Capitulo 38

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Punto de vista de Alejandra.

A medida que había pasado horas con Rafa, me caía mejor, era un chico muy amable, a ver el chaval tiraba ficha y no me hago la inocente porque se las recogía, pero solo era pura atracción física. Bueno eso y poner un poco celoso a Marcos. Lucho me había quitado al Murciano para explicarle cómo iban las cosas por aquí y la función que iba a tener en el equipo, así que me quedé pululando por el hotel solita, porque los otros estaban en la sala de juego haciendo los inútiles que es lo único que sabían hacer.

De repente, sentí que tiraron de mi brazo y me metieron en un cuarto, claro que el cuarto era conocido, porque era el de Marcos.

—¿Pero tú eres tonto? —le grité. —casi me matas de un infarto, Llorente.

—No juegues conmigo, Alejandra. —dijo señalándome.

O sea que el gilipollas este casi me deja sin vida a los veintitrés porque está celoso, cada día comprendo menos a los tíos.

—Mira, no sé de qué me hablas, pero la operación de transplante de corazón me la vas a pagar tú.

—Ay, Alejandra. No te hagas, que sé que estabas en plan tonteo con Rafa Mir porque sabías que te tenía localizada.

—Pero serás egocentrico. —mentí, un poco de razón tenia. —Además, si ese fuese mi plan lo he conseguido ¿no?

—Ni de lejos.

—Pues entonces no sé qué hago aquí.

—Advertirte de que si quieres jugar, vamos a jugar bien. —dijo acercándose a mí, no retrocedí un misero paso, me quedé tal cual.

—Venga, vamos a jugar, bienvenido al partido, Marcos.

Dije y finalmente me giré sobre mí misma, para salir de la habitación de Marcos, camino de la de Pedri, para hablar con él.

En ella estaba el canario acompañado de un sevillano de diecisiete años jugando al fifa, Gavi.

—Tú, enano. Levanta. —señalé al pobre Pablo y lo amedrenté para que se levantase.

—No trates así al crio, Alejandra. —me senté al lado de Pedri.

—tú también cállate, Enano uno. —dije y luego suspiré, fue entonces cuando ambos críos se dieron cuenta de que algo pasaba ahí.

—A ver, ¿qué ha pasado? —habló Pedri.

— ¡Que se aclare! — le digo a Pedri que está sentado sobre su cama escuchándome atentamente quejarme de Marcos.— o me quiere sin importarle nada, o le importa todo, que elija pero los dos ¡no!

— Ya vale tranquilízate. — me dice.

— me tranquilizare cuando al maldito madrileño de veintiséis años le dé por aclararse. — suspiro y me siento a su lado. — Maldita sea la hora en que me enamoré de él. — le miro que él está haciendo una mueca. — bueno tampoco tanto.

Suspiro mirando a Pedri sobre todo, Gavi me miraba sin entender nada.

— Me he cansado Pedri, estoy harta de Marcos. — él me abraza y me da su comprensión.

— Creo que lo mejor es que te olvides de él. — sollozo un poco. — Ambos se están haciendo demasiado mal, tú a él por mentirle y él a ti por confusión, no se están haciendo ningún bien. — Escuchamos el ruido de Gavi y los dos nos giramos a mirar viendo a Gavi garraspear.

—¿Puedo opinar? — pregunta sonriendo.

— Un poquito solo. — me hago a un lado para que se siente en la cama y me seco las lagrimas, y se sienta a mi lado. —te quiero pedir perdón por lo de antes. Por llamarte enano.

— No te preocupes. — me sonríe. — me consta que eres una buena chica. — yo suspiro.

— Sí, solía serlo. — miro a el techo.

— Lo eres. — afirma Afirma Pedri.

— Ahora hago escenas de celos, soy tóxica y encima me enamoro de futbolistas tontos del culo. — les digo echando una risa irónica

— no eres tóxica, estás aferrada a Marcos. — trago un nudo. — Porque le quieres y sabes que te quiere y no están juntos, y eso es lo que no soportas, por eso haces todo lo posible por hacerte notar en su vida, porque tienes miedo a que deje de sentir lo que siente por ti.

— Cuando llegué aquí, estaba enamorada de Neymar, y entonces apareció Marcos haciéndome reír, protegiéndome y abrazándome cuando tenía miedo, me enamoré de él viéndole dormir, sonriéndome por las mañanas preguntándome que como dormí, apareciendo por las noches a hacerme sentir bien y llevándome al fin del mundo si hiciera falta. — le digo. — No quiero perderle, y últimamente no hago más que ganarme a pulso eso.

— Marcos te quiere. — me sonríe Pedri mientras toma mi mano. — Viví su relación de principio a final, y jamás  le vi tan enamorado como lo está de ti, por ti es que él sería capaz de todo. —Suspiré no muy segura de nada. — ¿recuerdas cuando estuviste enferma? — habla De nuevo el canario y lo miro. — Durante los días que estuviste resfriada solo hablaba de lo vacía que se veía la ciudad deportiva sin ti, las horas que estuviste empeorando entró en desesperación. Marcos está tan loco por ti como tú por él, y yo pienso que deberían de pensarse mejor las cosas y hablar, como personas civilizadas. — sonrío de lado. Y siento como se me había nublado la vista y una pequeña pero insoportable presión en la cabeza. —Ale, ¿estas bien?

— Sí, solo fue un pequeño mareo tonto. — Las caras de Gavi y Pedri eran notablemente preocupadas.

Hasta yo me había notado preocupada, pero solo quise quitarle importancia.

Punto de vista de Marcos.

Había ido hasta el cuarto de Carla, ahora necesitaba del consejo de alguien como ella, una persona que estuviera cuerda y no loca como Alejandra.

— Deberías dejar que te explicara lo que sucedió aquel día. — me dice Carla, sentándose a mi lado en la cama.

— Lo sé, pero tengo miedo a escuchar que sea porque quiso. — suspiro.

— No todo es lo que parece, recuerda que Ale volvió y eso tiene que ser por algún motivo que desconoces o te has negado a escuchar. — Algo dentro de mí quería que fuera eso, y otra cosa me decía que no. — Además con todo el hate que tiró Neymar no creo que Ale estuviese muy dispuesta a volver con él, que podemos esperar.

Me froté la cara un poco frustrado.

— Marcos amor. — la miro y toma mi otra mano para hacerme girar a ella. — ¿de qué tienes miedo?

— No lo sé, pero no quiero más daño. — le respondo y suspiro. —lo he pasado muy mal durante este tiempo.

— Pero no vas a poder ser así de rencoroso siempre. — me dice seria.

— ¿qué quieres decir con eso?— frunzo el ceño.

— Que todo verdadero amor sabe perdonar, ¿no crees? — responde. — pero sólo si vas con todo, si vas con miedo entonces déjala libre, porque Marcos así no, ni ella vive ni tú tampoco. — sonríe de lado y luego me abraza. — Y me consta que la quieres demasiado porque mírate, estas desesperado por ir a buscarla, y te conozco Marcos.

— Ya te dije, estoy enamorado de ella, y lo voy a estar mañana y en mil años.

OFFSIDE -Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora