IV ¿ESTAS BIEN?

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—No estoy entendiendo nada—podía sentir la desesperación de Cameron.

No culpaba lo intenso e insistente que se estaba poniendo. Lo entendía, hasta ya me estaba desesperando al no saber cómo este chico me conocía.

—¿Cómo mierdas me conoces? —bien ya me enojé—Dime de una puta vez porque ya me estoy enojando y a ninguno le conviene estar en la misma habitación conmigo en este estado.

—Bueno, vamos a calmarnos—respondió sonriendo—. El que hace las preguntas aquí soy yo.

—Il qui hici lis prigintis iqui siy yi—lo arremede—. Pues te me vas bajando de esa nubecita porque tus preguntitas absurdas me las paso por el cul-

—¡YA! —grito Cameron—. Mason por favor dinos como podemos salir y Charlotte...—hizo una pausa—, solo cálmate.

—Estoy calmada, estoy calmada...—levante mis manos en son de paz.

—No pareces muy calmada, bonita.

Con mi rodilla golpee su rostro haciendo que cayera al piso y se riera como loco.

¿Qué mierdas está pasando?

Yo no soy así, ¿Qué son estoy impulsos?

Yo nunca he hecho algo parecido, siempre he sido muy pacifica, me siento mal, tengo rabia, me falta el aire.

Lo golpee sin razón, solo porque estaba un poco enojada. No debí hacer eso.

La realidad me cayó como un balde de agua fría.

Me tiré al piso y fui por Mason que yacía en el piso.

—Perdón, yo nunca he hecho algo así en mi vida. —las lágrimas no tardaron de caer como si de una cascada se tratase.

Me siento mal, me siento muy mal. Mi cabeza duele, estoy sudando y me cuesta respirar.

Lo único que salía de mi boca eran perdones infinitos hacia Mason. Nunca debimos venir, no lo planeamos bien, ese fue nuestro error.

—Extrañaba tus impulsos y cambios de humor—ya ni siquiera me importaba lo que Mason decía.

—Perdón, estoy arrepentida.

—¿Tomaste tus medicinas? —susurro en mi oreja.

¿Medicinas?

No, no las había tomado, no lo vi necesario.

—N-no—tartamudee.

—Mason por favor dinos como salir—pidió Cameron a mis espaldas.

—Okey, les diré, pero tu sal primero y te vas—señalo a Cami con la boca—. Y tu sal después.

No estaba segura de que decir porque en el transcurso del día había estado oyendo voces y viendo en las paredes rostros desfigurados, también había estado de un humor horrible y gracias a eso casi golpeo a la enfermera sin razón alguna.

—No, ella va conmigo.

—Entonces no les diré y los guardias despertaran. —contraataco Mason.

Había algo que hacía que tuviera confianza en Mason, no me daba miedo y estar arrodillada junto con él y limpiando la sangre que salía de su boca y nariz gracias a el golpe no me hacía tenerle temor alguno.

Algo en mi interior sabía que él no me lastimaría.

—Ve Cameron, estaré bien.

—Puede hacerte algo y no me lo perdonaría.

—Estoy bien, el no hará nada.

Mason le explico cómo salir y al momento de abrir la puerta dio la vuelta hacia mi. Su mirada no trasmitía tanta confianza.

—Estoy bien.

Asintió y salió de la habitación.

Por unos momentos todo se quedó en silencio y solo escuchaba mi corazón latir y la respiración de pelinegro impactando a mi antebrazo.

—¿Cómo estás? —se levantó de mi regazo y se recostó contra la pared.

Su tono de voz ya no era duro o sarcástico, cambio a uno tierno, un poco meloso.

—Explícame que está pasando, por favor.

Ni siquiera me tome la molestia de mirarlo, seguía en la misma posición de antes.

—Nunca has respondido mis preguntas, siempre la has evadido—su voz sonaba muy pacífica. No estaba entendiendo nada.

—He estado mejor.

—No, nunca has estado bien, solo disfrazas tu dolor con bromas y chistes para no llamar la atención y pasar desapercibida con todos los que te rodean, pero sabes que con nosotros es imposible fingir, y lo sigues haciendo porque siempre has sido muy testaruda. —rio un poco—. Conmigo te puedes desahogar sin tener miedo porque sabes no te voy a dejar caer.

—¿Nosotros?

—Ese no es el tema. Ven siéntate a mi lado.

Fui obediente y me deslicé por la pared hasta que nuestras rodillas chocaron.

—¿Vas a responder mis preguntas sin evadirlas? —recostó su cabeza en mi hombro.

—Tomas confianza muy rápido ¿no? —intente bromear.

—Ves lo que te digo, evitas mis preguntas y bromeas para salir de la presión. Lottie, conmigo no puedes fingir estar bien, puedes ponerte mil máscaras, camuflarte con las bromas, hasta incluso imitar emociones, pero nosotros siempre sabremos cómo estas en realidad. —seguía con ese tono dulce, ese tono me trasmitía confianza.

—No sé a qué te refieres con nosotros.

—No es ese el tema. —levanto su cabeza y me miro a los ojos. —¿Vas a responder mis preguntas?

Sus ojos tenían un hermoso efecto en mí, me hipnotizaban y sentía que ya los había visto antes.

—Si.

—Pero será mañana, ven a la misma hora que hoy, toma la llave de mi habitación y quédate en las noches.

—Pero los guardias.

—Tu eres muy delgadita y entras perfectamente en las escotillas. Mira—señalo con su hombro una puerta de metal al otro extremo de la habitación—. Por ahí entraras y saldrás.

Asentí.

—Tu amigo dejo la puerta abierta, vete y ven mañana, te estaré esperando. —dijo señalando la puerta entre abierta.

Antes de levantarme se estiro y beso mi mejilla.

—Me sentiré muy mal si no vienes— hizo un puchero y parpadeo dos veces.

Volví a asentir.

Antes de salir por la perta me quede quieta.

—Mason...—le llame.

—Charlotte, te perdono por el golpe, no te preocupes.

Salí de la habitación al oír sus palabras.

¿Qué es lo que quieres ojos diferentes?

NOTA: Perdon por no actualizar en tanto tiempo, les voy a traer muchos capitulos.

INEFABLE. ( Pierce y Mason x Female)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora