la cama, me la suda mi cumpleaños yo solo quiero dormir bajo estas pedazo de sábanas blancas que son la hostia de calentitas y con Marcos que desprende calor por cada rincón de su cuerpo.

El madrileño rodeó su brazo alrededor de mi cintura y mi espalda chocó contra su cuerpo, sentía como esos abdominales que tanto lo habían matado en el gimnasio, y esa dieta tan estricta que lleva, me ponían a mil. Su respiración chocó contra la parte de atrás de mi cuello y sentía como mi estómago se estaba volviendo loco. Así que para evitar el incidente de tirármelo alguna noche de estas, me levanté.

—me voy a duchar, vete. —dije saliendo de la cama.

—dúchate, te prometo que no miro, Pero no me voy a levantar. —dijo tumbado en la cama mirándome desde abajo. Alcé una ceja. —Bueno, vale.

Se levantó y al salir de la cama lo que sentí fue mucho peor que cuando estaba acostada, solo llevaba un puto pantalón de pijama y estaba sin camiseta, es que es un moja bragas en toda regla.

—Por cierto, feliz cumpleaños. —dejó un beso en mi mejilla, después se puso una camiseta  y salió del cuarto.

—Ahora sí, que me voy a dar una ducha de agua fría. —dije cuando me quedé definitivamente sola.

Me duché y luego bajé al comedor para desayunar con esta gente pesada que llego a considerar amigos, y al que consideraba amigo desde antes ha resultado ser mi hermano, una locura total.

—¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz. Te deseamos Alejandra, cumpleaños feliz! —cantaron todos cuando aparecí por el comedor.

—Ay, Dios. Menos mal que sois futbolistas, porque futuro como cantantes no os veo yo. —dije riéndome, abrazando a mi hermano que era el primero que se acercó a mí.

—Felices veintitrés y feliz primer año como hermana. —dijo dándome un beso en la mejilla, apartándose para dejarle paso a Carla.

—¡Mi Niña cumple veintitrés! —gritó mi amiga emocionada.

—Ya bueno, no me lo recuerdes. Toda una vieja.

—si tú eres vieja, yo soy hijo de Tutankamón. —dijo César.

Tras el desayuno los chicos fueron al gimnasio un rato, el partido era en tres días contra Suiza, que había eliminado a Francia en los penaltis, el cual falló Mbappé o paró Sommer, no está muy clara la situación.

OFFSIDE -Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora